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En la A-1, con un jabalí, domingo noche: así son los accidentes causados por animales
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En la A-1, con un jabalí, domingo noche: así son los accidentes causados por animales

Entre 2012 y 2017 se produjeron 1.079 siniestros, el 11% en el eje norte de la A-1. Aunque la peor carretera es la que atraviesa Redueña. Ya se registran colisiones con cabras montesas

Foto: Accidente de tráfico provocado por jabalíes
Accidente de tráfico provocado por jabalíes

Uno de cada diez accidentes se produce en la A-1, seis de cada diez con jabalíes, tres de cada diez en invierno, casi cuatro de cada diez en fin de semana y en el 80% de los casos era de noche. La Comunidad de Madrid ha realizado por primera vez un pormenorizado informe sobre la siniestralidad provocada por animales en las carreteras madrileñas: 1.079 incidentes entre enero de 2012 y diciembre de 2017. La Consejería de Medio Ambiente asegura que los accidentes son difíciles de prevenir, debido a la presencia de núcleos urbanos por toda la región, el importante volumen de tráfico rodado que se produce durante el fin de semana por todo Madrid, y por el incremento que se está dando de la población de animales silvestres fuera de los cotos de caza, en zonas rurales y tierras de cultivo abandonadas, "áreas que se presentan como refugio y hábitat natural para muchas especies, a lo que se suma la falta de depredadores naturales".

Foto: Control de la población de conejos por parte de la Comunidad de Madrid.

La estadística solo refleja los casos de colisión o atropellos de fauna silvestre que han causado daños a personas y vehículos, y que por tanto han engrosado las cifras de los atestados de la DGT. En 2012 hubo 179 accidentes, cifra que subió a 183 en 2013 y bajó a 151 en 2014. El año siguiente, 2015, se cerró con 184 siniestros, bajando de nuevo a 161 en 2016 y creciendo hasta los 221 en 2017. "Se observa una distribución homogénea de casos durante el periodo analizado, con un pequeño repunte en 2017", señala el informe realizado por el Área de Conservación de Flora y Fauna de la Consejería de Medio Ambiente.

Este revela los 34 municipios madrileños que han sufrido diez o más accidentes en estos años, observando "una mayor concentración al norte y al oeste de la región". El 'ranking' lo encabeza Redueña, con 44 siniestros. Le sigue Lozoyuela-Sieteiglesias, con 38. Todos en el eje de la A-1. También en esa misma zona norte aparecen Torrelaguna (35 accidentes) y El Vellón (34). En el 'top five' se cuela una localidad de la zona oeste, Valdemorillo, con 36 siniestros. "El área menos afectada es el sur de la comunidad, con pocos espacios forestales y con menor o nula presencia de especies cinegéticas". Lo de Redueña es muy significativo. La carretera N-320 atraviesa su término municipal. Aquí ha habido tres incidentes de media por kilómetro.

Las carreteras secundarias de calzada única y doble dirección son donde más atropellos se producen, pero en cambio el informe hace hincapié en que una autovía, la A-1, lidera el listado de accidentes, con 123, con mayor incidencia en el tramo que va desde la localidad de Venturada hasta su límite con Segovia, entre los kilómetros 50 y 70. El problema de la A-1 es que divide poblaciones de ungulados (jabalíes, corzos...) y actúa como barrera artificial en el norte. "El acceso de un animal a esta infraestructura resulta muy peligroso, ya que los cerramientos y medianas a la vez que incrementan la dificultad de que esto ocurra, confinan el animal en un espacio con pocas posibilidades de eludir a los vehículos que circulan".

La A-1 se convierte así en el escenario del 11% de los siniestros. En la N-320, también em el norte, se producen el 9,6% de las colisiones, sobre todo entre los kilómetros 319 y 340. El peor punto negro de la región es el kilómetro 338-339, muy próxima a la urbanización Cotos de Monterrey. Otras vías con especial incidencia son la M-608 (entre Venturada y Collado Villalba), la M-604 (entre Lozoya y Rascafría), la M-600 a su paso por Valdemorillo, y la M-501, desde la M-40 hasta su límite con Ávila, que pasa por San Martín de Valdeiglesias, Boadilla, Brunete y Navas de Rey (ver gráfico de puntos negros). En general los peores puntos negros detectados son cruces de carreteras sin guardarraíles ni quitamiedos y sin terraplenes laterales, con área boscosas y setos próximos.

Otra de las conclusiones del informe es que fin de semana es sinónimo de accidente. El día con más siniestros es el domingo. El 36% de las colisiones se producen en fin de semana, que se incrementan al 49% si sumamos las vísperas de festivos. "Las condiciones de visibilidad de los conductores tienen influencia directa sobre los atropellos de fauna, siendo las horas del anochecer y amanecer las que concentran más colisiones. Más del 80% de los incidentes en los que se conoce el horario se producen en la noche o en horas crepusculares", señala el texto. El otoño registra el 30% de los casos. Primavera e invierno un 25% cada uno. El verano solo el 20%.

En cuanto a las especies que provocan los accidentes, el jabalí es el responsable del 61% de los casos, seguido del corzo (29%) y el ciervo (7%). También se dan casos de perros asilvestrados, abandonados y zorros. En 2017 se empezó a documentar por primera vez incidentes con cabra montesa, debido sobre todo al exceso de población que sufre esta especie en la sierra del Guadarrama. De hecho, un juez ha paralizado su sacrificio. "En general son especies abundantes con grandes áreas de campeo". La consejería recalca además que la presencia de sal en las carreteras en invierno atrae a los animales.

Foto: Algunos de los trofeos de los ejemplares abatidos que se conservan en el Centro de Recuperación de Animales Silvestres (CRAS) de la Comunidad de Madrid. (EFE)

Las cifras no recogen los atropellos de conejos, los más multitudinarios. Al no provocar accidentes no se generan atestados, ya que debido a su pequeño tamaño estos animales no suelen producir daños en los vehículos ni salidas de calzada. El jabalí es una especie numerosa, con gran movilidad y alta tolerancia a la presión humana. Además, son capaces de colonizar zonas agrícolas. Han provocado accidentes prácticamente en todas las zonas de Madrid. El corzo tiene un área de distribución más restringida, principalmente en el tercio norte y este de la región. El ciervo en cambio tiene una zona de influencia muy pequeña, circunscrita al entorno de El Pardo y el suroeste madrileño.

El estudio de la consejería también alerta de los meses más peligrosos. "Para el jabalí el periodo de mayor incidencia es de octubre a diciembre, en la época de celo". El corzo tiene tres picos; en abril-mayo, junio-julio y uno menor en septiembre. El ciervo tiene una distribución más regular de accidentalidad, con un pico en agosto y septiembre. En estas tres especies, que suman 999 accidentes, coincide una concentración de accidentes a partir de las 19 horas hasta las 23 horas. También hay un pico al alba, entre las 6 y las 8 de la mañana.

placeholder El último lobo atropellado contabilizado en el informe, en agosto de 2018 en la M-608
El último lobo atropellado contabilizado en el informe, en agosto de 2018 en la M-608

El informe incluye los lobos atropellados en Madrid en estos años, entre abril de 2015 y agosto de 2018. En total ocho, cinco de ellos en a A-1. Los otros se produjeron en la M-622 y M-608 (dos). La consejería destaca que es inevitable que los animales convivan con la red de carreteras de la comunidad, una de las más importantes de España, infraestructuras que son permeables para los ungulados ya que apenas están "dotadas de medidas correctoras con pasos de fauna, vallados, viaductos..."

Alejandro Sánchez, diputado de Equo en el grupo parlamentario de Podemos en la Asamblea, que se ha interesado por este informe, señala que desde su formación política "venimos reclamando que se instalen pasos para la fauna en el corredor de la A-1, que es un punto negro para una especie amenazada tan emblemática como el lobo ibérico. Este estudio confirma además que dicha solución es urgente en esta y otras carreteras de la región, no solo para facilitar la dispersión de la fauna y en consecuencia su conservación, sino para evitar accidentes que en algún caso pueden comportar una grave desgracia".

Foto: Jabalíes, en una calle de Torrelodones.

La propia consejería de Medio Ambiente propone medidas correctoras en los tramos de las carreteras considerados puntos negros (tres o más accidentes en 1.000 metros), generalmente zonas boscosas y de matorral en las cercanías de cursos o puntos de agua. Se trata de sistemas para evitar el paso de los animales (vallado perimetral y disuasorio, barandillas, desbroces de bordes que canalice el movimiento de las especies a zonas de mayor visibilidad, repelentes olfativos) y mejoras en la señalización de las carreteras como pantallas luminosas de aviso en tramos de alta concentración de accidentes. Aquí se sugiere utilizar sistemas 'dasvic', que detecta el movimiento de los animales que se acercan a la vía y mediante una alerta acústica y luminosa advierte a los conductores.

Por último, también se señalan medidas que permeabilicen la carretera para que pase el animal, "se trata de acondicionar estructuras como drenajes y pasos superiores e inferiores a la vía. Tienen un coste muy alto pero son muy efectivos para reducir el efecto barrera".

Uno de cada diez accidentes se produce en la A-1, seis de cada diez con jabalíes, tres de cada diez en invierno, casi cuatro de cada diez en fin de semana y en el 80% de los casos era de noche. La Comunidad de Madrid ha realizado por primera vez un pormenorizado informe sobre la siniestralidad provocada por animales en las carreteras madrileñas: 1.079 incidentes entre enero de 2012 y diciembre de 2017. La Consejería de Medio Ambiente asegura que los accidentes son difíciles de prevenir, debido a la presencia de núcleos urbanos por toda la región, el importante volumen de tráfico rodado que se produce durante el fin de semana por todo Madrid, y por el incremento que se está dando de la población de animales silvestres fuera de los cotos de caza, en zonas rurales y tierras de cultivo abandonadas, "áreas que se presentan como refugio y hábitat natural para muchas especies, a lo que se suma la falta de depredadores naturales".

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