Es noticia
Todo lo que tienes que saber de la corona de la Almudena
  1. España
  2. Madrid
FESTIVIDAD MADRILEÑA

Todo lo que tienes que saber de la corona de la Almudena

Hoy se calcula que mas de 300.000 hogares saborearan un dulce que tiene su origen en en 1978

Foto: Corona de la Almudena. (EFE/Emilio Naranjo)
Corona de la Almudena. (EFE/Emilio Naranjo)

La historia nos dice que la tradición o se cuida y se enriquece o se pierde. La festividad de la Almudena, pese a las vicisitudes de la antigua talla y las mudanzas de la nueva, no está anclada en los siglos ni lo ha estado siempre en el fervor popular. San Isidro siempre nos ha sacado más de verbena y eso amplía los horizontes de la devoción. Por la vía de lo oficial basta con asomarse al siglo pasado.

Es a principios del XX cuando Pío X fijó la fecha del 9 de noviembre, en el 48 se autorizó la coronación de la virgen y ya en 1977, Pablo VI declaró “la Virgen inmaculada bajo el título de la Almudena, principal patrona ante Dios de la archidiócesis de Madrid-Alcalá". Todo nos pillaba en plena Transición, hasta la misa de aquel año oficiada por Tarancón. En esa efervescencia histórica los pasteleros de Madrid decidieron, un año más tarde, celebrar un concurso y crear un dulce a la que además es su “patrona”. La “corona” se hace con el premio y lucha, en el sentido más dulce del término, con otras delicias típicas de este Madrid que sabe repartir lo agradable a lo largo del calendario.

Foto: Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez-Almeida en la festividad de la Virgen de la Paloma. ( EFE/Chema Moya)

Por la proximidad de las fechas y el parecido de las formas los pasteleros han tenido que luchar contra la comparación obvia de parecer un roscón de reyes. El sabor, la textura, el brillo, los adornos, la propia corona y la falta de regalo, serían argumentos suficientes para callar a los que se quedan con lo que ven, pero resulta más ilustrativo, definitivo y placentero probarla. En los últimos años cada maestro, con su mano y su librillo, ha dado el toque a un postre que calculan llegará a 300.000 hogares con ese reflejo especial que da el almíbar y ese “casi nada” de licor con el que espantar cualquier parecido con el azahar del roscón. Pese a estas referencias históricas el rastro popular de la “corona” se diluye durante décadas.

placeholder Un pastelero prepara coronas de la Almudena en la pastelería La Mallorquina en Madrid. (EFE/Emilio Naranjo)
Un pastelero prepara coronas de la Almudena en la pastelería La Mallorquina en Madrid. (EFE/Emilio Naranjo)

En el año 2017, de nuevo un concurso, coloca en las vitrinas madrileñas un postre para esa semana que va desde los últimos buñuelos hasta los primeros turrones. Hace 5 años se celebró el primer concurso de las mejores Coronas de la Almudena y 11 pastelerías se hicieron con el premio. Ha sido en el último lustro cuando se ha convertido en un elemento imprescindible de esos escaparates sugestivos y vertebradores de los barrios madrileños que todavía mantienen las pastelerías. El marchamo lo pone el “Sello Artesano de Calidad”, la garantía de la Asociación de Empresarios Artesanos de Pastelería de Madrid. Porque hay cosas que nunca podrán industrializarse sin perder el lustre y la corona.

Los que suspiramos por una pensión vivimos una regresión a nuestra infancia

Sobre la popularidad del producto encontramos una pista en que ya está en el recetario del más famoso robot de cocina. Insistiremos en los avisos que suelen hacer en televisión cuando van a “jugar” con química: “No trate de hacerlo en casa”. Aproveche que la previsión meteorológica anuncia temperaturas idóneas para la práctica relajada del paseo, sin inclemencias, y acuda a una de las 600 pastelerías de la comunidad para disfrutar en el desayuno, al café o en animada merienda de un postre efímero, esponjoso y delicado. Ningún maestro les va a confesar la dosis de cada elemento pero la mezcla combina leche, huevos, harina... un chispazo y para el relleno la nata, la trufa, la crema pastelera o ese cabello de ángel con el que los que suspiramos por una pensión vivimos una regresión a nuestra infancia. Lo del paseo también puede tomarse como una recomendación saludable.

La historia nos dice que la tradición o se cuida y se enriquece o se pierde. La festividad de la Almudena, pese a las vicisitudes de la antigua talla y las mudanzas de la nueva, no está anclada en los siglos ni lo ha estado siempre en el fervor popular. San Isidro siempre nos ha sacado más de verbena y eso amplía los horizontes de la devoción. Por la vía de lo oficial basta con asomarse al siglo pasado.

Hogares Qué hacer en Madrid Madrid
El redactor recomienda