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El Oso y el Madroño quedaron obsoletos: se busca logo para una ciudad abierta y alegre
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El Oso y el Madroño quedaron obsoletos: se busca logo para una ciudad abierta y alegre

Creativos y arquitectos proponen ideas para la creación de la nueva identidad visual de la ciudad. El Ayuntamiento ha puesto en marcha un concurso internacional

Foto: Vista de la calle Gran Vía y del edificio Metrópolis de Madrid. (Unsplash/Jordi Moncasi)
Vista de la calle Gran Vía y del edificio Metrópolis de Madrid. (Unsplash/Jordi Moncasi)
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El diseñador gráfico Enric Satué escucha que el Ayuntamiento de Madrid busca una nueva imagen que resuma la esencia de la ciudad y dice que es prácticamente imposible crear algo con lo que se identifique cada ciudadano. Sin embargo, en cuanto termina de decir la frase, traza una idea: “Yo tomaría un fragmento del rostro, muy cercano, sin cabellos ni orejas, del autorretrato de Diego Velázquez en el cuadro 'Las Meninas'”.

La ciudad está en proceso de encontrar un icono que la represente. El Consistorio ha convocado un concurso internacional, a través de la Oficina de Partenariado y Marca Madrid, en el que pueden participar hasta el 21 de marzo tanto personas como empresas. El primer paso para los creativos y creadores es definir qué es lo que diferencia a la capital. Los expertos coinciden en dos cosas: El Oso y el Madroño han quedado obsoletos y hay que plasmar esa vida que resuena en las calles.

placeholder Enric Santué. (cedida)
Enric Santué. (cedida)

La apuesta concreta de Satué es la cultura. Lo quiere simbolizar con el reconocido pintor sevillano, quien se trasladó a sus 24 años a la capital; un personaje “significativo, sublime y extraordinario”. “Mediante esa visión aproximas una figura tan distante como Velázquez, y le das una presencia confusa, difícil de reconocer, una incógnita”, precisa el creador del logotipo del Instituto Cervantes.

Andrea Reyes, autora del cartel de La Feria del Libro en 2021, también apuesta por el elemento artístico: “Sería bonito utilizar esa dimensión. Yo mezclaría, por ejemplo, las librerías con la socialización”. Ella querría también que se condensase la vida en la calle, el salir a tomar algo en una terraza, juntarse con los amigos en una plaza, el estado de ánimo que impregna reunirse con la gente querida. “Yo prefiero los detalles, lo pequeño que marca la diferencia. No es pintar una mesa llena de gente y objetos, porque no llama mucho la atención; sino una mirada o un gesto con las manos”, puntualiza.

placeholder Andrea Reyes. (Cedida)
Andrea Reyes. (Cedida)

En el proceso creativo, el primer concepto que surge es el que cuenta, según Satué. Para Reyes, hay que encontrar el punto entre la idea que se quiere transmitir y lo que los demás entienden, sin importar si son siete bocetos los que se descartan. El diseñador Pepe Cruz lo resume en lograr que el mayor número de elementos que aparezcan tengan un sentido más allá de lo estético. Es la máxima de Cruz más Cruz, el estudio multidisciplinar que formó con su padre, José María Cruz Novillo (el ideólogo de los logos de Correos, Banco Pastor, PSOE, Renfe, Fundación ONCE, entre otros).

“Tenemos dos grandes retos: tener la mejor idea posible y reflejarlo sobre la pantalla o el papel”, aclara. Ellos, que querían presentarse al concurso, pero no les ha dado tiempo, se han topado con un “problema de identidad”. No encuentran una creación urbana que pueda ser la imagen de la ciudad. A esto, se le une la dificultad de que comparte nombre con la comunidad, y habría que lograr diferenciarlas.

placeholder Pepe Cruz. (Cedida)
Pepe Cruz. (Cedida)

Lo dice desde la experiencia: fueron los encargados, en los años 80, de elaborar los símbolos de la Comunidad de Madrid. “Fue un trabajo muy arduo de investigación con la colaboración de Santiago Amón como historiador”. Llegaron a esas siete estrellas de la bandera que representan a la Osa Mayor, una constelación que se puede ver en la Sierra de Guadarrama. “Ha calado porque se creó desde cero”, defiende frente a la idea de explotar monumentos ya existentes.

Aquí no hay una Torre Eiffel

En Berlín es la Puerta de Brandeburgo; en París, la Torre Eiffel; en Nueva York, la Estatua de la Libertad. Hay ciudades donde la arquitectura penetra. El también arquitecto Pepe Novillo y sus compañeros de profesión Carlos Lamela y José Ignacio Linazasoro llegan a la conclusión de que no se puede aplicar a Madrid. No hay comparación.

“Como mucho podría mencionar la Puerta de Alcalá, aunque queda muy por debajo de la importancia de la ciudad”, cita el diseñador. “Incluso la Puerta de Europa, aunque sea de la gran estrella de Philip Johnson, ha sido muy criticada, y que acabara siendo la marca me parecería triste.”, defiende el creador del Centro Canalejas.

Lamela prefiere el Palacio Real, pero no le ve la misma fuerza que a la Sagrada Familia, la Giralda o la Ciudad de las Artes y las Ciencias, imágenes que parecen tener grabados los nombres de Barcelona, Sevilla y Valencia. “Hay lugares donde simplemente no hay nada característico, como Málaga”.

placeholder Carlos Lamelas. (Cedida)
Carlos Lamelas. (Cedida)

El hijo del también arquitecto Antonio Lamelaartífice de la Terminal 4 o las Torres de Colón– se decanta por algo completamente nuevo, centrado en la “alegría, apertura y simpatía” que desprende la capital. Valora lo intangible, como la gastronomía. “Se ha creado el mundo del Metaverso y no vamos a buscar un símbolo de piedra”, ironiza.

Linazasoro ahonda en la misma idea, a la falta de un elemento arquitectónico que pueda encerrar la esencia de Madrid. “París es más homogénea, con un trazado del siglo XIX que abarca la totalidad de la ciudad. Aquí tenemos elementos diferenciales de tipos y forma”, describe.

En cambio, señala los trazados de la urbe que la hacen original, como la Gran Vía. “Es quizás un estilo más americano”. También el Paseo del Prado o la Puerta de El Sol, donde junto a Ricardo Sánchez ha diseñado la nueva estructura para el acceso a la estación de Cercanías. “Es una plaza donde se acumula mucha gente, casi el punto central, y nunca ha sido tratada como una unidad, se han hecho intervenciones parciales. Nosotros hemos intentado recuperarla y vaciarla de elementos que hacen que esté llena de obstáculos”, concluye.

Foto: Recreación de como quedará la Puerta del Sol tras su remodelación. (Ayuntamiento de Madrid)

Precisamente, en la Puerta del Sol, junto al Oso y al Madroño, pasea Lola Rojo, una argentina que llegó a España hace tres años. Ella, que a sus 29 años trabaja como psicóloga, no duda ni un instante en definir la ciudad con una palabra: “Familia”. “Esta es mi segunda casa, y desde que llegué me he sentido acogida por todos. No diría que lo define un lugar, sino ese sentimiento de encajar con facilidad”.

Cerca de la fuente, unas amigas de 19 años, estudiantes de Bellas Artes, concluyen que lo determinante son las diversas posibilidades que la ciudad ofrece. “Hay mucho ocio. Nunca te aburres porque hay mucha vida”, comenta Irene. “Para mí, la identifica la cultura, la cantidad de museos y zonas históricas”, destaca Ariadna.

No lo saben, pero coinciden con Enric Satué. “Me gustaría ver como icono a Velázquez porque sería la presencia internacional de un personaje inigualable”, describe sobre un retrato que aúna la tradición (se terminó en 1656) y un nuevo punto de vista. "Lo folclórico no me interesa”, reconoce y concluye con una pregunta: “¿Qué hay mejor en la vida que el arte? Yo representaría a Madrid con el número uno”.

El diseñador gráfico Enric Satué escucha que el Ayuntamiento de Madrid busca una nueva imagen que resuma la esencia de la ciudad y dice que es prácticamente imposible crear algo con lo que se identifique cada ciudadano. Sin embargo, en cuanto termina de decir la frase, traza una idea: “Yo tomaría un fragmento del rostro, muy cercano, sin cabellos ni orejas, del autorretrato de Diego Velázquez en el cuadro 'Las Meninas'”.

Gran Vía Torres de Colón Diseño Ayuntamiento de Madrid