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Cuatro llamadas al 112, una hora esperando: así perdieron Carmen y Marco a su bebé
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un juzgado ha abierto diligencias

Cuatro llamadas al 112, una hora esperando: así perdieron Carmen y Marco a su bebé

Carmen, en silla de ruedas y embarazada de 34 semanas, empezó a sangrar en casa. Tras cuatro llamadas y una hora y dos minutos esperando a los médicos, su hijo falleció nada más nacer

Foto: Marco, la pareja de Carmen y el padre de Bruno, con la denuncia que pusieron.
Marco, la pareja de Carmen y el padre de Bruno, con la denuncia que pusieron.

Bruno iba a ser el primer hijo en común de la pareja. Carmen, 37 años, y Marco, de 41, lo esperaban con ilusión para mediados de este mes. Ella, consultora, con una hija de una relación anterior y en silla de ruedas por una lesión medular. Él, informático y con dos chavales también de otro matrimonio anterior. Una pareja normal de clase media, con muchos proyectos para el futuro. Sin embargo, Bruno está enterrado muy cerca del que iba a ser su hogar, en el municipio madrileño de Torrelodones. El pequeño murió a las pocas horas de nacer porque la ambulancia tardó 62 minutos en acudir tras las desesperadas llamadas telefónicas de sus padres después de que Carmen se pusiera de repente de parto en su casa, de noche. El triste suceso ha acabado en los tribunales. El juzgado de instrucción número 2 de Collado Villalba acaba de abrir diligencias tras la denuncia que presentó la pareja. No quieren que su historia se vuelva a repetir.

Porque la historia de Carmen y Marco es triste, muy triste. "Dantesca e indignante", añade el padre. La pareja ha decidido contársela a El Confidencial porque quiere que se depuren responsabilidades y que se revisen los protocolos de actuación del Summa 112, dependiente de la Comunidad de Madrid. Y, sobre todo, para que "lo que nos ha pasado a nosotros no vuelva a suceder. ¿Cómo ha sido posible? En Madrid, en pleno siglo XXI, a 15 minutos de nuestro hospital, el Puerta de Hierro", señala Marco. Los dos se arman de valor y narran a este diario cómo vivieron el pasado 4 de septiembre la peor noche de su vida. Lo hacen entre lágrimas.

Foto: Nory Elisabeth, antes del accidente y en la cama del hospital Clínico.

Carmen estaba embarazada de 34 semanas. Nos muestra su historial médico para avalar que aunque lo suyo era un embarazo de riesgo por su lesión medular, todos los controles periódicos que pasó demuestran que todo estaba bien. Está en silla de ruedas por un episodio de violencia de género, por lo que prefiere no mostrar su rostro (solo lo hace Marco) para que su expareja y agresor no sepa que es ella. Todo comenzó la noche del 3 al 4 de septiembre. "Pasadas las 12 de la noche empecé a notar escalofríos, no podía controlar los temblores y me alarmé. Intenté entrar en calor. Bajo mi criterio, no tenía la sensación de estar de parto, pero si no mejoraba, pensaba ir al hospital", señala Carmen. Es lo que finalmente decidió.

"Intento vestirme y veo que estoy sangrando". Carmen y Marco se asustan y realizan la primera llamada al 112. El registro de su teléfono marca la 01:06. "Creo que di todos los detalles. Que mi mujer estaba en silla de ruedas. Que su embarazo era de alto riesgo. Solo me atendió un operador, no me pasaron con un médico", explica Marco. El Summa les contesta que mandarían una ambulancia a su domicilio. A la 01:08 ella recibe un mensaje que dice: "Activados los servicios de emergencia", con su dirección. Carmen señala que Marco la quiso llevar al hospital, "pero con lo que estaba sangrando yo decidí permanecer quieta. Tenía miedo por el bebé. Es verdad que yo no tengo criterio médico, pero decidí no moverme pensando que la ambulancia llegaría en un tiempo prudencial". De su casa al hospital Puerta de Hierro de Majadahonda hay 19 kilómetros, entre 15 y 20 minutos en coche.

placeholder Un grupo de ambulancias del Summa.
Un grupo de ambulancias del Summa.

Pero pasa el tiempo y los servicios médicos no llegan. "Yo ya tenía la cama empapada de sangre". La pareja vuelve a llamar al Summa 112 a la 01:37. "Me vuelve a atender un operador. Me dicen que la ambulancia va de camino. '¿Cuánto va a tardar?', le pregunto. Y me contesta que no puede darme un tiempo estimado. Yo me ofrezco a llevarla al hospital y me dicen que bajo mi responsabilidad", rememora Marco. La pareja decide no esperar más e ir al Puerta de Hierro. En esos momentos, afortunadamente, un amigo de la pareja está en casa. Se había quedado a dormir. "Él es más fuerte y coge a Carmen en brazos mientras yo voy a abrir las puertas de casa y encender el coche", explica Marco.

El recorrido es captado por las cámaras de seguridad de la casa y el abogado del matrimonio quiere aportarlas a la causa. "Mi sensibilidad está afectada por la lesión. Pero noto una contracción muy fuerte, una sola, y mucho dolor cuando me llevan en brazos hacia el coche". La pareja recuerda entre lágrimas ese trágico instante. "Mientras estoy abriendo las puertas del coche fuera de la casa veo que el niño ha nacido, se cae prácticamente al suelo con Carmen en brazos de nuestro amigo. Tumbamos a Carmen en el suelo y le ponemos a Bruno en sus brazos", asegura Marco, que en ese momento hace la tercera llamada al Summa 112. A la 01:46.

placeholder Registro de las llamadas del móvil de Marco.
Registro de las llamadas del móvil de Marco.

En esa tercera llamada sí se pone un médico. Bruno ha nacido prematuramente, con 34 semanas. Tiene dificultades respiratorias. "Las indicaciones que me hace el médico son ridículas, me dice que no corte el cordón umbilical y le despeje las vías respiratorias. Creo que mi hijo estaba en parada. No respiraba. No sabía qué más hacer. Hacía falta un médico", señala Marco. Mientras, el amigo ha llamado a la Policía Local de Torrelodones pidiendo ayuda. Marco hace una cuarta llamada al 112 a la 01:53. "Seguían sin venir y ya me preocupo también por mi mujer. Ha perdido mucha sangre. Ella estaba muy mal. No sé ni lo que les dije. '¡Dónde coño estáis!'. La madre y el bebé estaban muy mal".

Lo más indignante de todo, según la pareja, fue la actitud de los facultativos nada más llegar. "El cuadro que se encuentran era dantesco y lo primero que hacen es quejarse de que hay poca luz. No traían linternas ni nada. Qué pasa si tienen que atender una emergencia en una calle poco iluminada. ¿No van preparados?". Las ambulancias llegan a las 02:08, acompañadas por la Policía Local de Torrelodones. Se enviaron dos unidades, una por el bebé y otra por la madre. "Entraron en la propiedad como si vinieran a arreglar una lavadora. Una pachorra tremenda".

Carmen asegura que su hijo estaba en parada, sobre su pecho. Ella tendida en el suelo sangrando apoyada en su marido. El médico que llegó hizo un masaje cardíaco al bebé para intentar reanimarlo. "Fui yo el que pedí que pusieran una mascarilla de oxígeno a Carmen. También estaba muy mal, muy débil". Ella perdió tres litros de sangre. "Estuve al borde de la muerte". Bruno llegó con vida al Puerta de Hierro, "pero sus daños cerebrales eran severos por la falta de oxígeno. No había esperanza". A las 11 de la mañana falleció en brazos de su madre, después de que los médicos y los padres consensuaran la 'adecuación del esfuerzo terapéutico', es decir, desconectarle de todos los sistemas que le mantenían con vida. Había pesado 2,5 kilos y medía 46 centímetros. Ella tuvo que estar hospitalizada tres días hasta que se recuperó. Aquí acaba la tragedia, pero el recuerdo de Bruno nunca desaparecerá.

Foto: Un médico, atendiendo una consulta telefónica en el 061.

La pareja está convencida de que si los servicios médicos hubieran acudido antes, Bruno hubiera sobrevivido. "Hemos pedido la autopsia. Tarda tres meses. Las ecografías estaban bien, el niño estaba bien. No sabemos qué desencadenó el parto, pero está claro que cuando nació solo necesitaba maduración pulmonar. Si la autopsia no detecta nada raro, una respuesta médica distinta hubiera cambiado el desenlace", señala Carmen. Los padres solo piden justicia, que se depuren responsabilidades para que otra familia madrileña no pase por lo mismo. Han enviado una carta al Ayuntamiento de Torrelodones pidiendo a la alcaldesa que les ayude a esclarecer lo sucedido y agradeciendo la rápida respuesta de la Policía Local, que solo tardó seis minutos en llegar al domicilio. Nada que ver con la hora y dos minutos de las ambulancias.

placeholder Marco, mostrando la parte de su garaje donde Carmen dio a luz a Bruno.
Marco, mostrando la parte de su garaje donde Carmen dio a luz a Bruno.

El caso ya está judicializado. Los padres esperan que el juez pida las grabaciones de las llamadas y las imágenes tomadas por las cámaras de seguridad de la casa, elementos que ayudarán "a esclarecer que hubo una clara negligencia". La pareja quiere respuestas. "¿Cómo una central de emergencias como el 112 no sabe determinar el tiempo de llegada de una ambulancia en caso de vida o muerte?, ¿cómo no sabe dar pautas en casos de extrema gravedad?, ¿por qué se nos ocultó el tiempo de respuesta de la ambulancia impidiéndonos así poder valorar la toma de otras decisiones?".

Desde el Summa 112 aseguran que "lamentamos los hechos y el fatal desenlace que tuvieron" y que ya han recibido las primeras notificaciones del juzgado, "por lo que colaboraremos activamente para que la Justicia aclare los hechos". Desde los servicios médicos madrileños matizan además que "como el asunto está judicializado, no podemos entrar a valorar detalles de la intervención y las llamadas, pero sí podemos confirmar que médicos del Centro Coordinador de Urgencias y Emergencias atendieron las llamadas del padre y activaron el recurso que consideraron más adecuado en función de los datos médicos que iban conociendo y de los que disponían en cada momento". Desde el Summa insisten en que desde la primera llamada telefónica un médico atendió a la familia.

Bruno iba a ser el primer hijo en común de la pareja. Carmen, 37 años, y Marco, de 41, lo esperaban con ilusión para mediados de este mes. Ella, consultora, con una hija de una relación anterior y en silla de ruedas por una lesión medular. Él, informático y con dos chavales también de otro matrimonio anterior. Una pareja normal de clase media, con muchos proyectos para el futuro. Sin embargo, Bruno está enterrado muy cerca del que iba a ser su hogar, en el municipio madrileño de Torrelodones. El pequeño murió a las pocas horas de nacer porque la ambulancia tardó 62 minutos en acudir tras las desesperadas llamadas telefónicas de sus padres después de que Carmen se pusiera de repente de parto en su casa, de noche. El triste suceso ha acabado en los tribunales. El juzgado de instrucción número 2 de Collado Villalba acaba de abrir diligencias tras la denuncia que presentó la pareja. No quieren que su historia se vuelva a repetir.

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