"El fenómeno Almeida también existe": Ayuso quiere al alcalde cerca toda la campaña

La estrategia diseñada por el PP de Madrid para el 4-M está centrada en la figura de Isabel Díaz Ayuso. El tirón que la presidenta regional tiene y que sigue creciendo, según todas las encuestas, ha provocado que en la Puerta del Sol rechacen el protagonismo de otros dirigentes o la inclusión de elementos externos que distorsionen el fenómeno del ‘ayusismo’. Solo hay una excepción y no solo por ser alcalde de Madrid: José Luis Martínez-Almeida acompaña en los principales actos a la candidata y así seguirá siendo en toda la campaña electoral.

"En los partidos hay gente que suma mucho, que suma poco, que es neutral porque no aporta ni estropea, y gente que resta. Almeida es de los que suman muchísimo", insisten en el entorno de la presidenta regional, reconociendo que "cuanto más cerca esté en todo momento, mejor".

Aunque en Génova cuentan con que otros presidentes autonómicos apoyarán la campaña (de una u otra manera), su presencia será muy reducida si es que llega. Todo lo contrario que en las elecciones catalanas, donde las visitas de diputados, líderes de otros territorios e incluso alcaldes fue continua. Hasta el punto de que para muchos actos hubo que movilizar a buena parte del PP madrileño para 'llenar' actos.

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El 4-M es justo el escenario contrario. El equipo de Ayuso y la campaña que diseña Alfonso Serrano, portavoz parlamentario y persona de total confianza de la presidenta (también de Pablo Casado) no cree necesaria la incursión de otros líderes. De hecho, el caso de Toni Cantó es una excepción porque finalmente en Sol lo han asumido como un candidato propio, y seguirá participando en la campaña aunque el Tribunal Constitucional lo haya dejado fuera de las listas.

El único dirigente que estará al nivel de Ayuso será el alcalde madrileño. Ya en la presentación de la candidatura oficial tuvo un papel destacado desde el atril. No escatimó en repetir la palabra "partner" refiriéndose a Ayuso y consciente de lo que decía. En la Puerta del Sol reconocen que Almeida se ha convertido en el "ticket electoral" perfecto de Ayuso, y que ahora a ambos les beneficia esa asociación que hacen de ellos como conjunto. Hace meses la situación era distinta, pero la gestión de la pandemia les ha aupado a ambos hasta niveles de popularidad inimaginables.

Ahora a ambos les beneficia esa asociación conjunta de 'Ayuso-Almeida'

Sobre todo teniendo en cuenta que en 2019 eran dos candidatos desconocidos por los que cuestionaron mucho a Casado. En lo que a candidaturas se refiere fue la gran apuesta del nuevo presidente popular en aquella convocatoria, que desafió las quinielas publicadas y apostó por dos figuras nuevas en vez de pesos pesados de un pasado del PP que le estorbaba. "Y en vista de los resultados acertó", señalan ahora desde el Gobierno regional y también en Génova.

La realidad es que la gestión del ayuntamiento madrileño de la pandemia (dentro de las competencias que mantiene) y el talante del alcalde (popular en los medios de comunicación) han llevado también a Almeida a convertirse en otro activo del PP presente y futuro. "También existe el fenómeno Almeida. Por eso nos gusta decir Ayuso-Almeida, Almeida-Ayuso", repiten en el PP de Madrid. Como los ayuntamientos no tienen capacidad de adelantar elecciones (todos volverán a las urnas en 2023) el partido no hace proyecciones de la situación municipal en la capital.

Pero el crecimiento electoral de Almeida, aseguran fuentes del PP, es "muy similar" al de Ayuso y, en ocasiones, "ha sido incluso superior". Si ahora se celebraran unos comicios en el consistorio madrileño, el alcalde arrasaría, explican a este diario.

El regidor protagonizará con la presidenta actos por Madrid capital, y él en solitario se mueve estos días como si la campaña fuera también suya. "Apoyo total en todo lo que haga falta. La causa es muy importante", reconocen en su equipo más cercano. Durante la precampaña han procurado estar juntos, al menos, en dos actos por semana. Y en los próximos quince días la agenda conjunta se intensificará.

Ocurre algo similar con Ciudadanos, que también está tirando mucho del apoyo de la vicealcaldesa, Begoña Villacís. La diferencia es de sobra conocida: el partido naranja, inmerso en una crisis interna que ya es existencial, pelea por alcanzar el 5% del voto que le garantice representación en la Asamblea. A pesar de los riesgos de quedarse fuera (muchas encuestas apuntan a este escenario) la dirigente madrileña tomó la decisión de apoyar a Edmundo Bal hasta el final. E igual que Almeida con Ayuso, Villacís participa en casi todos los actos de su candidato regional.

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Hasta el momento mantienen una campaña de guante blanco evitando ataques mutuos, conscientes de que comparten un gobierno municipal y que la campaña no puede empañar una gestión conjunta que no se ha parecido a la mala relación que Ayuso mantenía con su vicepresidente, Ignacio Aguado. Lo que está por ver es si durará cuando se recrudezca la campaña y con las malas previsiones que acompañan a Ciudadanos mientras el PP afila el colmillo en la sede de Génova.