Más allá de Madrid Central: PP y Cs lanzan el lunes su plan integral anticontaminación

Es uno de los asuntos que más expectación despierta en el nuevo Ayuntamiento de Madrid. La llegada de PP y Ciudadanos al Palacio de Cibeles tuvo en menos de una semana su primera manifestación en defensa de Madrid Central, la mayor reivindicación del anterior equipo de Gobierno dirigido por Manuela Carmena. Más Madrid y PSOE impulsaron la protesta desde la institución local cuando supieron que el consistorio era partidario de activar una moratoria de multas en la zona de bajas emisiones durante el verano, hasta que las herramientas de avisos y notificaciones funcionaran debidamente y se dejaran de producir sanciones erróneas. La justicia intervino rápidamente y frenó la iniciativa municipal, entendiendo que debía prevalecer "la protección a la salud y al medio ambiente".

Las dudas se disiparán en solo dos días. El próximo lunes por la mañana, PP y Ciudadanos harán público, por fin, su antídoto para combatir la contaminación en la ciudad. La gran novedad será la extensión a la que afecta: no será exclusivo del centro, sino que el plan promete ser "integral" para toda la ciudad e incluso para los municipios limítrofes. El perímetro conocido como Madrid Central estará incluido en el proyecto y sufrirá algunas modificaciones, según ha podido saber este diario, aunque mantendrá su esencia.

Madrid Central ya fue durante la campaña un punto de fricción programático entre los dos socios de gobierno. Mientras que el PP, con José Luis Martínez-Almeida a la cabeza, se comprometió a revertirlo, el partido de Begoña Villacís insistía solo en "mejorar" los aspectos que habían dado problemas. Finalmente, el acuerdo de Gobierno incluyó la demanda del grupo naranja y el compromiso del nuevo ejecutivo local se ceñía a la "reconversión" del área. No hablaba en ningún caso de restablecer el escenario anterior a pesar de las demandas de Vox, el tercer actor implicado en el acuerdo de investidura, que también prometía hacer desaparecer Madrid Central.

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Fuentes del consistorio insisten en que "no tendría sentido dar pasos hacia atrás", contradiciendo las iniciativas que otras ciudades europeas homologables a Madrid llevan años aplicando y, sobre todo, ante las continuas advertencias de la Unión Europea (multas incluidas) para avanzar en políticas sostenibles que garanticen la calidad del aire para la ciudadanía. El propio alcalde reconocía hace días que el pacto con Ciudadanos impedía cumplir con la promesa electoral, aunque aseguraba que sí habría cambios y se corregirían las deficiencias más reivindicadas por la plataforma de afectados.

Así será con toda seguridad. El plan que presentará el Ayuntamiento estará compuesto por más de 200 medidas y cumplirá con algunas de las demandas de esta plataforma entre las que estará, con toda seguridad, una mayor flexibilidad en autorizaciones y permisos para aquellas personas que trabajan en Madrid Central aunque no sean residentes. Para el consistorio es una prioridad resolver las deficiencias detectadas —fallos en el sistema de multas o los paneles informativos de plazas libres en aparcamientos que no funcionan— lo antes posible.

Otra de las cuestiones que más afecta a la contaminación en el centro de Madrid es la permanencia de calderas de carbón en algunas comunidades de vecinos, sobre todo las más antiguas. A pesar de los escasos datos que se conocen, el anterior Ayuntamiento cifraba en más de 500 las que siguen en funcionamiento —Ciudad Lineal, Salamanca, Moncloa y Centro son los distritos que aglutinan la mayor parte de ellas—. PP y Ciudadanos criticaron duramente al Gobierno de Carmena la pasada legislatura por los inexistentes incentivos para cambiarlas e incluyeron en sus programas una medida concreta al respecto. Los populares, por ejemplo, se comprometían a invertir 50 millones de euros para la renovación definitiva del parque de calderas. Esta será otra de las cuestiones presentes en el nuevo plan.

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Con todo, Almeida y Villacís pretenden pasar página de Madrid Central y optarán por centrar su proyecto en toda la ciudad. La obsesión del nuevo Gobierno local es empezar a hablar de la "corona metropolitana" y no limitar las acciones a la zona centro. El ahora alcalde de Madrid ya defendió en una entrevista con este diario días antes de las elecciones que el enfoque de Madrid Central "era erróneo". "Actúa sobre un ámbito que no es donde se generan los problemas de movilidad. Sobre el distrito Centro circula el 1,5% de los vehículos. Actuemos allí donde de verdad se genera el problema: los 400.000 vehículos que todos los días entran y salen del perímetro de la M-30", insistía.

En el área de Medio Ambiente y Movilidad, en manos del popular Borja Carabante, apostarán por alternativas para que esas personas abandonen el vehículo privado. Por un lado, el acento estará en intensificar la capacidad del transporte público y presentar fórmulas para que deje de ser radial (siempre pasa por el mismo sitio y, en general, al centro). Es decir, si un usuario cruza la ciudad de este a oeste no debería verse obligado a cruzar por el centro. Reforzar ese tipo de conexiones estará encima de la mesa.

Por otro lado, una apuesta firme por los aparcamientos disuasorios (promesa que el Gobierno de Carmena no solo no cumplió, sino que finalmente abandonó en un cajón). Y, como última pata, el plan anticontaminación recogerá más incentivos para el recambio completo de la flota que circula por Madrid. Otra promesa subrayada por Almeida.

El objetivo del consistorio es actuar en plena coordinación con la Comunidad de Madrid, ya que su propuesta pretende afectar también a los municipios limítrofes con la capital que, a menudo, se componen de los verdaderos usuarios que cruzan la ciudad cada día.