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Villacís disputa la bandera de la hostelería ante un PP reticente: "No nos pueden dejar ahora"
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TRAS CONVERTIR A AYUSO EN HEROÍNA

Villacís disputa la bandera de la hostelería ante un PP reticente: "No nos pueden dejar ahora"

La hostelería fue uno de los pilares de la campaña de Isabel Díaz Ayuso. Ahora, el alcalde ha abierto la puerta a no renovar las 'terrazas covid' en plazas de aparcamiento

Foto: Una terraza en la Comunidad de Madrid. (EFE)
Una terraza en la Comunidad de Madrid. (EFE)

Madrid es terrazas. Madrid es tomarse una caña tras un largo día de trabajo. La caña fresquita como símbolo de la 'libertad'. Estas consignas explotadas por la campaña de Isabel Díaz Ayuso en las pasadas elecciones madrileñas fueron parte de sus señas de identidad, una fórmula para elevarse como una suerte de patrona de la hostelería que fue tan efectiva como criticada por sus oponentes. Los bares con carteles de 'Yo con Ayuso' se multiplicaron por toda la región tras un idilio que se fue fraguando con las laxas restricciones impuestas por la presidenta desde la segunda ola de la pandemia. Ahora, la supervivencia de las terrazas habilitadas en las plazas de aparcamiento en Madrid capital amenaza con poner fin a esa sintonía entre hosteleros y populares. Begoña Villacís aprieta en este contexto para que el modelo aguante más allá de lo previsto.

Corría el 25 de mayo de 2020. Madrid salía del confinamiento y la población, como en el resto de España, lo hacía deseosa de consumir y de estar al aire libre. Villacís, vicealcaldesa de la ciudad, acudía, tijera en mano, a cortar una cinta para simbolizar el regreso de la vida a las terrazas. Una escena similar a cuando Ignacio Aguado inauguró un dispensador de gel hidroalcohólico en una estación de metro. Escenas que parecerían surrealistas y que se hicieron realidad durante la pandemia.

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Durante aquella primavera, el ayuntamiento optó por conceder medidas a bares y restaurantes para que ampliasen o creasen áreas para el consumo en el exterior, algunas de ellas sobre lo que habían sido plazas de aparcamiento. Concebida como una herramienta excepcional, primero se pensó para el año 2020, pero pronto se dieron cuenta de que el sector requería de más oxígeno para recuperar los meses de cierre por confinamiento y las reducciones de aforo, viéndose especialmente afectados quienes solo tenían mesas en el interior. Se prorrogó hasta mayo de 2021 y, posteriormente, hasta el último día de este año.

Llegó la campaña electoral de la Comunidad de Madrid y el sector se convirtió en una de las banderas de Díaz Ayuso como icono de una gestión alternativa durante la epidemia. Mientras en otros territorios acumulaban semanas de cierre, en la región apenas se establecía una limitación de horarios y de aforo. El discurso caló, la hostelería lo agradeció de forma generalizada y la popular arrasó en las urnas.

Días más tarde, y mientras los partidos gestionaban la resaca del 4 de mayo, el concejal de Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante (PP), desvelaba en la comisión del ramo que el consistorio tenía pensado que la extensión hasta el 31 de diciembre para este tipo de terrazas sería la última. Argumentó que la habilitación de estos espacios debe ser temporal, por las implicaciones que tenían en los vecinos a la hora de aparcar. "Se van a revertir dichas plazas de estacionamiento", aseguró entonces, dejando claro que no contemplaba aumentar los plazos previstos.

"Si nos la quitan, se puede convertir en una piedra atada al cuello"

El alcalde fue más cauto, pero con un fondo similar. José Luis Martínez-Almeida no se negó a una potencial ampliación de los tiempos más allá de 2021, pero sí que ligó la iniciativa, impulsada por el área de la vicealcaldesa, a la evolución sanitaria y cerrando la puerta a una permanencia de estos formatos de terraza más allá de la pandemia. "Lo extraordinario no se debe convertir en ordinario", resumió el regidor. Las palabras del popular recibieron una rápida respuesta del sector y desde Hostelería Madrid emitieron un comunicado abogando por prolongar la medida. La organización cifró en 6.000 los puestos de trabajo que estarían en riesgo si se pone fin a las 2.000 'terrazas covid' en la capital, entre ellas, las de plazas de aparcamientos. Entienden que entrarían en peligro de extinción 2.000 negocios.

En los últimos días, el jefe de la corporación municipal ha rebajado el tono y se ha reunido con los empresarios para calmar las aguas e iniciar un diálogo, también con los vecinos, para trabajar en una nueva ordenanza sobre las terrazas. Los propios hosteleros han optado por la misma vía y han defendido que la solución sea consensuada.

En total, según los datos facilitados por el área de Movilidad del consistorio, se han ocupado 1.318 plazas de estacionamiento tipo SER en la capital, de las que más de 800 se reparten entre el distrito de Salamanca y el de Chamberí, además de otras 202 correspondientes a zona azul.

placeholder Un camarero prepara su terraza sobre una plaza de aparcamiento. (EFE)
Un camarero prepara su terraza sobre una plaza de aparcamiento. (EFE)

En el equipo de gobierno, Villacís se ha mostrado a favor de continuar con estas medidas, una vez que se lleve a cabo un análisis en profundidad de los casos y de todas las áreas, ya que comprende que en algunas zonas puede haber más conflicto. "Yo prefiero que haya dos mesas antes que un coche. Me parece un uso mucho más inteligente del espacio público", argumenta en conversación con El Confidencial la también coordinadora regional de Ciudadanos. "La idea es que la nueva ordenanza las recoja [las terrazas nuevas], las matice y avance hacia una homogeneización", indica la vicealcaldesa, que se muestra convencida de que llegará a un acuerdo con Martínez-Almeida.

Este viernes, el popular abogó por "adaptar esta ordenanza a los nuevos tiempos, a partir de la flexibilización y una mejora en el proceso de tramitación de las terrazas". El regidor insistió, sin embargo, en la importancia de "saber que a situaciones excepcionales hay que responder con soluciones excepcionales".

Jose es encargado de una cervecería en el barrio de Pacífico, cerca del parque del Retiro. Su bar, que apenas ha gozado de unas mesas altas en la puerta, ha sufrido durante el último año y medio para poder seguir en pie. "Aquí se ha salido tirando de nuestros bolsillos", asegura. Tras meses insistiendo al consistorio, ha conseguido el permiso para instalar una terraza sobre cuatro plazas para estacionamientos, lo que para ellos ha sido un respiro. "Es un balón de oxígeno. Pero lo que no puede pasar es como con la ley antitabaco. Hemos hecho una inversión, nos queda mucho para recuperarnos, y si nos la quitan en unos meses, se va a convertir en una piedra atada al cuello. No pueden dejarnos ahora".

Foto: La presidenta en funciones de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. (EFE)

Explica que es de la zona y que él mismo aparca en las estrechas calles del barrio, pero que este es un efecto colateral que debe gestionar el ayuntamiento. Cree que la diferencia entre el tono de Díaz Ayuso y el del alcalde puede deberse a que la primera estaba en campaña: "Ahora ya tienen dos años asegurados". A unos centenares de metros se encuentra la taberna de su tocayo Pepe, que apuesta por que este tipo de terrazas se mantenga en el tiempo. "Ojalá no las quiten. Esto es una maravilla. Es un desahogo, porque viene mucha más gente. Antes solo teníamos interior y...", señala este hostelero, con cuatro mesas frente a su local desde hace algo más de un mes.

El deseo de mantener estos formatos está extendido entre los empresarios del ámbito. José Luis Román, propietario de la taberna Castela y vocal en la asociación Hostelería Madrid, cree que la medida "es vital" en un momento en que la población busca estar en el exterior debido al covid-19. "Muchos de los empleados que teníamos en el ERTE han salido por las terrazas. Nos han dado la vida", apunta. "Hay que repensar las terrazas, las de siempre y las nuevas de bandas de aparcamiento. Hay que unificar cosas como el estilo. Es una cosa que puede ser razonable", esboza Román, que cree que una limitación horaria para las terrazas podría ser una medida con la que se reduciría la incomodidad de los vecinos sin acabar del todo con el modelo.

Iván Morales, empresario y cofundador de la taberna Arzabal, entiende que la inclusión de estos nuevos modelos de terraza en la normativa sería algo positivo, si bien entiende que el marco excepcional actual deberá adaptarse y estudiarse a fondo para ver su encaje futuro. "Esto ha salvado a mucha gente. Es impepinable". Desde la Confederación Empresarial de Madrid (CEIM), su presidente, Miguel Garrido, defiende que esas mesas desplegadas no se retiren. "Dan vida y alegría, y si se usan es porque a la gente le gustan y las demanda", sostiene Garrido, si bien comparte con el ayuntamiento que hay que hacerlo mediante el consenso político.

Madrid es terrazas. Madrid es tomarse una caña tras un largo día de trabajo. La caña fresquita como símbolo de la 'libertad'. Estas consignas explotadas por la campaña de Isabel Díaz Ayuso en las pasadas elecciones madrileñas fueron parte de sus señas de identidad, una fórmula para elevarse como una suerte de patrona de la hostelería que fue tan efectiva como criticada por sus oponentes. Los bares con carteles de 'Yo con Ayuso' se multiplicaron por toda la región tras un idilio que se fue fraguando con las laxas restricciones impuestas por la presidenta desde la segunda ola de la pandemia. Ahora, la supervivencia de las terrazas habilitadas en las plazas de aparcamiento en Madrid capital amenaza con poner fin a esa sintonía entre hosteleros y populares. Begoña Villacís aprieta en este contexto para que el modelo aguante más allá de lo previsto.

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