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Muestras de ADN y códigos QR: así han terminado Meco y Ajalvir con las heces de perro
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Muestras de ADN y códigos QR: así han terminado Meco y Ajalvir con las heces de perro

Los censos genéticos para cazar a los dueños incívicos dan sus frutos. El volumen de excrementos en las calles de Meco ha bajado un 85%. Alcalá de Henares trabaja en la implantación del registro

Foto: Un perro hace sus necesidades en un parque de Madrid. (EFE)
Un perro hace sus necesidades en un parque de Madrid. (EFE)

Un censo de ADN. No para echar el guante a peligrosos criminales, sino para cazar a los dueños que no recogen los excrementos de sus perros y tramitar la correspondiente multa gracias al resultado de análisis genéticos. El municipio madrileño de Meco apostó en 2017 por esta fórmula y desde entonces el volumen de heces en sus calles ha descendido un 85%, según datos del Ayuntamiento. Ajalvir acaba de poner en marcha la iniciativa y Álcala de Henares anunció que estudia hacer lo mismo. Sería la primera gran ciudad de la Comunidad en apostar por un sistema con el que también se puede luchar contra el maltrato y el abandono animal.

Meco, con 14.903 habitantes, es una localidad donde abundan las viviendas unifamiliares y los chalés. El "incivismo de algunos vecinos" empujó al Ayuntamiento a buscar una solución que acabase con las deposiciones de los perros en plena calle. “Lo primero que hicimos fue elaborar una nueva ordenanza municipal sobre tenencia de animales, sobre todo para indicar muy bien el proceso que se debería seguir a partir de ese momento”, explica la concejala de Bienestar Social de la localidad, Concha Aller.

Foto: Los parques son el lugar de recreo preferido para el mejor amigo del hombre. (Robyn Arouty)

A lo que se refiere esta edil es al proceso de censo genético que tuvieron que poner en marcha para, después, poder sancionar a aquellos dueños cuyos animales defecaran en la calle y no recogieran sus excrementos. En Meco hay 1.800 perros censados y las multas por este tipo de incivismo se cifran en 100 euros, detalla Aller, y agrega: “Todo lo que se recauda se destina a ONG, parques caninos y otros ámbitos destinados a mejorar la vida de los animales”. Al principio la recogida de muestras de ADN canino se realizaba mediante una toma de sangre, pero ahora las cosas son mucho más fáciles, tan solo basta con una muestra de saliva del animal. El precio asciende a 30 euros. En la actualidad, Meco no multa ni a un centenar de personas por este motivo al año.

El trabajo de concienciación previo a la medida fue desempeñado por la Policía Local del municipio. Así, el vecindario podía saber que el censo había cambiado, que al microchip que todos estaban obligados a portar, ahora se sumaba el tener que hacerse la muestra de ADN. Y el sistema para cazar a los infractores poco a poco fue cambiando: “Al principio hacíamos una recogida de muestras semanal, pero ahora ya no hace falta. Las heces se pueden guardar en una nevera y las enviamos en remesas de unas doce”, especifica Aller. La empresa con la que trabajan estas tres localidades es la misma, ADN Canino, cuyo programa permite mapear dónde se han recogido excrementos que no guardan relación con el censo, lo que da pistas a las autoridades de dónde puede haber algún vecino con perro que aún no esté en los registros.

placeholder Varios perros juegan en un parque junto a a sus dueños. (EFE)
Varios perros juegan en un parque junto a a sus dueños. (EFE)

Identificar a un perro con el móvil

Ajalvir (4.676 habitanes) es un municipio que ha implementado la medida recientemente. Antonio Miguel Domínguez, teniente de alcalde y concejal de Obras y Servicios, ha sido el encargado de impulsarla. “La mayoría sí que recogían las heces, pero algunas personas incívicas provocaban el malestar del resto del pueblo”, detalla. A pesar de que en la localidad apostaron por dar facilidades para la recogida de los excrementos, como ofrecer bolsas gratuitas y papeleras destinadas exclusivamente para esta función, las deposiciones de los animales seguían siendo frecuentes en las calles. Tras realizar la correspondiente modificación de la ordenanza municipal, desde el Consistorio abrieron un periodo voluntario para que la gente aportara muestras de ADN de sus mascotas.

Según los cálculos de Domínguez, en estos momentos hay 430 perros censados, de los que ya se han realizado la prueba unos 380. “El 31 de octubre terminó el periodo voluntario, durante el cual todos los gastos los asumimos desde el Ayuntamiento”. Así, este 12 de enero se llevó a cabo la primera recogida de muestras en las calles del municipio. Las multas ascienden en la localidad a 250 euros. En ella participaron personal de la empresa de limpieza y policías locales, que deben estar presentes para que la prueba sea legal, precisa el concejal. “Los resultados nos llegarán en unos días, pues deben pasar en torno a 20 hasta que el laboratorio nos envía la confirmación”, añade Domínguez.

Foto: Además de recoger los excrementos, en Valencia tendrán que limpiar los orines con agua (EFE/Fermín Cabanillas)

Junto con la muestra de ADN, a los dueños de los animales también se les entrega una chapa con un código QR que la mascota debe portar en todo momento. “Así, en caso de pérdida, si otra persona lo encuentra tan solo tendrá que escanearlo y conocerá el teléfono de contacto y el nombre del dueño”, comenta el teniente alcalde. De todas formas, aún quedan algunos animales por identificar. Además, el Ayuntamiento de Ajalvir intenta completar el anterior censo que tenía: “Algunos perros que hemos localizado ya no viven aquí pero no se han dado de baja, o han fallecido".

El sistema en una gran ciudad

En realidad, las deposiciones en la vía pública ya se han empezado a reducir en Ajalvir sin necesidad apenas de tomar las muestras, tan solo fue necesaria la concienciación del vecindario y la campaña del censo genético. Precisamente esa es la meta que persigue Alcalá de Henares, ciudad también al este de la región que aglutina casi a 200.000 habitantes. Enrique Nogués, concejal de Medio Ambiente en el Consistorio complutense afirma que atajar el incivismo de algunos vecinos no fue el único motivo por el que empezaron a trabajar con ADN Canino. “Queremos que cualquier perro en la calle pueda ser identificado o enlazado con su dueño mediante un móvil y una aplicación”, resume este edil. El sistema permite prevenir el abandono animal y los malos tratos.

Foto: José Luis Yuguero juega con sus perros. (G.M.)

“La licitación del proyecto asciende a 45.000 euros y queríamos que se cumplieran una serie de condiciones: que al vecino le saliera lo más barato posible censar a su mascota, que se realizara una campaña de comunicación y concienciación y que hubiera cierto número de muestras gratuitas para los perros adoptados”, explica Nogués. Finalmente, el análisis genético por cada animal asciende a 33 euros, pero el Consistorio trabaja ahora para articular el marco legal que permita subvencionar estas pruebas, con un coste de entre cinco y diez euros para los dueños.

La empresa comparte los datos

Estos mismos dueños tendrán que esperar a junio para que se abra el periodo voluntario de seis meses durante los cuales podrán acogerse a las subvenciones. En el caso de Alcalá, la multa prevista oscila entre los 300 y los 1.000 euros, dependiendo de si la deposición está cerca de un centro escolar o ciertos lugares sensibles. Según Nogués, cuando el censo de ADN canino cuente con un registro que supere la mitad de la población canina se pondrán en marcha las batidas para recoger las muestras de excrementos. “Además, la empresa comparte los datos de aquellas zonas en las que presta servicios, así que si un vecino con perro de Alcalá se desplaza a Meco y no recoge las heces, será igualmente multado porque aparecerá en la base común”, incide el concejal complutense.

De esta forma, Alcalá de Henares es la primera gran ciudad de la Comunidad de Madrid que se suma a una medida que también está presente en otras localidades de España. En Madrid capital, por ejemplo, es una de las reclamaciones que el vecindario realiza al Ayuntamiento de forma constante, tal y como se refleja en los informes de sugerencias y reclamaciones. Sin embargo, desde el Área de Medio ambiente de la capital aseguran que no tienen previsto llevar a cabo la medida.

Un censo de ADN. No para echar el guante a peligrosos criminales, sino para cazar a los dueños que no recogen los excrementos de sus perros y tramitar la correspondiente multa gracias al resultado de análisis genéticos. El municipio madrileño de Meco apostó en 2017 por esta fórmula y desde entonces el volumen de heces en sus calles ha descendido un 85%, según datos del Ayuntamiento. Ajalvir acaba de poner en marcha la iniciativa y Álcala de Henares anunció que estudia hacer lo mismo. Sería la primera gran ciudad de la Comunidad en apostar por un sistema con el que también se puede luchar contra el maltrato y el abandono animal.

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