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Rabia contenida y cargas policiales: el movimiento LGTBIQ+ toma Madrid por Samuel
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Por la agresión mortal en a coruña

Rabia contenida y cargas policiales: el movimiento LGTBIQ+ toma Madrid por Samuel

La manifestación se ha saldado con cargas policiales y, al menos, un detenido. La Delegación de Gobierno analiza la actuación policial

Foto: Protestas en Madrid por la muerte de Samuel. (Sergio Beleña)
Protestas en Madrid por la muerte de Samuel. (Sergio Beleña)

Cuando se acercaban las ocho de la tarde del lunes en la Puerta del Sol de Madrid, el ambiente era triste y se respiraba cierto desasosiego. Miles de personas llegaron hasta el kilómetro cero de la capital para manifestarse por la brutal paliza que acabó con la vida de Samuel la madrugada del pasado sábado, en lo que muchos de los concentrados y sus allegados consideran un crimen de carácter homófobo.

La protesta, convocada por el Movimiento Marika de la capital, reunió a unas 3.000 personas (según fuentes de la Delegación de Gobierno). También se sumaron representantes políticos madrileños como la portavoz de Más Madrid en el ayuntamiento de la capital, Rita Maestre; la portavoz de Unidas Podemos en la Asamblea, Carolina Alonso, y el diputado socialista en el Parlamento regional Santiago Rivero.

Foto: Varias personas observaban el lugar donde en la madrugada del sábado fue asesinado Samuel. (EFE)

Muchos de los asistentes sentían como propias las reivindicaciones y recordaban las veces que han sufrido agresiones o ataques homófobos y tránsfobos. Es el caso de Adrián, un chico de tan solo 18 años que denunciaba haber sido víctima de un intento de apuñalamiento por una banda callejera en Valdemoro, al sur de Madrid. O de Cristóbal, un chico trans de 29: "Me atacaron a las tres de la mañana aquí al lado", manifestaba mientras señalaba hacia la tienda de Apple de la plaza. "Me dieron una paliza entre tres y me dejaron tirado. Estuve en coma un día".

placeholder Manifestación en el centro de Madrid por la muerte de Samuel. (S. B.)
Manifestación en el centro de Madrid por la muerte de Samuel. (S. B.)

"Viniendo en el metro también me han insultado por llevar la bandera del Orgullo", cuenta Andrés. Este chico de 22 años ha recibido por parte de un señor que nada tenía que ver con la protesta un "sarasa" justo antes de responder a El Confidencial. "Estoy acostumbrado", aseguraba ante estas actitudes homófobas. Otros manifestantes se sentían tan derrotados que no eran capaces de hablar con los periodistas: "Hoy no estoy para responder a la prensa, lo siento", contestaba, ya a las ocho y veinte, un chico con una pancarta de cartón.

"Me atacaron a las tres de la mañana aquí al lado. (...) Me dieron una paliza entre tres y me dejaron tirado. Estuve en coma un día"

Sin embargo, la tristeza fue desapareciendo al tiempo que la indignación se iba desbordando de las gargantas de todas aquellas personas. El ambiente, hacia las nueve menos cuarto de la noche, ya no era de tristeza, sino de rabia contenida: "Odio a los que odian", se podía leer en alguna de las pancartas.

A las nueve, quienes encabezaban la protesta rompieron los límites de la Puerta del Sol y avanzaron en dirección a la plaza del Callao a través de la calle Preciados. Después de un breve intercambio dialéctico con la Policía a la altura de la Fnac, los manifestantes pasaron a conquistar Gran Vía, avenida que tuvo que ser improvisadamente cortada ante la mirada de las Unidades de Intervención Policial (UIP). Los manifestantes llegaron hasta el Ministerio de Justicia, colapsando por completo la calle San Bernardo y todos sus alrededores.

placeholder El joven gallego Samuel en una fotografía en la protesta. (S. B.)
El joven gallego Samuel en una fotografía en la protesta. (S. B.)

Mientras los antidisturbios tomaban posiciones alrededor del ministerio, los manifestantes se sentaron en el suelo en una protesta silenciosa y se leyó un manifiesto: "Si no nos hacen caso, colapsaremos las calles". Y lo cumplieron. Tras levantarse y romper el cordón policial, continuaron con zancadas seguras por San Bernardo en dirección a la glorieta de Ruiz Jiménez. Antes de llegar, echaron a un instigador que empezó a gritarles que los matarían "como en el 36".

placeholder Protesta en Madrid por la muerte de Samuel. (S. B.)
Protesta en Madrid por la muerte de Samuel. (S. B.)

Ya en la plaza, rompieron otro cordón policial en dirección al metro de Argüelles por la calle de Alberto Aguilera. Fue en el cruce con calle Princesa, frente a El Corte Inglés, donde comenzaron las cargas de la Policía para impedir que los manifestantes cortaran la vía. Después de varios golpes, empujones, patadas y porrazos, muchos de los manifestantes abandonaron la zona, quedándose allí unas 100 personas.

Frente a esta nueva línea policial en Alberto Aguilera, a pocos metros de Princesa, los manifestantes se sentaron a modo de "provocación pacífica" y la UIP se reagrupó. Los policías pidieron la disolución de la protesta, pero los manifestantes ignoraron el aviso. A las 11 de la noche, el mando de la operación decidió despejar Alberto Aguilera y cargó contra los allí presentes, empujándolos hacia la calle Gaztambide. Fue durante estas cargas cuando se vivieron los momentos de mayor tensión.

El primero, cuando uno de los furgones de la UIP avanzó por la calle en la que se encontraban los manifestantes, estando muy cerca de atropellar a varios de ellos e incluso a alguno de los propios antidisturbios. Las carreras se sucedieron para evitar a los vehículos y algunos jóvenes volcaron todo el mobiliario urbano que encontraron para evitar su avance a toda velocidad.

placeholder Detención en Madrid por la muerte de Samuel. (S. B.)
Detención en Madrid por la muerte de Samuel. (S. B.)

El segundo momento de tensión se vivió cuando uno de los policías gaseó, a pocos centímetros de su cara, al compañero periodista Eduardo de León, de 'El Salto Diario', completándose así la última carga. Eduardo tuvo que ser socorrido por los compañeros de prensa y trasladado al hospital después.

Ya a las 23:30, después de que se replegaran la mayoría de los manifestantes, la UIP identificó a varios de los pocos que aún quedaban, acusándolos de alteración del orden público y agresión policial y tuvo lugar al menos una detención. Así concluyó una tarde de protestas en el centro de Madrid, donde la indignación porque no asesinen a la gente por ser pudo con el orden habitual.

Cuando se acercaban las ocho de la tarde del lunes en la Puerta del Sol de Madrid, el ambiente era triste y se respiraba cierto desasosiego. Miles de personas llegaron hasta el kilómetro cero de la capital para manifestarse por la brutal paliza que acabó con la vida de Samuel la madrugada del pasado sábado, en lo que muchos de los concentrados y sus allegados consideran un crimen de carácter homófobo.

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