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El 'síndrome Montoro' se adueña de Madrid: sin Presupuestos regionales desde 2018
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MADRID, SIN PRESUPUESTOS

El 'síndrome Montoro' se adueña de Madrid: sin Presupuestos regionales desde 2018

La Comunidad de Madrid continúa sin tener unas cuentas públicas adaptadas a la crisis sanitaria y económica. La negociación con Vox parece avanzar, pero no fructifica

Foto: Díaz Ayuso (d) conversa con la portavoz de Vox, Rocío Monasterio. (EFE)
Díaz Ayuso (d) conversa con la portavoz de Vox, Rocío Monasterio. (EFE)

La Comunidad de Madrid tiene en vigor los Presupuestos aprobados en diciembre de 2018. Es la única autonomía que actúa sobre el marco de unas cuentas públicas tan antiguas, previas a la presente legislatura. Hasta Cataluña aprobó los suyos en 2020 antes de la convocatoria electoral. Esto, con la agravante de la pandemia, hace que el Gobierno regional no pueda dinamizar al máximo la región en un contexto de crisis y en la CAM esperan que llegue al fin el "balón de oxígeno". "El motor económico de España", como ha reiterado Isabel Díaz Ayuso en varias ocasiones, espera los nuevos Presupuestos para ponerse en marcha al máximo de su capacidad.

El último en anunciar un acuerdo presupuestario en Madrid fue Ángel Garrido, en octubre de 2018, unos meses antes de dar el salto a Ciudadanos, justo la formación con la que pactó en aquella ocasión. El ahora consejero de Transportes impulsó las cuentas en vísperas de unas elecciones y el caso recuerda por su prolongación en el tiempo al de Cristóbal Montoro al frente del Ministerio de Hacienda (abril de 2018). El titular del ramo logró un acuerdo poco antes de que la moción de censura de Pedro Sánchez tumbara a Mariano Rajoy y no ha sido hasta el pasado mes de diciembre cuando los socialistas han logrado un nuevo marco presupuestario para 2021.

Foto: La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. (EFE)

En el actual Gobierno de la Comunidad de Madrid, PP y Cs negocian desde hace un mes con Rocío Monasterio, líder de Vox. Los tiempos han sido utilizados por las dos partes para excusarse en la mesa negociadora. Si los partidos del Ejecutivo instan a Monasterio a que se siente y firme por fin unas cuentas tras más de un mes de encuentros y ponen el foco en que la crisis económica hace más necesarios aún unos Presupuestos adaptados, la líder de Vox se sacude cualquier presión aludiendo que quienes ha tardado un año y medio en consensuar las bases presupuestarias han sido, precisamente, PP y Cs, que ni a finales de 2019 ni 2020 presentaron un anteproyecto para su aprobación.

A ninguno se le escapa que las cuentas no entrarán en vigor en cuanto se consiga el sí de los de Santiago Abascal. El proceso que arrancaría entonces, con la consecuente tramitación en la sede parlamentaria regional, difícilmente tardaría menos de dos meses, según coinciden distintas fuentes parlamentarias, por lo que no parece que el 'motor' vaya a tener todos los mecanismos necesarios para exprimirlo hasta al menos el mes de mayo, cuando se cumplirán dos años de las últimas elecciones. Pero la negociación de los partidos del Ejecutivo con Vox no parece que haya vivido grandes avances, aunque esta semana sí que hubo un cambio de tono entre la presidenta y Rocío Monasterio, no así por parte de Ciudadanos.

placeholder Isabel Díaz Ayuso e Ignacio Aguado. (EFE)
Isabel Díaz Ayuso e Ignacio Aguado. (EFE)

Ambas protagonizaron este jueves una de esas imágenes que en política nunca parecen casuales. Las líderes de PP y Vox se sentaron a una mesa de la cafetería de la Asamblea de Madrid, a la vista de todos los presentes, de los periodistas y de los fotógrafos (la Agencia EFE captó la escena), en plenas conversaciones para aprobar las cuentas y después de haber mostrado una clara sintonía en la sesión de control en la Cámara madrileña. Desde sus equipos, se está abogando por no deslizar muchos detalles, pero coinciden en señalar que las reuniones avanzan por el buen camino y dan por hecho que habrá acuerdo. La pregunta es cuándo.

Fue la presidenta quien cambió por completo sus formas en el último pleno autonómico. Después de haber cargado contra Monasterio en las semanas previas por la "demagogia" y la falta de concreción en sus propuestas, y de haberle pedido "que se siente de una vez a negociar", Díaz Ayuso se mostró mucho más benevolente esta semana, sin cerrar siquiera la puerta a la última proposición de Vox.

El partido que dirige Monasterio en la Comunidad de Madrid ha puesto esta semana sobre la mesa un elemento que no había incluido hasta ahora, aunque sí había sido una de sus banderas en otras ocasiones: el veto parental, es decir, que los padres puedan decidir que sus hijos no reciban algunas actividades escolares por motivos ideológicos. Pese a que a comienzos de semana abogó claramente por integrar la medida como condición para dar su sí al texto presupuestario, lo cierto es que en sus siguientes apariciones no ha precisado si el llamado 'pin' debe estar sí o sí presente para prestar su apoyo.

Ayuso: "Habrá padres que decidan que sus hijos vayan a esas charlas y habrá otros que no"

Pese a la indefinición de Vox, la jefa del Ejecutivo madrileño se abrió a profundizar en la línea reclamada por Vox, que ya estuvo sobre la mesa en la investidura, aunque con poco éxito: "Coincidimos y nos parece oportuno que las familias en la Comunidad de Madrid tengan todavía más información sobre qué asignaturas y materias se imparten a sus hijos (...). No pienso criticar a Vox, como lo hacen ustedes constantemente. Se puede dar más información a los padres para que las conozcan y decidan si ese es el colegio que quieren o no. (...) Y si hay padres que quieren que a sus hijos se les hable de conceptos LGTBI y contra el acoso, etc. A mí me parece oportuno. Habrá padres que decidan que sus hijos vayan a esas charlas y habrá otros que no quieran".

La popular, que días atrás se había mostrado más reacia a dar bola a Vox con una medida ideológica de presión, parecía ahora más favorable a seguir caminando en esa línea, si bien insistió en que en la Comunidad de Madrid no ha habido ninguna queja por adoctrinamiento. En Murcia, el Tribunal Superior de Justicia suspendió el 'veto' impulsado por el Ejecutivo de Fernando López Miras.

Pese a la actitud expuesta por Díaz Ayuso, las aguas no bajan de la misma forma en el lado naranja del Gobierno madrileño. Ignacio Aguado ya expresó a comienzos de semana su negativa a que se apruebe ningún tipo de veto parental, no mientras él siga siendo vicepresidente. Fuentes gubernamentales se reafirman en esta postura después de haber escuchado a la presidenta e inciden en que "en los Presupuestos se habla de partidas, se habla de dinero" y que estas propuestas ideológicas que no requieren asignación económica no tienen cabida en este foro.

Foto: Un hombre pasea frente a un cartel de la Comunidad de Madrid. (EFE)

Este mismo viernes, Ángel Garrido, presidente de la Comunidad con el PP (2018-2019) y hoy hombre fuerte de Cs en la región, rechazó cualquier propuesta que se parezca a esa censura parental, dejando claro que las posiciones y actitudes son muy distintas entre las dos formaciones del Gobierno en este asunto. "No sé qué intentó decir la presidenta. Pero mientras estemos aquí nosotros, no va a haber ni 'pin parental', ni neandertal, ni oculto ni encubierto ni 'semipin'. Ni pin ni pon. La medida que propone Vox nos avergüenza socialmente y no tiene cabida". Monasterio ha ironizado con ser el "pegamento" entre Ignacio Aguado y Díaz Ayuso.

PP y Cs ya pactaron con Vox reforzar los mecanismos de información a los padres en el momento de la matriculación sobre las actividades que se imparten en los centros educativos, dejando a un lado el 'veto' que ahora quiere recuperar Monasterio, es decir, una autorización expresa para la participación de los niños en cualquier actividad en los colegios. La propuesta también ha centrado el debate en las últimas semanas en Andalucía, avivando las tensiones de Vox con el Ejecutivo de Juanma Moreno, pero tanto en el sur como en la capital habrá que esperar a ver qué es lo que queda finalmente por escrito.

Garrido (Cs): "Mientras estemos aquí, no va a haber ni 'pin parental', ni neandertal, ni oculto ni encubierto ni 'semipin"

Por el momento, populares y naranjas no se han planteado romper las negociaciones con Vox, formación a la que van a esperar para pactar un texto que luego llevarán a la Asamblea. Este pasado miércoles, preguntado por si han pensado en recurrir a otro partido para que apoye las cuentas, el vicepresidente Aguado insistió en que con quien tienen abiertas las conversaciones es con Vox, que esperan poder llegar pronto a un acuerdo y que las siglas de la izquierda tendrán que aguardar a que PP, Cs y Vox pacten un proyecto. Dicho de otro modo, el tiempo corre, pero evitarán estudiar otra alternativa, por mucha necesidad que haya.

Más allá del veto

Más allá del veto parental, Vox ha reclamado desde el 25 de enero (fecha en la que Aguado y Ayuso anunciaron su borrador) una bajada de medio punto en todos los tramos del IRPF (impuesto sobre la renta), además de reducir lo que llama 'gasto político', incluso consejerías, así como que se prescinda de algunos proyectos presupuestados que considera innecesarios. La rebaja fiscal no parece que vaya a darse en este momento y en la Puerta del Sol insisten en que se hará "cuando se pueda". La eliminación de consejerías para satisfacer a Monasterio no está hoy por hoy entre los planes del Gobierno regional y fuentes gubernamentales enfatizan que en un momento como el actual necesitan a todos sus dirigentes trabajando al máximo.

La Comunidad de Madrid tiene en vigor los Presupuestos aprobados en diciembre de 2018. Es la única autonomía que actúa sobre el marco de unas cuentas públicas tan antiguas, previas a la presente legislatura. Hasta Cataluña aprobó los suyos en 2020 antes de la convocatoria electoral. Esto, con la agravante de la pandemia, hace que el Gobierno regional no pueda dinamizar al máximo la región en un contexto de crisis y en la CAM esperan que llegue al fin el "balón de oxígeno". "El motor económico de España", como ha reiterado Isabel Díaz Ayuso en varias ocasiones, espera los nuevos Presupuestos para ponerse en marcha al máximo de su capacidad.

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