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Aperitivo de sábado en Getafe: pagan Errejón y Mónica García
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Crónica de la inauguración de una sede

Aperitivo de sábado en Getafe: pagan Errejón y Mónica García

El local comercial del número dos fue durante un tiempo zapatería infantil, luego una tienda de decoración y desde esta mañana es la sede de Más Madrid-Compromiso por Getafe

Foto: Foto de grupo con los políticos Iñigo Errejón y Mónica García. (Más Madrid)
Foto de grupo con los políticos Iñigo Errejón y Mónica García. (Más Madrid)

La calle Leganés de Getafe puede ser especial o insulsa, según se mire. Está muy próxima a la calle Madrid, que como toda vía principal, simboliza en cierto modo el ascensor social del pueblo. Cualquier vecino que se precie (antes, no sé ahora) soñaba con vivir ahí como símbolo de triunfo, sobre todo cuando las vías del tren partían el pueblo en dos. Aquello era Villa Arriba y Villa Abajo pero todo junto.

El local comercial del número dos fue durante un tiempo zapatería infantil, luego una tienda de decoración y desde esta mañana es la sede de Más Madrid-Compromiso por Getafe.

Al lado está la librería religiosa Qumran (nombre de un valle del desierto de Judea), propiedad del portavoz de Vox en el ayuntamiento

En el segundo piso de ese mismo edificio, en la letra D, viví desde los 19 a los 28 años con mis padres. En el primer piso está la sede de la Empresa Municipal de la Vivienda y enfrente está la óptica Program Vision, donde su dueño, que hoy miraba con curiosidad desde el mostrador de su negocio, nos hizo varios pares de gafas a los tres ocupantes de la vivienda.

Al lado está la librería religiosa Qumran (nombre de un valle del desierto de Judea), propiedad del portavoz de Vox en el ayuntamiento. “No veas cómo se reían esta mañana al pasar algunos concejales del PSOE”, bromeaba una joven con la mascarilla del partido de Íñigo Errejón. En la también vecina terraza de la cafetería Órdago estaba esta mañana Raquel, la profesora que me enseñó gimnasia en el colegio acompañada de dos de sus hijos y de su inseparable cigarrillo.

A eso de las doce de la mañana apareció Mónica García en el lugar. Llegó y saludó sin quitarse la mascarilla. El equipo getafense de su partido se acercó a saludarla y a hacerse fotos con ellas, también algunos jóvenes que aguardaban desde hace rato. Enseguida alguien le confirmó a la líder de la oposición en la asamblea de Madrid qué preguntas le iban a tocar en el examen. La misma canción de la campaña del 4M sonaba en ese tramo del Getafe peatonal tan próximo al ayuntamiento, histórico bastión del PSOE durante toda la etapa democrática salvo una legislatura del PP de Juan Soler.

Abuelos en busca del sol paseando a los nietos en el carrito con las manos llenas de chucherías, parejas en chándal paseando al perro

Era una mañana de sábado más y se notaba en la calle. Abuelos en busca del sol paseando a los nietos en el carrito con las manos llenas de chucherías, parejas en chándal paseando al perro, muchas bolsas de la compra, fruteros llevando pedidos a domicilio. Un vendedor de Tecnocasa y un anciano con chambergo de invierno del Getafe FC. Para que luego digan que no hay afición.

Por una de las esquinas apareció Íñigo Errejón, con sus Adidas verdiblancas modelo Samba homenaje al Betis, sus gafas Wayfarer como las de Tom Cruise en ‘Risky Business’ y algo de cera en el pelo para fijar el peinado (bastaba acercarse un poco para comprobarlo). Su llegada hizo que empezaran las peticiones de fotos con los móviles, alguna que otra firma de su libro y que aumentaran los curiosos.

placeholder Mónica García se fotografía con gente en la nueva sede en Getafe. (Más Madrid)
Mónica García se fotografía con gente en la nueva sede en Getafe. (Más Madrid)

Un niño de unos cinco años se bajó de una bicicleta tan pequeña como él y le preguntó al padre: “¿Y este quién es?”. “Uno que es político y que sale en la tele”, contestó su progenitor. Volvió a subirse en su bici y continuó su camino sin inmutarse. Segundos después se asomó un señor entrado en los sesenta, que bromeaba con otro. “Vamos a acercarnos y le preguntamos por la beca”, dijo. “¿Qué beca?”, respondió el otro. Siguieron de largo.

Errejón y García respondieron a las preguntas de la prensa. Ya saben, el acto del 13 de noviembre en Valencia, los Presupuestos Generales del Estado… cosas que le importan lo justo a los vecinos de un pueblo de 170.000 habitantes, que ya escuchan hablar de lo mismo casi todos los días. Mónica García sigue llamando a la presidenta de la Comunidad “señora Ayuso” e Iñigo Errejón sigue empeñado en poner la salud mental en el centro con el aumento de psicólogos en la sanidad pública y recordó que cada día se suicidan diez personas en nuestro país.

Fue turno de hablarle a los asistentes. Se recordó a Manolo Espinar, fundador del Círculo Podemos de la localidad que falleció en 2018 y al que se ha homenajeado recientemente. Un matrimonio pasaba por la zona en ese momento. Él no parecía convencido de quedarse, pero ella no quería perdérselo. “La he reconocido por la voz. Ésta es la que pone a parir a Ayuso. Es lo que más le gusta”, le dijo. Cuando Mónica García acabó su intervención e invitó a los presentes a entrar en la nueva sede y a comer tortilla, la mujer se puso a aplaudir.

Se me olvidó preguntarle si las palmadas eran por el discurso o por el aperitivo gratis. Mi mirada hoy alternaba el cuaderno con las ventanas de ese segundo D con ascensor en el que fui tan feliz.

La calle Leganés de Getafe puede ser especial o insulsa, según se mire. Está muy próxima a la calle Madrid, que como toda vía principal, simboliza en cierto modo el ascensor social del pueblo. Cualquier vecino que se precie (antes, no sé ahora) soñaba con vivir ahí como símbolo de triunfo, sobre todo cuando las vías del tren partían el pueblo en dos. Aquello era Villa Arriba y Villa Abajo pero todo junto.

Íñigo Errejón
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