El futuro de la hospitalización está en el salón de tu casa: "Tiramos como podemos"
¿Y si le digo que el ingreso en la infraestructura física hospitalaria se limitará a casos de urgencia grave? La pandemia visibiliza la eficacia de la atención sanitaria a domicilio
El martes 7 de diciembre Miguel Ángel (nombre ficticio) amaneció en su casa de Torrejón con una vía en el brazo derecho. Está hospitalizado y forma parte del programa de la Hospitalización a Domicilio (HAD) del Hospital Universitario de Torrejón. Padece un cáncer de laringe pero su diagnóstico es estable. Necesita atención médica y farmacológica aunque puede prescindir de la infraestructura hospitalaria. “Esto es otra cosa... Aquí duermo en mi cama, como mejor y puedo ver el fútbol. Hoy juega el Atleti“, dice mientras Natalia, su enfermera, revisa que su medicación esté en orden mientras él descansa sobre el sofá del comedor. Se emociona cuando habla del tema, explica que el trato ahora es mucho más cercano. Coinciden su mujer y su hija, que preguntan al doctor Manuel Mirón - responsable de la Unidad de Hospitalización a Domicilio del Hospital de Torrejón y Presidente de la Sociedad Española de la Hospitalización a Domicilio (SEHAD)- si existen cambios en la medicación y el pronóstico y recuperación de Miguel Ángel.
Esta modalidad asistencial existe en España desde los 80, mejora la calidad de vida del paciente, libera camas en hospitales, cuesta un 40% menos que la hospitalización tradicional y no existe un marco regulatorio nacional que lo ampare. Mirón explica que la pandemia ha ayudado a visibilizar la eficacia de la HAD. Amplía el rango de actuación del hospital porque las camas liberadas por estos pacientes se llenan por quienes necesitan atención constante. Pero fallan las cuentas: aumentan los pacientes y los recursos humanos y económicos son los mismos. “Tiramos como podemos“, explica el doctor Mirón.
Los gerentes de cada centro deciden si apostar o no por este modelo (y cuándo y cómo), sin que existan unas pautas generales en el país. En la Comunidad de Madrid en concreto tampoco existe un protocolo de actuación. Aun así, si alguien necesita atención hospitalaria, ¿no estaría más seguro en un hospital? Depende del caso. Quienes defienden esta modalidad indican que "solo un 7% de los pacientes debe reingresar en el hospital por alguna complicación", afirma Mirón. Desde la Unidad de Torrejón atienden a 56 personas al día pero no todo vale para sumarse a esta modalidad. Los doctores del hospital proponen a las Unidades a Domicilio los posibles pacientes candidatos y valoran; para recuperaciones quirúrjicas o diagnósticos estables la decisión suele ser positiva. La única línea roja, en la mayoría de los casos, es que el paciente viva solo o que necesite vigilancia constante.
¿Lo bueno del covid?
“En los momentos de crisis a veces surgen oportunidades” -detalla Ascensión Hernando, al frente de la Unidad de Hospitalización a Domicilio (UHD) del 12 de octubre- “Se beneficia el sistema sanitario en general. Tratas al paciente en su espacio seguro y descongestionas el hospital. Es un ‘win-win’”.
Julia -nombre ficticio- no tiene ni idea de los beneficios o inconvenientes que pueda traer esta modalidad al sistema. Lo único que sabe es que está encantada. Padece un EPOC grave (enfermedad pulmonar obstructiva crónica). Se lo detectaron con 50 años por su fidelidad insoportable a las cajetillas de tabaco. Ahora tiene 75, las manos más arrugadas y los pulmones más encogidos. Odia los hospitales, dice, y agradece poder descansar en su domicilio. Es el perfil de paciente que atienden en el 12 de octubre porque el servicio se enfoca a los enfermos crónicos de neumología.
Desde la Fundación Economía y Salud defienden que la HAD “supone la superación del hospitalocentrismo”. En el informe previo a la pandemia, ‘Perspectivas para mejorar el futuro del sector salud’, explican que “llevamos varias décadas disminuyendo la estancia media hospitalaria y externalizando procesos que antes necesitaban ingreso hospitalario”. Este fenómeno se agudizó durante la crisis sanitaria. Ya en el 2013 se estimaba que la cronicidad ocupaba entre el 65% y el 80% de las urgencias y que entre un 25-50% de las hospitalizaciones de estos pacientes podrían trasladarse a la modalidad a domicilio. "Queremos buscar otros modelos emergentes en contraposición a los tradicionales más centrados en el sistema que en el paciente", añade Hernando.
Pero Miguel Ángel es un privilegiado porque su núcleo familiar puede dedicarle el tiempo necesario y actuar en calidad de cuidador. Julia, por su parte, vive sola. Esto es motivo de exclusión a esta modalidad en algunos hospitales. “Eso es lo que hay que trabajar. De forma generalizada, no tenemos ese recurso de cuidadores externos a los familiares disponibles para proporcionar al paciente. De alguna manera, estamos discriminando unos pacientes frente a otros en función de si alguien reside con ellos o no. Pero esto es una construcción, tenemos que seguir trabajando para mejorar el servicio“, aclara Mirón. En el Hospital Lluís Alcanyís de Xàtiva cuentan con trabajadores sociales que se encargan de los cuidados del paciente en caso de que vivan solos.
Según datos de la Sociedad Española de Hospitalización A Domicilio (SEHAD), el 61% de las Unidades de Hospitalización a Domicilio (UHD) españolas aumentaron su actividad durante las tres primeras olas de la pandemia. La capacidad del Hospital de Torrejón es de 250 camas. Durante la primera ola, tuvieron a 400 pacientes ingresados en planta y más de 150 en casa.
Antes de la crisis sanitaria, se atendía a enfermos crónicos como Julia; la entrada del virus provocó que estos pacientes se mantuvieran estables por el confinamiento. Hernando explica a El Confidencial que “es una alternativa a la forma tradicional de tratar a los pacientes. Estos disponen de un teléfono 24 horas si hay alguna urgencia, que no suele ser el caso, y con el covid aumentamos mucho el ritmo porque necesitábamos camas libres para los que tenían un diagnóstico crítico en el hospital”.
¿Fue esta una alternativa clave en los picos más agudos de la pandemia? Hay quienes opinan que podría haber sido mejor. El estudio de la Encuesta Covid de la SEHAD a 67 de las 126 UHD españolas, concluyó que el 27% de los encuestados consideraba que las unidades de HAD habían sido infrautilizadas durante las primeras olas. “En los peores momentos había que solventar camas y se hizo lo mejor que se supo y se pudo, pero sí creo que a lo mejor habría que tener una visión más global”, destaca Hernando. El 37% trataron menos de 100 pacientes covid y solo dos unidades superaron los 500.
A pesar de que el 61% de las UHD informaron de su aumento de actividad, solo el 45% del incremento de carga de trabajo se tradujo en la contratación de nuevo personal. Un 18% afirma que su plantilla se vio reducida durante las primeras semanas de la pandemia por la necesidad de atención hospitalaria. Es entonces cuando se instala la duda; de haber más recursos destinados a Sanidad, ¿sería necesario plantear esta modalidad para liberar camas? “La finalidad última es mejorar la calidad de vida del paciente”, por lo que las fuentes consultadas insisten en que lo que sería idóneo sería invertir más en esta modalidad ampliando personal e información al respecto. Mirón explica que “esta hospitalización no sustituye una parte de la actividad hospitalaria, permite ser un nivel asistencial más con todas las ventajas e inconvenientes. Es un punto de conexión entre el hospital y la atención primaria porque hay un grupo de pacientes que no necesitan un edificio tan frío y distante.”
Terreno pantanoso
Hay puntos opacos que generan desconfianza para quienes viven ajenos al ámbito sanitario. Por un lado, el desconocimiento de esta modalidad asistencial genera que el paciente ni siquiera se lo plantee, pero “solo un 5% de los enfermos rechaza esta opción cuando se le propone”, explica Mirón. Para llegar a potenciar esta alternativa, es necesario que los profesionales se desplacen de hogar en hogar. “Sin conocer el modelo entiendo que no te causa mucho entusiasmo dedicarte a ello. Nosotros [sanitarios] estamos acostumbrados a estar en el hospital, es cómodo el entorno y conocemos cómo funciona., El domicilio es desconocido… tú abandonas tu espacio seguro para desplazarte a la comodidad del paciente".
Mirón lleva más de 20 años practicando esta modalidad asistencial, casi tantos como Mercedes Carrasco, subdirectora médica del Hospital Gregorio Marañón. En lo que va de año han atendido a casi 1.000 personas a domicilio. Cuando llegó al centro público madrileño en 2019, animó a los gerentes a apostar por esta modalidad que llevaba anclada en 20 únicas camas más de 15 años. Esta cifra ha aumentado a 60 desde la pandemia, Carrasco afirma ser “una enamorada de la hospitalización a domicilio” y no duda en que es el futuro. Todas las semanas se convoca una reunión entre los profesionales de la UHD del Marañón y “vienen muy satisfechos” porque "se potencia el trato humano".
La HAD forma parte de la Cartera de Servicios Comunes del Sistema Nacional de Salud desde 2006. La complejidad del asunto se instala en el marco regulatorio que, de momento, a nivel nacional es inexistente. Tampoco se dispone de una categoría profesional para este tipo de sanitarios. Comunidades como Galicia, Valencia o País Vasco sí han delimitado una categoría específica a nivel regional ante el vacío legal nacional; Madrid, todavía no. “Varios hospitales quieren ponerlo en marcha pero la falta de homogeneidad es un problema. Cuando ven que no van a tener recursos específicos, hay que pensárselo dos veces ”. La implantación es irregular a lo largo del territorio y no existe un respaldo administrativo, por lo que la gerencia del hospital en cuestión decide si optar por esta alternativa.
No se han destinado más recursos a esta modalidad, sino que los profesionales vigentes han hecho un esfuerzo mayor. “En los momentos agudos había que solventar camas y se hizo lo mejor que se supo y se pudo, pero creo que habría que tener una visión más global”, destaca Hernando. En el año 2018 se presentó una Proposición no de Ley (PNL) sobre la necesidad de consolidar la HAD aunque, por el momento, la gestión está parada. “Con la pandemia se ha observado la efectividad de este modelo asistencial. Los hospitales se pusieron en máxima tensión y esto fue una válvula de salida”, añade Mirón. Predecir el devenir de los acontecimientos sanitarios es hoy día un oasis de incertidumbre, pero hay quienes defienden que, con los años, se reducirá la estancia en las infraestructuras y abundarán los casos de ingresos hospitalarios en las habitaciones y salones personales del paciente.
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El martes 7 de diciembre Miguel Ángel (nombre ficticio) amaneció en su casa de Torrejón con una vía en el brazo derecho. Está hospitalizado y forma parte del programa de la Hospitalización a Domicilio (HAD) del Hospital Universitario de Torrejón. Padece un cáncer de laringe pero su diagnóstico es estable. Necesita atención médica y farmacológica aunque puede prescindir de la infraestructura hospitalaria. “Esto es otra cosa... Aquí duermo en mi cama, como mejor y puedo ver el fútbol. Hoy juega el Atleti“, dice mientras Natalia, su enfermera, revisa que su medicación esté en orden mientras él descansa sobre el sofá del comedor. Se emociona cuando habla del tema, explica que el trato ahora es mucho más cercano. Coinciden su mujer y su hija, que preguntan al doctor Manuel Mirón - responsable de la Unidad de Hospitalización a Domicilio del Hospital de Torrejón y Presidente de la Sociedad Española de la Hospitalización a Domicilio (SEHAD)- si existen cambios en la medicación y el pronóstico y recuperación de Miguel Ángel.