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30 años de Moby Dick: historia de una diminuta sala por donde han pasado 5.000 bandas
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RECUERDOS DE UN MADRID FEBRIL

30 años de Moby Dick: historia de una diminuta sala por donde han pasado 5.000 bandas

El mítico recinto, inaugurado en marzo de 1992, celebra su treinta aniversario con conciertos y sesiones. Silvia Superstar presentará la gran fiesta de aniversario este sábado

Foto: Antonio Vega tocando en la Sala Moby Dick en 2004. (Moby Dick)
Antonio Vega tocando en la Sala Moby Dick en 2004. (Moby Dick)

“Nos hemos europeizado. Antes nos echábamos una siesta para salir por la noche y no volvíamos hasta que el sol estuviera bien alto. Yo he visto atascos en la Castellana a las seis de mañana”, dice Daniel Castillo, de 53 años y con más de tres décadas dedicadas a la noche. A sus espaldas lleva la dirección del grupo Moby Dick y la fundación de la legendaria sala de conciertos, que en marzo está celebrando los fastos de su treinta aniversario. A su lado siempre ha estado su mano derecha, Alberto Delgado.

Foto: Uno de los conciertos de Verto y Grande Amore gestionado por 'Mazo'.

Castillo continúa rememorando aquellos primeros años. Con un Madrid febril donde todo era posible, hasta montar un local en una zona llena de puticlubs. Como así eran los alrededores de la Avenida del Brasil. El recinto que ahora ocupa la Moby tuvo como actividad anterior la de club de alterne. Solo así se entiende la inconsciencia y el riesgo de principios de los noventa “Éramos unos inconscientes, teníamos poco más de 20 años. Por esa época no se hacían estudios de mercado, ni nada parecido”, apunta.

“El centro era una cosa oscura y peligrosa. A nosotros nos gustaba, pero no era lo que es hoy día. Por el Bernabéu salía mucha gente y había ambientes muy diferentes, más pijines, más underground, más de pachanga”, continúa explicando. Ellos se harían rápidamente un hueco como sala de conciertos y como espacio donde salir a bailar hasta el amanecer.

Mucha fama y poco aforo

El germen de la Moby fue el Fraggel Rock, un bar situado en Manuel de Falla, al lado del Bernabéu. “Tuvimos un éxito increíble”, recuerda, a la vez que indica cómo la música del espacio la ponían con casetes. “Sonaba lo que era alternativo en esos momentos. Surfin Bichos, Siniestro Total, Violent Femmes”.

placeholder Concierto de Sidonie. (Moby Dick)
Concierto de Sidonie. (Moby Dick)

Luego vendría la Moby, un recinto con pista de baile y un exiguo escenario que se levantaba sobre el suelo poco más de veinte centímetros. La decoración, recreando el mascarón de proa de un antiguo barco, con sus arpones en las paredes, sus flotadores vintage y todo de madera, marcó a una generación. “Poco a poco lo fuimos ampliando y reformando. Hasta ahora, que tiene una cristalera amplia y un perfil algo más moderno. Eso fue como hace cinco años”, destaca Castillo, mientras pone el énfasis en otra de esas curiosidades que les hizo conocidos desde el principio. “Siempre fuimos un local pequeño, pero con una fama inmensa. Había grupos que llegaban a la sala y al verla, preguntaban por el lugar donde se tocaba. Pensaban que era un recibidor y que a la vuelta encontrarían una estancia para miles de personas”. Ahora entran poco más de 300 personas.

Por ese escenario, una diminuta tarima de madera, han pasado más de 5.000 grupos

Por ese escenario, una diminuta tarima de madera, han pasado más de 5.000 grupos. Algunos de ellos son historia de la música nacional, como Los Planetas, Burning, Dover, Pereza, Kiko Veneno, Antonio Vega, Los Ronaldos, Lagartija Nick o Sidonie. “Fuimos la escuela de mucha gente aficionada. Aquí han tocado formaciones que luego han llenado grandes aforos”. Internacionales también han sido, con directos memorables de Chavela Vargas, Steve Albini, Devendra Banhart, The Horrors —en 2007, destrozando el local y reventando una bola de espejos—, Mando Diao, Black Rebel Motorcycle, The Gories o The Church, entre otros. Con un hueco para todo tipo de géneros que van desde el pop al punk, pasando por el hardcore o el nuevo trap.

placeholder Los Planetas en concierto en 1995. (Moby Dick)
Los Planetas en concierto en 1995. (Moby Dick)

La noche, con una selección musical impecable, en la que también impulsaron el reggaeton en sus primeros años, fue otro de los sellos distintivos. “Nos trajimos de Panamá un disco de El General, el padre del género. No paró de sonar durante una larga temporada. Fuimos muy eclécticos. Lo mismo sonaban boleros, que Obús o AC/DC”, relata Castillo. “Siempre fui de apostar, además, por los dj residentes. Me vienen a la cabeza los nombres de Mariano, Octavio, Pepe y Miguel Corral, Markote o yo mismo, que puse música durante muchos años”.

Un grupo de 200 trabajadores

La Moby enseguida tomaría velocidad de crucero. Y Castillo, con otros socios, comenzará a montar negocios de todo tipo. Del Irish Rover, una discoteca camuflada de taberna irlandesa, como le gusta decir a él, hasta conceptos como Areia, Lolita, Ole Lola o La Revoltosa. “Tenemos entre 150 y 200 trabajadores, dependiendo de la época del año”, comenta el empresario.

“Nos hemos adaptado al público madrileño. Ahora se sale de día", explica Castillo

“Nos hemos ido adaptando con el público madrileño. Ahora se sale más de día. Antes era impensable pensar en conciertos a la hora del vermut”, aclara Castillo. “Imagínate que hemos inventado hasta nombres como tardeo”. Este domingo, por ejemplo, impulsan un mercado discográfico al mediodía, donde habrá conciertos, sesiones y quince puestos donde adquirir música de sellos independientes. “Siempre se llena”.

placeholder Chavela Vargas. (Moby Dick)
Chavela Vargas. (Moby Dick)

Finde celebratorio

Además del mercadillo en el aperitivo, el grueso se celebra por la noche. "Este fin de semana cerramos el mes de las celebraciones”, dice Carolina Pasero, directora y programadora artística de este templo musical, también conocido como la ballena, por la imagen que les ha acompañado desde sus inicios. Ella comenzó a trabajar para la sala en 2019, aunque la pandemia desbarató sus planes rápidamente, le dio tiempo a celebrar directos de Luis Brea o Tulsa, entre muchos otros. “Me encontré con una programación que había perdido identidad. Para mí siempre había sido un referente de grandes conciertos. Ahora, creo, estamos en la buena senda”, declara.

Otra de sus principales bazas es la de la paridad, contar con carteles mensuales donde la mujer tenga un espacio importante. Y no solo en el apartado sonoro, que es lo más visible. “También hemos llevado esta apuesta a lo técnico. Ahora casi todas las que están controlando que el evento suene bien son mujeres”, expresa con orgullo.

placeholder Cartel del Antikaraoke atómico. (Moby Dick)
Cartel del Antikaraoke atómico. (Moby Dick)

Para el sábado tienen la fiesta de los 30 años, con Silvia Superstar como maestra de ceremonias y multitud de artistas de la historia de la sala, que se subirán al escenario a cantar algún tema de lo que han llamado el Antikaraoke Atómico. “Ya tenemos mucha gente confirmada. Son músicos con los que compartimos una relación muy especial”, cuenta Pasero. Un fiestón de los de antes para soplar 30 velas, con banda en directo y mucha diversión, se puede leer en su cartel.

“Tenemos que ayudarnos entre todos y que la gente entienda que la música es cultura. Salas como Moby Dick habría que protegerlas. No pueden desaparecer”, argumenta la viguesa Silvia Superstar, que llegó a tocar con su banda Killer Barbies a principios de los dosmiles. Ahora con su club, Lucky Dragon, antes con el Fabuloso, ha experimentado lo que también supone lanzarse al difícil reto de montar garitos nocturnos. “La noche ha cambiado mucho. Sin embargo, sigue habiendo escena nocturna en Madrid”.

“Nos hemos europeizado. Antes nos echábamos una siesta para salir por la noche y no volvíamos hasta que el sol estuviera bien alto. Yo he visto atascos en la Castellana a las seis de mañana”, dice Daniel Castillo, de 53 años y con más de tres décadas dedicadas a la noche. A sus espaldas lleva la dirección del grupo Moby Dick y la fundación de la legendaria sala de conciertos, que en marzo está celebrando los fastos de su treinta aniversario. A su lado siempre ha estado su mano derecha, Alberto Delgado.

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