Taladros en la Puerta del Sol: dudas y recelos entre los comerciantes ante el inicio de las obras
Tiendas y hoteles temen quedarse aislados de los clientes y turistas. "La planificación se va a llevar a cabo de manera que se generen las mínimas afecciones posibles en cada momento", defienden en el ayuntamiento
Ya han puesto las vallas. Así que la cosa va en serio. El proyecto de reforma de la Puerta del Sol inicia el camino que lleva de la infografía a la realidad. Se espera que dure al menos un año. Para el Ayuntamiento, Madrid no va a ver una plaza nueva. Va a ver, por primera vez, una plaza digna de tal nombre. “A lo largo de la historia, este espacio se ha caracterizado por su caos formal y el desorden de sus elementos, mezclándose de manera casi aleatoria quioscos, accesos al transporte público o monumentos. La remodelación recién iniciada, que planteamos como la definitiva, reordenará todas esas piezas, eliminará obstáculos y vaciará el espacio central”, explican desde el Área de Obras y Equipamientos. Mientras, aquellos que van a convivir todo este tiempo con taladros, excavadoras y hormigoneras contemplan el panorama con algo de ambivalencia.
Los que se consideran bien informados son minoría. Algunos cuentan que han tirado de Google en cuanto han visto las vallas. Hasta los más entusiastas con el resultado final reconocen que se abren meses de incertidumbre, que se suman a todos los vaivenes de los últimos dos años, entre pandemias y guerras. El encargado de la heladería Palazzo teme que le irá afectando conforme la zona vallada se acerque a la entrada de su establecimiento. “Habrá ruido y suciedad, tendremos que limpiar más”, señala Rafa Pérez, el responsable de la perfumería Primor. Teme, además, que las obras se traduzcan en menos turismo y, para su tienda, en un menor índice de ventas. “Al final, el turista viene; son los de aquí, que saben que la zona está levantada, los que serán más reacios a dejarse caer por Sol”, sostienen en una tienda de ropa en una de las calles que dan acceso a la plaza.
El Ayuntamiento defiende que ha mantenido en todo momento una interlocución fluida con los comerciantes de la zona a través de la asociación APRECA y que habrá más citas en el futuro inmediato para resolver dudas sobre un proyecto que, recuerdan, se aprobó hace solamente un mes. “Somos conscientes de las molestias que toda obra genera y pedimos disculpas por ello, por supuesto”, recalcan en el área. “La planificación de las obras se va a llevar a cabo de manera que se generen las mínimas afecciones posibles en cada momento”.
Sol es zona de paso, punto de máxima atracción turística. Pero, hasta ahora, no es un lugar para echar un rato largo. Mucha exposición en invierno y sin resquicios de algo parecido a la sombra en verano. La presencia de zonas verdes era una reclamación vieja. La delegada Paloma García Romero ya dijo durante la presentación del proyecto a los medios que se había intentado, para llegar a la conclusión de que no se podía. “En la Puerta del Sol existe una losa de hormigón debajo del pavimento en más del 90% de la plaza que impide plantar árboles”, detallan desde Obras y Equipamientos. En el departamento creen que las opciones que podrían generar sombra chocarían con el carácter de Bien de Interés Cultural de la plaza. “La remodelación está planteada para liberar de obstáculos, no para generar otros nuevos”. Afirman que estos elementos verdes no están presentes en otras plazas principales de ciudades europeas con clima parejo al de Madrid. “Es una pena que no pueda añadirse nada verde, que lo haría más agradable”, lamenta Santiago Bello, gerente del Hotel Moderno de la calle Arenal.
Desde la heladería agradecen que el proyecto contemple más bancos para sentarse. Alguno de los testimonios recogidos apunta a que los elementos como kioscos quedarán agrupados siguiendo el criterio de los centros comerciales. Se trata, según el Consistorio, de hacer de Sol un espacio central más diáfano flanqueado al norte por una línea de bancos interrumpidos por las calles Preciados, Carmen y Montera. La línea este-oeste será la de los kioscos, agrupados en un formato unificado. Las estatuas cambian de ubicación para pasar a los extremos. La de Carlos III dará ahora la sensación de estar saliendo a caballo de la sede del gobierno de la Comunidad de Madrid. Estará inmerso en la que será única fuente de la nueva plaza, con forma oval.
Pero para llegar a todo eso hay que pasar por unas obras que hacen temer a algunos sectores. El día después de ponerse las vallas, el Hotel Moderno sufrió el triple de cancelaciones respecto a lo que venía siendo la media diaria de 2022. Daniel, encargado del Hostal Riesco (calle del Correo), afirma que esto les llega justo ahora cuando estaban empezando a ver la luz al final del covid, tras año y medio de cierre y con la plantilla en ERTE hasta finales del mes pasado.
“Se notará sobre todo el día de las campanadas, que va a caber más gente”. Mariano, del Café de Europa de la calle del Carmen, no es especialmente entusiasta del proyecto. Cree que la peatonalización ya no puede ir a más. Con este aspecto son particularmente críticos os hostales y hoteles de la plaza y sus aledaños. Señalan que quedan aislados para unos clientes a los que se obliga a hacer la última parte de los trayectos a pie, muchas veces arrastrando maletas. Tanto desde el Hotel Moderno como desde el Hostal Riesco echan de menos el acceso del autobús turístico.
El Ayuntamiento responde a estas quejas esgrimiendo que la peatonalización forma parte de la “Estrategia de Sostenibilidad Ambiental Madrid 360, que contempla el diseño de una red de itinerarios peatonales seguros, cómodos y libres de barreras como uno de los ejes fundamentales para promover la micromovilidad y reducir las emisiones contaminantes en la capital” y que estaba incluida en los Acuerdos de la Villa suscritos por todos los grupos municipales en junio de 2020.
Este aspecto no afecta a los que quizá sean los peatones por excelencia de la zona: las mujeres y hombres que trabajan disfrazados de toda clase de personajes de ficción haciéndose fotos con los niños y vendiéndoles globos. Carlos, que realiza estas funciones vestido de Chucky, el “muñeco diabólico”, tiene claro que durante estos meses emigrará al Retiro. No descarta que algunos compañeros suyos sigan pululando por las esquinas.
El Ayuntamiento se muestra entusiasta con el resultado final. “Una importante mejora de este espacio en apenas un año, que redundará en el comercio y en la hostelería de la zona”. Algún responsable de comercio que no desea ser identificado alterna su pesadumbre ante los meses que le esperan con el optimismo ante lo que vendrá después. “Quedará una zona más comercial, que se suma a otros proyectos recientes como Canalejas que hacen del centro de Madrid destino de un turismo más selecto. Más de lujo”. “Esperemos que merezca la pena”, se resignan en la heladería. Rafa Pérez no cree, desde su perfumería, que esto vaya a ser así, y al reciente ejemplo de la Plaza de España se remite. Santiago Bello confía en que todos los sinsabores que se avecinan culminen en una remodelación que “quede fenomenal y sea un éxito para la ciudad”. Entre sus deseos para ese futuro, incluye una declaración de Bien de Interés Turístico (BIT) que proscriba las manifestaciones en la plaza.
Hacerse la consabida foto de los pies en el kilómetro cero va a ser un poco más difícil estos meses. El tiempo dirá si los vecinos, comerciantes y turistas recordarán estas incomodidades cuando paseen por la nueva (¿definitiva?) plaza de la Puerta del Sol.
Ya han puesto las vallas. Así que la cosa va en serio. El proyecto de reforma de la Puerta del Sol inicia el camino que lleva de la infografía a la realidad. Se espera que dure al menos un año. Para el Ayuntamiento, Madrid no va a ver una plaza nueva. Va a ver, por primera vez, una plaza digna de tal nombre. “A lo largo de la historia, este espacio se ha caracterizado por su caos formal y el desorden de sus elementos, mezclándose de manera casi aleatoria quioscos, accesos al transporte público o monumentos. La remodelación recién iniciada, que planteamos como la definitiva, reordenará todas esas piezas, eliminará obstáculos y vaciará el espacio central”, explican desde el Área de Obras y Equipamientos. Mientras, aquellos que van a convivir todo este tiempo con taladros, excavadoras y hormigoneras contemplan el panorama con algo de ambivalencia.