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Los bomberos forestales descontaminan en sus casas trajes con partículas cancerígenas
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LLEVAN MESES NEGOCIANDO UN NUEVO CONVENIO

Los bomberos forestales descontaminan en sus casas trajes con partículas cancerígenas

Unos 550 bomberos 'privados' trabajan para la Comunidad de Madrid. Un informe revela que la impermeabilidad no es completa y se forma un microambiente tóxico entre la ropa y la piel

Foto: Trajes tirados en un contenedor en Buitrago de Lozoya.
Trajes tirados en un contenedor en Buitrago de Lozoya.

Las brigadas forestales, bomberos privatizados que trabajan para empresas contratadas por la Comunidad de Madrid, tienen que limpiar los trajes especiales (los EPI) que utilizan en la extinción de incendios en sus propios domicilios, a pesar de que un exhaustivo informe realizado a finales de 2016 deja claro que la impermeabilidad de los mismos no es completa y estos trabajadores están expuestos a varios tipos de partículas cancerígenas. El Gobierno regional se ha comprometido a mejorar el contrato de las dos adjudicatarias (Matinsa e Infosa) para asumir los costes de estas tareas de descontaminación, siempre y cuando los retenes firmen el nuevo convenio colectivo, que lleva 18 meses atascado en una negociación que no tiene visos de llegar a buen puerto.

El Ejecutivo autonómico mantiene desde 1998 un servicio mixto que combina empleados públicos y personal privado para prevenir y combatir los incendios forestales. Están los bomberos de la Comunidad de Madrid, los bomberos forestales (personal laboral fijo discontinuo adscrito al Cuerpo de Bomberos que trabaja varios meses al año) y los retenes (personal privado) de las dos adjudicatarias, Matinsa e Infosa, que están operativos los 12 meses. El último contrato se firmó en noviembre de 2017 por un periodo de 45 meses (hasta 2021), una adjudicación que cuesta a las arcas públicas 95,6 millones de euros en este periodo.

Foto: Un brigada de refuerzo en un incendio forestal (BRIF) de Daroca (Zaragoza) lucha contra el fuego en el monte. (2010 / EFE)

Estos bomberos (552 en 2018) llevan ya muchos meses negociando un nuevo convenio, ya que el que rige sus condiciones laborales es de 2008. Desde los sindicatos Firet y CCOO, denuncian que el salario medio mensual es de 1.200 euros brutos y que "los sueldos están sin tocar desde el año 2008". Los bomberos están clasificados en cuatro categorías: conductores, encargados, peones especialistas y peones, ya que estas dos empresas no les reconocen la categoría de bomberos (les pagan como peones de industria manufacturera, "a pesar de que nuestro trabajo está reconocido desde 2011 como bombero forestal según el Código Nacional de Ocupaciones", explica uno de los delegados sindicales de Firet.

Tienen dos jornadas en función de la temporada del año. La primera (temporada baja) es de noviembre a mayo, de 8:00 a 15:00 de lunes a viernes (1.640 horas presenciales), aunque luego tienen también 1.700 horas de disponibilidad a coste cero. La segunda (campaña alta) va de junio a octubre, en turnos de 10 horas presenciales, de lunes a domingo. Trabajan un día sí y otro no. Y deben estar localizables todos los días libres. "El problema es que las empresas no pagan la disponibilidad, solo las horas extra si somos activados en ese periodo de disponibilidad. Nos dicen que la disponibilidad está incluida en el salario base, pero este concepto no está desglosado en la nómina. Nos toman el pelo", señala un portavoz de CCOO. La hora extra se paga a 11 euros.

placeholder Trajes de los bomberos tirados a un contenedor de basura.
Trajes de los bomberos tirados a un contenedor de basura.

La negociación del convenio está parada. Los trabajadores intentan conseguir una mejora salarial del 19% teniendo en cuenta la actualización del IPC desde el año 2008 y el horizonte de aplicación del nuevo convenio hasta 2021. Pero no hay acuerdo. Además, las protestas de las brigadas forestales de este verano acabaron en el despido de cinco compañeros, a los que las empresas acusan de boicotear cerraduras. Despidos que están actualmente judicializados. Pero lo más sangrante para ellos es lo relativo al capítulo de riesgos laborales. Algunas bases no tienen duchas ni taquillas donde cambiarse. Y lo peor de todo es que los retenes deben llevarse a sus propias casas los equipos de protección individual (EPI), los trajes que utilizan en sus trabajos diarios.

Foto: Puesto de vigilancia en Matamora, Galapagar.

En diciembre de 2016, un informe conjunto realizado por CCOO y el Instituto Regional de Seguridad y Salud en el Trabajo señalaba que los bomberos están expuestos a sustancias cancerígenas durante su trabajo, ya que se generan productos de la combustión asfixiantes, irritantes, tóxicos, carcinógenos y mutagénicos. Es más, la Agencia Internacional del Cáncer (IARC) reconoce la existencia de 18 profesiones en las que se ha demostrado exceso de riesgo de desarrollar un cáncer en relación con la población general, y entre ellas está la de bombero.

placeholder Bomberos forestales de Madrid trabajando en un incendio con su EPI.
Bomberos forestales de Madrid trabajando en un incendio con su EPI.

Las brigadas forestales privatizadas de Madrid han utilizado este estudio para reclamar medidas de seguridad y que la descontaminación de sus EPI se realice en centros especializados. "No como ahora, que tenemos que lavar los trajes en nuestras casas, en contacto con nuestras familias". Un incendio forestal genera hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP) y compuestos orgánicos volátiles (COV), ambos con propiedades cancerígenas, y que en el caso de estos últimos incluso se desprenden después de fijarse en las prendas. Es decir, hay riesgo de exposición por inhalación en cuartos de almacenaje de equipos, siendo el momento de mayor desprendimiento a las 12 horas de la exposición.

El informe revela además que las sustancias tóxicas que genera un incendio se encuentran en todas las capas de los trajes de fuego, tanto en la capa externa como en la membrana interior y, por supuesto, también en el forro interno. Las partículas cancerígenas pueden ser inhaladas tras el incendio o pasar a la piel. "La impermeabilidad de los trajes no es completa y se ha demostrado un 'microambiente tóxico' entre el traje y la piel, que también favorece la penetración cutánea", señala el informe. La comunidad se ha comprometido de momento a destinar 1,7 millones de euros a mejorar las bases de los retenes.

placeholder Un retén forestal, cambiándose en una taquilla.
Un retén forestal, cambiándose en una taquilla.

Algunas de estas bases son un poco "tercermundistas", según las fotos que ha podido ver El Confidencial. En Canencia, por ejemplo, se usaba un matadero municipal. Esta base ya está clausurada. En Prádena del Rincón, se ha acondicionado un almacén de pienso. La mayoría no tienen duchas, los baños están en muy mal estado y no hay zonas especiales donde dejar los trajes contaminados tras trabajar en la actuación de un incendio. Todo está supeditado a que los trabajadores lleguen a un acuerdo con las dos empresas adjudicatarias para firmar un convenio.

Y es que el Gobierno regional está dispuesto a asumir económicamente algunas de las mejoras que solicitan estos trabajadores, mejorando las partidas presupuestarias de los contratos. Pero a cambio los sindicatos deben firmar el nuevo convenio. Entre esas mejoras estaría "el lavado de equipos de protección individual", incluidos los de protección respiratoria. Es uno de los 11 puntos que la Agencia de Seguridad y Emergencias Madrid 112 se ha comprometido a dotar económicamente en el pliego de condiciones si se plasman en el nuevo convenio. Según la comunidad, todas son "cuestiones que aumentan las condiciones de seguridad y salud de los trabajadores, mejoran su conciliación familiar y facilitan la aplicación de la Ley de Igualdad".

Foto: Ignacio González (derecha) y Salvador Victoria

Los trajes que llevan los bomberos ya han provocado otros problemas en el pasado. En agosto de 2013, los representantes sindicales denunciaron ante la Guardia Civil que decenas de trajes aparecieron tirados en varios contenedores de basura en el municipio madrileño de Buitrago de Lozoya. Sin reciclar. Y lo más grave: junto a la ropa apareció documentación personal sobre la identidad de los bomberos que en esa etapa trabajaban para una de las dos empresas adjudicatarias, Matinsa, que pertenece a FCC. El caso sigue en un juzgado de Torrelaguna, seis años después.

Las brigadas forestales, bomberos privatizados que trabajan para empresas contratadas por la Comunidad de Madrid, tienen que limpiar los trajes especiales (los EPI) que utilizan en la extinción de incendios en sus propios domicilios, a pesar de que un exhaustivo informe realizado a finales de 2016 deja claro que la impermeabilidad de los mismos no es completa y estos trabajadores están expuestos a varios tipos de partículas cancerígenas. El Gobierno regional se ha comprometido a mejorar el contrato de las dos adjudicatarias (Matinsa e Infosa) para asumir los costes de estas tareas de descontaminación, siempre y cuando los retenes firmen el nuevo convenio colectivo, que lleva 18 meses atascado en una negociación que no tiene visos de llegar a buen puerto.

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