¿Cómo lo hacen los Reyes Magos para ser sostenibles?

Larvandad es uno de los pajes reales de los Reyes Magos de Oriente y nos ha permitido observar el trabajo de Sus Majestades. ¿Qué queda de la riqueza que representa el oro y la sencillez del incienso y la mirra? Por desgracia, en este siglo XXI, poco o nada.

El paje real, al que se le nota ya el paso de los años, recuerda con nostalgia su primer viaje a Belén, guiados por una estrella, y la primera vez que vieron al Niño Jesús con María, su Madre. Cada Noche de Reyes, el séquito de los Sabios de Oriente entra en nuestras casas para dejar los regalos que, con ilusión, hemos pedido en nuestra carta anual.

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“Nos hace mucha ilusión ver la devoción de Baltasar, Melchor y Gaspar repartiendo los regalos, pero también sabemos que en los últimos años han "torcido el morro" en más de una ocasión”, confiesa Larvandad. Ya no son unos chavales y las cartas son tremendamente extensas. “Antes entregaban un puñado de obsequios en cada casa y ahora parece una competición para ver dónde se acumulan más juguetes”.

Quizá la edad les esté haciendo más gruñones, pero tampoco les falta razón cuando confiesan a sus pajes reales, así lo ha confesado Larvandad, que “la competencia de Papá Noel, la opulencia de los regalos de cumpleaños y los obsequios por buenas notas, acabar el curso o por sacar a pasear al perro, hace que los niños tengan menos ilusión por su llegada cada 6 de enero”. Se llama sociedad de consumo irracional. Carlos de Prada, impulsor de la iniciativa “Hogar sin tóxicos”, cree que “la Navidad ha perdido los valores familiares y morales que hacen tan especial esta celebración y esta época del año”. “Es todo lo contrario -dice De Prada- a la ansiedad por comprar, comprar y comprar”.

Reducir es ahora mismo la más importante

Como relata Larvandad, los Reyes, como son magos, lo ven todo. Observan y analizan. “Se asombran y muestran cierta tristeza al comprobar que la ilusión por sus regalos dura apenas unos días”. Son conscientes de la importancia de cambiar el modelo actual de “usar y tirar”, de implicarse en cuatro de las “erres” que definen la economía circular: reducir, reparar, reutilizar y reciclar. Reducir es ahora mismo, si duda, la más importante. Los recursos limitados del planeta, la descomunal acumulación de desperdicios y las ancianas espaldas de los Reyes Magos piden a gritos reducir el consumo global en el que nos hemos instalado.

"Sentido común"

“¿Cómo hacen los Reyes Magos para ser sostenibles?" Larvandad, arqueando las cejas y encogiéndose de hombros, espeta: “sentido común”. Y se fue, porque estaba de ronda repartiendo regalos a los niños hospitalizados en los centros sanitarios de Madrid.

“Sentido común”, dice el paje. “Sentido común” en la sociedad de la inmediatez, de las redes sociales, de las compras electrónicas, de las plataformas audiovisuales. Parece más fácil un viaje a la Luna con Jeff Bezos. ¿Cómo aplican los Reyes Magos el sentido común a las compras de sus regalos? Eva Gil, educadora en el proyecto “Salud Ambiental en la Escuela” de la Fundación Vivo Sano, explica a este medio que “lo primero, planificar. Hay que planificar las compras y no improvisar lo que salga o dejar todo a lo que veas, porque, al final, se compran cosas de más”.

“Leer las etiquetas es una de las tareas más importantes para ser sostenibles", destaca Gil

Como las prisas no son buenas consejeras, a la planificación hay que sumar tiempo. “Las compras con prisas crean agobios y esto nos hace seleccionar regalos que no esperábamos comprar y gastar más dinero”, resume Gil. Otra de las claves para descifrar el “sentido común” de Baltasar, Gaspar y Melchor sorprende por inusual: leer las etiquetas.

La educadora piensa que “es una de las tareas más importantes para ser sostenibles y para no dejarnos engañar por la publicidad que no se ajusta a la realidad. La edad recomendada de los juguetes evita, además de sustos, desperdiciar regalos que no se van a usar -una forma de aplicar la “erre” de reducir-”. Hay que “fijarse en el distintivo CE, que es el indica que cumple con las normas de seguridad de la Comunidad Europea y la legislación vigente en los países de la Unión Europea”.

Uno también se da cuenta de que los Reyes Magos son más sostenibles cuando los regalos tienen más elementos de madera que de plástico, vienen con pocos embalajes, los adquieren en comercios del barrio y de proximidad, usan bolsas reutilizables para las compras, los envuelven con papeles reciclados y reutilizados de otros años… Pues eso, el sentido común.