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La floración de los almendros tiñe Madrid de rosa y blanco: este es el mejor sitio para verlo
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La floración de los almendros tiñe Madrid de rosa y blanco: este es el mejor sitio para verlo

Las altas temperaturas registradas este año han adelantado el espectáculo. Las calles de Madrid suman 2.184 ejemplares censados, además de los presentes en diferentes parques

Foto: Almendros en flor en La Quinta de los Molinos. (EFE/Fernando Villar)
Almendros en flor en La Quinta de los Molinos. (EFE/Fernando Villar)

“Un golpe de belleza”. Así define Santiago Soria, subdirector general de Parques y Viveros del Ayuntamiento de Madrid, la floración de los almendros en la ciudad, tan impresionante como efímera. “El almendro es un árbol discreto”, que pasa desapercibido todo el año, excepto en los pocos días que dura su floración, cuando se produce la mágica transformación de decenas de capullos que, “casi de un día para otro”, cambian repentinamente la decoración del campo y la ciudad, anunciando la llegada de la primavera. Las altas temperaturas que se están registrando este año han provocado que el espectáculo se adelante y el mejor sitio para disfrutar del mismo en la capital es La Quinta de los Molinos.

En estos días, “si uno pasea por las calles de Madrid o por cualquiera de las carreteras que nos alejan de la capital, podemos encontrar numerosos almendros ya florecidos”. Abundan este tipo de árboles en la propia ciudad y su entorno, cuenta Soria, “aunque no nos fijemos en ellos”. En la base de datos del Ayuntamiento de Madrid, en la página ‘Un alcorque, un árbol’, podemos contabilizar hasta 2.184 ejemplares censados en la capital. A esta cifra hay que sumar los que habitan en recintos históricos y verdes y que son ya un florido reclamo turístico que, cada año, gana en expectación.

Foto: Foto: iStock.

Miles de ciudadanos recorren estos días la Casa de Campo, Madrid Río, el Real Jardín Botánico, el Parque Juan Carlos Primero, el Parque del Capricho o El Retiro para admirar y fotografiar las miles de flores blancas y rosas que dan color al final del invierno. Pero si hay un rincón que engrandece el contraste del asfalto, el ladrillo, el vidrio, el hormigón y el acero con la belleza de la naturaleza urbana está en el parque histórico de La Quinta de los Molinos, en el distrito de San Blas - Canillejas.

“La Quinta de los Molinos se plantea a principios del Siglo XX como lo que es en la actualidad, un almendral. El arquitecto del parque, César Cort, valenciano de nacimiento, pero afincado en Madrid, quiso tener cerca su tierra y recreó en la finca una plantación de almendros con 3.000 ejemplares”. En este año 2022, el cálido invierno ha provocado la floración a mediados de febrero de los 1.563 ejemplares de La Quinta, según datos de la Asociación Española de Parques y Jardines Públicos.

Foto: Campo de almendros en flor en Murcia. (EFE)
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Para quien tiene como responsabilidad cuidar y mantener los parques de Madrid, esta muestra vital de “la floración del almendro es una belleza impresionante” que tiene en su corta duración, en su vida efímera, el secreto de su éxito. “O vamos ahora a ver este regalo de la naturaleza o tendremos que esperar al año que viene, porque en dos semanas, el almendro vuelve a esconderse a los ojos de los ciudadanos, a hacerse invisible” para formar parte del decorado vegetal de Madrid hasta la próxima floración.

El secreto de la floración

Sin quitarle mérito a la flor del almendro (nombre científico 'prunus dulcis' o 'prunus amygdalus communis'), su hechizo tiene algo de truco de magia. La flor se desarrolla cuando el árbol, de hoja caduca, sólo es un conjunto de ramas peladas, sin fronda verde que tape el manto de pétalos blancos y rosas. El almendro se lleva el aplauso del público, que admira atónito la primera eclosión floral de la temporada, pero el mérito vegetal lo comparte en estas semanas con algunos ejemplares de la familia de las rosáceas y el género prunus. “En estas fechas, en el tránsito del invierno a la primavera, también presenciamos la floración del ciruelo, el peral, el manzano, el cerezo o el membrillo”, explica Ana Macías, Ingeniera de Montes, colaboradora en el Grupo de Gestión del Bosque Urbano (Urban Forestry) de la Universidad Politécnica de Madrid y presidenta de la Asociación Arbocity.

Foto: El Parque de El Retiro en Madrid. EFE

¿Por qué el almendro es tan precoz en la floración? Pura adaptación, aún con el riesgo que conlleva vivir de avanzadilla en un mundo marcado por el cambio climático. Según Macías, “la puesta del almendro, que habita en climas secos, es tan sencilla como asegurarse desde el primer momento el agua de la lluvia de primavera para engordar su fruto antes de que llegue la sequía del verano. El problema es que si hiela durante durante estos días, la flor se perderá”. Por eso, “este proceso adaptativo ocurre entre finales de enero y principios de marzo, según lo caluroso o frío que esté siendo el invierno”.

Es una suerte tener estos árboles en la capital, que nos anuncian la llegada de la primavera con sus flores, igual que es también importante tener una variedad vegetal que nos muestre, con sus cambios de colores y la pérdida de la hoja, la llegada de nuevas estaciones. Esta naturaleza urbana es la forma que tenemos de conectarnos con los cambios estacionales”, que muchas veces perdemos al vivir en la vorágine de la ciudad. “Esta percepción de la naturaleza (y sus ritmos) es importante para nuestra salud, para rebajar los niveles de estrés y para recuperar ese trocito perdido de conexión con la naturaleza”, apunta Ana Macías. Al final, todo está conectado.

“Un golpe de belleza”. Así define Santiago Soria, subdirector general de Parques y Viveros del Ayuntamiento de Madrid, la floración de los almendros en la ciudad, tan impresionante como efímera. “El almendro es un árbol discreto”, que pasa desapercibido todo el año, excepto en los pocos días que dura su floración, cuando se produce la mágica transformación de decenas de capullos que, “casi de un día para otro”, cambian repentinamente la decoración del campo y la ciudad, anunciando la llegada de la primavera. Las altas temperaturas que se están registrando este año han provocado que el espectáculo se adelante y el mejor sitio para disfrutar del mismo en la capital es La Quinta de los Molinos.

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