Cuando Madrid condecoró a Putin: "Lo que pasa en Rusia no nos es ajeno"
El dirigente ruso recibió la Llave de Oro de la ciudad en 2006 y este martes el pleno del ayuntamiento aprobó retirársela. Tan solo Vox votó en contra
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El 8 de febrero de 2006, sobre la una del mediodía, Vladimir Putin aterrizó en Madrid a bordo de un avión de la Fuerza Aérea rusa. Iba acompañado por su mujer Liudmila Alexandrova Putin. Era su primera visita de Estado a España, aunque ya había viajado al país en junio del 2000 cuando gobernaba su “buen amigo” Aznar. Tras el aterrizaje se trasladó al Palacio del Pardo, la que fue su residencia durante los dos días de viaje. Ahí le recibieron los Reyes; hizo una reverencia a ella y sonrío con un apretón de manos a él. “Lo que pasa en Rusia no nos es ajeno”, dijo Juan Carlos I. Tampoco lo es ahora.
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Pero además de cenas de gala y encuentros protocolarios, Putin recibió la Llave de Oro de Madrid. Lo hizo en el salón de Plenos del Ayuntamiento - entonces ubicado en la Plaza de la Villa- en presencia del entonces alcalde, Alberto Ruiz Gallardón. La ofrenda es un ritual protocolario con todos los Jefes de Estado que visitan la ciudad, pero este martes, en el Pleno de Cibeles, todos los grupos políticos menos Vox han votado a favor de la retirada de la condecoración.
El viaje
Lo que ahora ha sido objeto de disputa entre los concejales tiene su origen en un viaje de invierno a una España revuelta. Pero antes de poner rumbo a Madrid, el presidente ruso se reunió con diversos corresponsales españoles en Moscú. Aprovechó para condenar el terrorismo y negar el diálogo “con quienes tienen las manos manchadas de sangre”. Sobre su mesa, y según relataba Daniel Utrilla en su crónica para El Mundo, reposaba el libro 'Ocho años de Gobierno de José María Aznar’.
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Putin aspiraba a impulsar el crecimiento de las relaciones con España. El Rey le elogiaba y reconocía que ambas naciones “demuestran la común voluntad de luchar juntos contra tan execrable expresión de la barbarie", según recogió Europa Press en la época. Al día siguiente se reunió en la Moncloa con el presidente José Luis Rodríguez Zapatero para firmar acuerdos bilaterales contra el terrorismo.
En el Palacio del Pardo además de los reyes y Zapatero, también le recibieron el presidente del Congreso de los Diputados, Manuel Marín, el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, y Gallardón.
Después se produjo el encuentro con el alcalde en el Ayuntamiento. Putin fue recibido con la Banda de Música municipal y el escuadrón de gala de la policía local. El alcalde aprovechó para agradecer el apoyo ruso a las víctimas del 11-M. El presidente recibió la Llave de Oro, estrechó la mano de Gallardón y fue el primero en retirar la mirada.
Liudmila Alexandrova se desplazó hasta el Teatro Bulevar de Torrelodones
Tras ellos se ubicaba ‘Alegoría de la villa de Madrid’, un óleo de Goya al que el alcalde le insistió en que echase un vistazo. Y mientras su marido recibía el reconocimiento madrileño, Liudmila Alexandrova se desplazó hasta el Teatro Bulevar de Torrelodones para acudir a uno de los ensayos de la compañía María Pagés. Después, en la cena de gala, el Rey definió a Rusia como “un socio energético indispensable para Europa y sus vecinos”.
Corrían tiempos de disputa. El mundo miraba las protestas de medio oriente con la polémica de las viñetas de Mahoma, España se mantenía alerta ante los atentados terroristas de ETA y Madrid gritaba que no quería más parquímetros. Pero la economía del país, según parecía, se hacía fuerte. El País publicaba que en 2006, España se había colado “entre los cinco países de la Europa de los Quince con mejor crecimiento económico”. Dos años después estalló la crisis.
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Pero por entonces reinaba la esperanza. Putin reconocía que España tenía potencial para entrar en el G8 y ETA anunciaba el 22 de marzo un “alto al fuego permanente”. Lo primero jamás llegó a ocurrir y lo segundo culminó con los atentados en la T4 de Barajas en diciembre del mismo año.
16 años después, Madrid ha decidido retirar a Putin la condecoración local. La propuesta de Más Madrid ha sido aprobada por todos los partidos excepto Vox. "La invasión rusa ha demostrado que es más necesaria que nunca la unidad europea, sus principios y firmeza contra los autócratas y autoritarios", ha defendido Rita Maestre. Por su parte, Ortega Smith ha justificado su negativa porque, según ha recogido Europa Press, tenían dudas sobre si la Llave se concedió a Putin o al pueblo ruso, “que no tiene la culpa de nada”.
El 8 de febrero de 2006, sobre la una del mediodía, Vladimir Putin aterrizó en Madrid a bordo de un avión de la Fuerza Aérea rusa. Iba acompañado por su mujer Liudmila Alexandrova Putin. Era su primera visita de Estado a España, aunque ya había viajado al país en junio del 2000 cuando gobernaba su “buen amigo” Aznar. Tras el aterrizaje se trasladó al Palacio del Pardo, la que fue su residencia durante los dos días de viaje. Ahí le recibieron los Reyes; hizo una reverencia a ella y sonrío con un apretón de manos a él. “Lo que pasa en Rusia no nos es ajeno”, dijo Juan Carlos I. Tampoco lo es ahora.