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La Liminal, los paseos que cuentan y reflexionan sobre el Madrid obrero
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La Liminal, los paseos que cuentan y reflexionan sobre el Madrid obrero

El colectivo de mediación cultural se aproxima, desde una visión crítica y feminista, a la historia madrileña mediante paseos y visitas a lugares más o menos significativos

Foto: 'Derivas urbanas', una de las actividades de La Limial. (Lukasz Michalak)
'Derivas urbanas', una de las actividades de La Limial. (Lukasz Michalak)

Yolanda Riquelme y Beatriz Martins andan, pasean y recorren las calles, parques y recovecos madrileños. Lo hacen de muchas maneras diferentes, pero siempre pendientes de aquello que parece invisible o sin interés. Una casita baja, un solar anodino, una ventana que está oculta bajo el pavimento, edificios nuevos que sustituyen a otros que albergaron historias…

“Esto es infinito”, reconoce la primera de ellas. Las dos son las integrantes de La Liminal, un proyecto que pretende dar a conocer el pasado de nuestra ciudad, siempre desde un perfil inquieto y obrero, donde la mujer ha sido silenciada y es necesario darle voz.

placeholder  "Conocer supone dar un primer paso para evitar el borrado de la memoria". (Galerna)
"Conocer supone dar un primer paso para evitar el borrado de la memoria". (Galerna)

¿Por qué no señalar y preservar una construcción que nos habla de la identidad del barrio?, ¿por qué un monumento tiene mayor valor que una construcción obrera?, ¿cómo determinamos lo que es patrimonio y lo que no? Y desde ahí ¿qué tipo de memoria y de historia queremos conservar? Todas estas preguntas, formuladas en el IV Encuentro Cultura y Ciudadanía, las llevaban a una conclusión importante: “Conocer supone dar un primer paso para evitar el borrado de la memoria y puede generar acciones con las que convertir el patrimonio en algo vivo y por tanto persistente”.

Los inicios: Pacífico y las cigarreras

Desde el principio, allá por 2015, la dupla que formaban Yolanda y Beatriz quería acercarse al espacio público desde una perspectiva crítica. “Nos presentamos a una convocatoria que se llamaba ‘Se Alquila’. Ese año pedían proyectos que pudieran reflexionar sobre lo público. Repensar la historia de la ciudad”, cuenta Yolanda, que previamente conoció a Beatriz siendo mediadoras del Museo Reina Sofía. Allí vieron que compartían estrategias y herramientas valiosas. “Nos podía permitir aterrizar en la ciudad desde un punto de vista diferente”, continúa explicando.

placeholder Descubriendo los secretos de Móstoles. (Patricia Nieto)
Descubriendo los secretos de Móstoles. (Patricia Nieto)

Su primer paseo tuvo al barrio de Pacífico como protagonista, ya que el festival se celebraba en los cuarteles de Daoíz y Velarde del mencionado distrito. “Siguiendo el interés del festival de desarrollar sus actividades en el entorno del barrio en el que tiene lugar, propusimos una ruta por Pacífico, estructurada en dos tiempos, que iba desde la zona más monumental e histórica hasta los acontecimientos de máxima actualidad del barrio”, contaban en su momento. Un paseo que las llevó por casas, monumentos y parques y que terminó “compartiendo historias sobre la lucha, de casi 30 años, de los vecinos de Pacífico para salvar estas construcciones y conseguir su participación en la gestión de los mismos”.

¿Cuáles son los criterios e intereses que ensalzan o borran determinadas historias?

A aquella aproximación siguieron otras muchas, desde Carabanchel a Arganzuela. Sin embargo, entre ellas, quizás, la más importante fue la de La Tabacalera y sus trabajadoras, al lado de Embajadores. “Nos dimos cuenta de que aquello era un contenido que había marcado la identidad de Lavapiés y que posteriormente había desaparecido”, apuntan. “Las cigarreras fueron mujeres valientes y luchadoras, impulsoras de numerosos motines y huelgas, pioneras del movimiento obrero en España”. Con este paseo recuperaron una de las historias invisibilizadas del entramado urbano y reflexionaron sobre una cuestión que atraviesa todo su trabajo: ¿Cuáles son los criterios e intereses que ensalzan o borran determinadas historias?

Chamberí, la mujer moderna

Este sábado las dos se lanzan a la calle, junto a un grupo previo que se ha inscrito en el recorrido al módico precio de 12€, para conocer lo vivido en Chamberí y las mujeres que lo habitaron. Después de abordar la historia y vivencias de las cigarreras pensaron que podía ser de interés abordar la figura de la mujer moderna y su llegada a los espacios educativos.

“Las primeras décadas del siglo XX y la entrada de la modernidad suponen cambios radicales para las mujeres que traen consigo una progresiva presencia femenina en la esfera pública, desde el ámbito laboral, al político o al de la producción intelectual y artística”, reflexionan.

placeholder Uno de los paseos por Madrid Río. (Galerna)
Uno de los paseos por Madrid Río. (Galerna)

“En esos mismos años, colectivos como el de las cigarreras muestran cómo desde las clases trabajadoras las mujeres crean nuevos modelos de actuación en el marco de la fábrica, pero la revolución ocurre en paralelo en distintas esferas”. De esta forma se recorren lugares como la Institución Libre de Enseñanza o la Residencia de Señoritas.

Transformaciones urbanas que son el centro de un discurso rico y accesible, donde no solo abordan el centro de la ciudad sino también el de barrios como Carabanchel o Campamento “Nos interesa la memoria obrera y la parte de atrás de Madrid”, dicen

Nocturnidad malasañera

Un trabajo que al principio no parecía sostenible, pero que poco a poco ha ido encontrando apoyo institucional. Lo que ha hecho que desde la precariedad, hayan logrado afianzarse como un referente dentro de lo que es el pensamiento crítico de la urbe y sus límites.

“Se acaba de anunciar un comisariado de mediación ambulante que vamos a realizar para el Museo Reina Sofía. Es un trabajo que tiene que ver más con la mediación artística, pero que nos interesa mucho”, apuntan.

placeholder Recordando a Arturo Barea en uno de los recorridos. (Lukasz Michalak)
Recordando a Arturo Barea en uno de los recorridos. (Lukasz Michalak)

A esto hay que sumar el programa de recorridos en Legazpi, bajo el paraguas del espacio El Águila; aquel que hablaba bajo la mirada de los vencidos tras la Guerra Civil, con Arturo Barea en la memoria. O el ciclo de recorridos nocturnos que realizan dentro del programa de mediación de Conde Duque, comisariado por Christian Fernández Mirón, donde se aproximan al barrio de Malasaña desde miradas alternativas.

El jueves pasado tuvieron a Paco Gómez, el fotógrafo y escritor, responsable de Los Modlin, y anteriormente pasearon sus calles con el colectivo Ontologías Feministas y Fino Oyonarte, miembro de Los Enemigos, que aterrizó en Malasaña a mediados de los ochenta.

“Todo puede ser abordado, siempre que se haga desde el respeto. Notamos que por parte de asociaciones y vecinos hay un reconocimiento. Nuestros procesos de trabajo tienen muchas fuentes diferentes. Desde las bibliográficas hasta hablar con gente que vive en las zonas que visitamos”, recuerda Riquelme. “Yo soy de Murcia, aunque ahora vivo en Lavapiés y he visto toda la 'turistificación' que sufre, y Beatriz es de Móstoles, del extrarradio. Venimos de familias humildes y nos gusta pensar en los cambios de la ciudad”. Modificaciones que se entienden mejor si cuando se recorren sus calles se conoce su historia.

Yolanda Riquelme y Beatriz Martins andan, pasean y recorren las calles, parques y recovecos madrileños. Lo hacen de muchas maneras diferentes, pero siempre pendientes de aquello que parece invisible o sin interés. Una casita baja, un solar anodino, una ventana que está oculta bajo el pavimento, edificios nuevos que sustituyen a otros que albergaron historias…

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