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Un búho, una cigüeña y un busardo: el goteo de aves protegidas abatidas en Madrid
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Un búho, una cigüeña y un busardo: el goteo de aves protegidas abatidas en Madrid

El Grupo de Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Hábitat sostiene que estos episodios no son hechos aislados ni accidentes

Foto: Halcón real abatido. (Grefa)
Halcón real abatido. (Grefa)
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Sobrevivir al impacto de más de cuarenta perdigones, repartidos por todo el cuerpo, que dejan, entre otras heridas y fracturas, la fragmentación de “cúbito, radio izquierdo y derecho, y la pérdida del ojo derecho”. Es el parte veterinario del búho real tiroteado con una escopeta de caza y que narra a El Confidencial Ignacio Otero, miembro del Grupo de Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Hábitat (Grefa), en Majadahonda. Este búho real, rescatado por Agentes Forestales de la Comunidad de Madrid en Villarejo de Salvanés, ingresó en el hospital de Grefa con pronóstico crítico y fue disparado a corta distancia, a quemarropa, como demuestra la radiografía realizada por los veterinarios antes de su intervención quirúrgica, en la que se ve la concentración de perdigones hallados en su cuerpo. No ha sido la única ave protegida abatida en los últimos días.

Foto: Nazareth y César, fundadores de la iniciativa ciudadana.

Con un peso cercano a los dos kilogramos, este búho real, que ya ha empezado a comer, ha conseguido salvar la vida, pero no podrá ser reintroducido en su hábitat natural cuando se recupere de las heridas. No volverá a ser un ave rapaz, porque “las fracturas y la pérdida de visión de un ojo hacen que el animal sea irrecuperable. Se quedará en el centro de Grefa como parte de los programas de educación medioambiental que se imparte en el centro madrileño”. Este Bubo bubo, que busca apadrinamiento, sobrevivió al disparo de un cazador y tendrá como misión enseñar a los niños, también a sus padres, las dramáticas consecuencias del maltrato de la vida silvestre, más allá del delito que constituye.

placeholder Milano Real. (Grefa)
Milano Real. (Grefa)

Profesionales y voluntarios de Grefa lo tienen claro. Estos disparos con escopeta de caza a aves silvestres, muchas de ellas especies protegidas, no son hechos aislados ni accidentes. El choque de un ave con un tendido eléctrico sí es algo fortuito. Confundir una especie cinegética con una cigüeña blanca (con las alas extendidas pueden llegar a tener una envergadura de entre 155 y 215 cm), un búho real (con una envergadura de las alas de entre 131 a 168 cm) o un busardo ratonero (rapaz con 110 a 132 cm de envergadura alar) es algo premeditado, más aún cuando el disparo se realiza a corta distancia.

“Es casi matemático”, denuncia Grefa. “Se abre la media veda de caza y comienza el goteo de ingresos de aves muertas o gravemente heridas por los proyectiles de las escopetas de caza”. Milanos reales, halcones, cigüeñas blancas, búhos reales, cormoranes grandes, garcillas, buitres leonados… “son víctimas de cazadores desaprensivos que disparan contra nuestra fauna protegida, contra animales que no son especies cinegéticas”.

placeholder Radiografía del búho real el día del ingreso. (Grefa)
Radiografía del búho real el día del ingreso. (Grefa)

José Antonio Montero, responsable de Comunicación de Grefa recuerda que “abatir especies protegidas es un delito” y pide a los cazadores que sean ellos “los primeros que trabajen por erradicar estos comportamientos ilegales”, que investigan agentes del Seprona de la Guardia Civil y los Agentes Forestales de la Comunidad, aunque son difíciles de resolver (pero no imposible, como demuestran algunas sentencias contra individuos que abatieron a especies protegidas)

En los últimos días, además del búho real abatido en Villarejo de Salvanés, han aparecido tiroteados y muertos a perdigonazos una cigüeña blanca, en Torres de la Alameda, y un busardo ratonero, en Navalcarnero.

¿Qué hacer si vemos un delito?

La colaboración ciudadana resulta imprescindible para investigar los delitos contra el medio ambiente, aunque enfrentarse o reprochar alguna acción delictiva a quien va armado con una escopeta no parece prudente. Ignacio Otero recomienda “llamar al 112 para que nos deriven al organismo competente relacionado con el delito que estamos viendo. Lo mejor es no intervenir como particulares”.

Foto: Un piquituerto común, un ave especializada en la extracción de piñones. (SEO/Birdlife)

Si nos encontramos un animal herido o muerto, misma recomendación. Llamar al 112 o al teléfono de emergencia del Grupo de Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Hábitat (+34 627 461 457) y no tocar al animal, salvo si está vivo y se encuentra en peligro. “Si el animal está muerto, es mejor dejar todo como está, para que las autoridades investiguen la causa de la muerte, porque puede ser un caso de gripe aviar o la prueba de un delito”. La Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Agricultura de la Comunidad de Madrid ha confirmado esta semana la muerte de dos aves (un cisne y una oca) por gripe aviar, que aparecieron en un parque del municipio de Tres Cantos.

La naturaleza tiene que seguir su curso, aún con sus peligros

En fechas de cría es también muy habitual encontrarse animales recién nacidos que, aunque pudieran parecer extraviados, no lo están. Muchas veces la buena intención puede ser contraproducente, como explica José Antonio Montero, porque “si el pequeñín no está herido y no se encuentra en peligro por estar cerca de una carretera o una zona de paso, lo mejor es dejarle, ya que los padres estarán cerca. Es mejor dejarles tranquilos y alejarnos lo antes posible del lugar, porque posiblemente los padres estén cerca esperando a que nos vayamos para reunirse con su cría”. La naturaleza tiene que seguir su curso, aún con sus peligros. Otra cosa es la premeditación de disparar a un animal protegido.

Sobrevivir al impacto de más de cuarenta perdigones, repartidos por todo el cuerpo, que dejan, entre otras heridas y fracturas, la fragmentación de “cúbito, radio izquierdo y derecho, y la pérdida del ojo derecho”. Es el parte veterinario del búho real tiroteado con una escopeta de caza y que narra a El Confidencial Ignacio Otero, miembro del Grupo de Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Hábitat (Grefa), en Majadahonda. Este búho real, rescatado por Agentes Forestales de la Comunidad de Madrid en Villarejo de Salvanés, ingresó en el hospital de Grefa con pronóstico crítico y fue disparado a corta distancia, a quemarropa, como demuestra la radiografía realizada por los veterinarios antes de su intervención quirúrgica, en la que se ve la concentración de perdigones hallados en su cuerpo. No ha sido la única ave protegida abatida en los últimos días.

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