El teletrabajo y la cercanía de la Navidad dejan las calles de Madrid sin apenas atascos

Los madrileños han decidido quedarse en casa a cuatro días del comienzo de las fiestas navideñas. Esta mañana la ciudad ha registrado un descenso de la intensidad del tráfico de entorno al 6% con respecto al lunes anterior, alcanzando un 8% en los accesos a la capital. Son cifras más propias de un día del fin de semana que de un lunes laborable.

En concreto, durante la hora punta de este lunes se ha registrado un descenso del 6,8% en el interior de la M-30, mientras que la caída en el exterior es del 6,1%. Lo que más ha sorprendido a los conductores es la ausencia de sus habituales retenciones, ya que el viario de la ciudad ha sido fácilmente transitable durante toda la mañana. Tan solo los vehículos que accedían a la ciudad por avenida de América, desde la A2, y por el tramo de Cea Bermúdez hasta Castellana se han encontrado con atasco.

Calles con tráfico denso en hora punta como el paseo de la Castellana, Bravo Murillo o General Ricardos han mostrado una imagen poco habitual, con los carriles con baja ocupación e, incluso, carriles completamente vacíos.

En cuanto a la M-30, solo dos incidencias entre puente de Ventas y avenida del Mediterráneo a primera hora, y en Pío XII hasta las 9 de la mañana. En líneas generales, la M-30, que registra en torno a 25 kilómetros diarios, hoy se ha quedado en menos de cinco, marcando un descenso en los atascos de la circunvalación del 78%. Según los datos de la DGT, el descenso de llegadas a Madrid desde los municipios circundantes se estima en un 8%.

Aunque no se dispone todavía de datos, muchos usuarios del metro y la red de autobuses urbanos se han sorprendido de lo vacíos que circulaban a primera hora, en especial las líneas que dan acceso a la almendra central de Madrid.

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Incertidumbre en la capital

Hay varias circunstancias que están influyendo en el descenso de la movilidad en Madrid. La más importante es el teletrabajo. Varios centros de la capital, especialmente los de mayor tamaño, están enviando a sus empleados a casa por el miedo de que se extiendan los contagios de la variante ómicron y puedan crear una situación de bajas masivas. En Madrid, la incidencia acumulada en los últimos 14 días es de 671 infecciones por cada 100.000 habitantes, una cifra que se estima mucho mayor, dado que los centros de salud están colapsados por la alta demanda y muchas farmacias de la capital se han quedado sin existencias de test de antígenos. La Comunidad de Madrid anunció que la semana pasada se repartirían test entre la población, si bien un retraso en la entrega ha demorado la situación hasta el miércoles de esta semana.

Ante la avalancha de ciudadanos pidiendo test, muchas farmacias se han visto obligadas a colgar el cartel de "no tenemos test" en la puerta.

A los que no saben si están contagiados también habría que sumar los confinamientos. Cuando una persona da positivo en una casa, toda la unidad familiar tiene que confinarse durante al menos 10 días, lo que sin duda tiene impacto sobre la movilidad general. Desde la política también ha habido llamadas a quedarse en casa a causa de la explosión de casos. La portavoz de Más Madrid en la Asamblea, Mónica García, ha propuesto extender el teletrabajo hasta finales de enero en las empresas que puedan permitírselo.

Además, existe una tendencia creciente entre los padres a no llevar a sus hijos al colegio esta semana por temor a que puedan regresar contagiados y tener que anular las cenas navideñas, que comienzan este fin de semana. No obstante, desde la consejería de Educación de Madrid explican que no se van a adelantar las vacaciones: "Puede que haya habido alguna llamada informal de algún centro a algún funcionario de las 19 áreas territoriales, pero no nos consta que haya habido petición oficial", explica un portavoz. "En cualquier caso, no hemos dado ninguna orden de adelantar las vacaciones escolares. Seguimos las indicaciones de la Consejería de Sanidad, y en ningún momento nos han aconsejado tomar esta medida". Por último, también influye que muchos madrileños han tomado esta semana de vacaciones para viajar a sus provincias de origen y celebrar las fiestas en familia.

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Esta actitud conservadora es la extensión de una dinámica que venía viéndose en la ciudad durante las últimas dos semanas. A medida que las noticias sobre ómicron ocupaban las portadas, los madrileños han ido cancelando planes y metiéndose en casa. Los que más están sufriendo los efectos, una vez más, son los hosteleros. En el año que se preveía la remontada, las cancelaciones de las cenas de Navidad han ido cogiendo velocidad hasta el punto de que se han anulado prácticamente todas las relativas a grandes empresas. Se han salvado las más pequeñas, si bien se da por sentado que es muy complicado que sigan adelante las que están previstas para celebrarse de aquí a final del año. "Estamos recibiendo cancelaciones de grandes grupos. Pero eso, al final, supone entre el 15 y el 20% de todas las cenas que se realizan. Por lo que muchos lugares lo están pudiendo suplir. Los hosteleros estamos acostumbrados a vivir en un tiovivo", lamenta Juan José Blardony, director general de Hostelería Madrid.