Movilización de los alumnos de la URJC para reactivar la moción y echar al rector
El último escándalo que afecta a la universidad ha motivado a los estudiantes en su primera semana de curso a reactivar la búsqueda de apoyos para impulsar una moción de censura
Los estudiantes de la Universidad Rey Juan Carlos no pueden más. La última polémica en torno a los másteres del Instituto de Derecho Público (IPD) de este centro universitario que dirigía Enrique Álvarez Conde —suspendido el pasado abril— y que ha culminado con la dimisión de la hasta ahora ministra de Sanidad, Carmen Montón, ha movilizado al alumnado en su primera semana de curso. Y la movilización tiene por objeto retomar la moción de censura contra el rector, Javier Ramos, que empezó a sonar el pasado mes de julio. Los plazos del verano, reconocen, han dilatado el proceso. Pero la cuestión de Montón ha afectado mucho a los estudiantes, al asumir que el goteo de casos podría no cesar mientras el prestigio de su universidad cae en picado.
Los alumnos piensan que es hora de depurar responsabilidades. El foco vuelve a estar puesto en Ramos, y los estudiantes ya han empezado la búsqueda de apoyos para impulsar el debate de la moción, que solo llegará si un tercio del claustro así lo solicita (100 miembros). Se trata del máximo órgano de representación de la comunidad universitaria: le corresponde la supervisión y el control de la gestión de la universidad, y es el único con potestad para derrocar al rector.
Precisamente el pasado julio, tras un nuevo proceso electoral, quedó constituido el nuevo claustro en el que los alumnos debían elegir hasta 61 miembros. En estos momentos se encuentran recabando apoyos en el resto de sectores con representación para alcanzar los 100 e impulsar el debate. Confían en que los alcanzarán. La verdadera batalla, en todo caso, será llegar a los 200 (dos tercios del claustro) necesarios para sacar adelante la moción. Reconocen que los problemas para convencer a profesores y personal administrativo vienen en dos sentidos: los que quieren dar su apoyo pero temen significarse y los que están de acuerdo con el fondo, pero discrepan en matices.
El máximo órgano universitario, presidido por el rector, está formado por cuatro sectores: el A pertenece a los representantes del personal docente e investigador (PDI), que son funcionarios o contratados, con 161 miembros; el B lo constituye el resto del PDI; el C, los estudiantes, y el D lo forman integrantes del personal de administración y servicios (PAS), que tiene 34 miembros. Las elecciones se celebran cada cuatro años y tocó el pasado junio.
Sin embargo, las elecciones a rector no tendrán lugar hasta dentro de tres años, de ahí el empeño de los estudiantes de impulsar la moción. Entienden que la situación es insostenible. La presidenta de la asamblea estudiantil Res Publica URJC y miembro claustral, Alba Agraz, así lo explica a este diario, reconociendo además que el caso de Montón "ha dolido todavía más que el de Cifuentes". Primero, por el hecho de que la polémica aumente y aparezcan nuevos casos. Y segundo, confiesa, "porque vemos un pacto entre PP y PSOE para defenderse" —Pablo Casado fue el primero en no lanzar reproches a Montón este lunes al conocerse la noticia publicada por 'eldiario.es', asegurando: "No haré lo que ellos hicieron conmigo"—.
Agraz, que representa una de las plataformas estudiantiles con más fuerza en la universidad, reconoce en primera persona el malestar que existe en la mayor parte del alumnado tras los casos de políticos implicados en presuntos tratos de favor y otros escándalos. "Yo llegué a la URJC en 2016, cuando estallaron los plagios del rector Suárez. Después llegó lo de Cifuentes, más tarde lo de Casado. Y ahora lo de Montón". En apenas dos años, los cimientos de esta universidad pública han quedado sacudidos. Precisamente, una de las primeras decisiones tomadas por Javier Ramos cuando aterrizó en el rectorado fue archivar la investigación interna sobre los artículos copiados de su antecesor, Fernando Suárez, lo que le costó el enfrentamiento con la comunidad estudiantil desde su llegada.
La gestión de la universidad en el caso de Cifuentes también fue muy criticada por los alumnos, máxime ante la evidente implicación de funcionarios, las modificaciones en el sistema informático interno y, especialmente, la actuación del director del IDP, que luego se reveló como el presunto cabecilla de la llamada 'trama universitaria'. Los estudiantes consideran que Ramos actuó tarde y de forma insuficiente, y entienden que no debe seguir al frente del centro universitario.
Así quisieron plantearlo en el pasado claustro de julio, exigiendo al rector que convocara de forma anticipada elecciones. Ahora, con el inicio del curso político y apoyándose en el nuevo escándalo que ha conllevado la segunda dimisión del Gobierno de Pedro Sánchez, entienden que tienen argumentos de sobra. Aunque pasarán directamente a la acción impulsando la moción de censura que, de salir adelante, conllevaría la inmediata disolución del equipo rectoral en su conjunto.
Los estudiantes de la Universidad Rey Juan Carlos no pueden más. La última polémica en torno a los másteres del Instituto de Derecho Público (IPD) de este centro universitario que dirigía Enrique Álvarez Conde —suspendido el pasado abril— y que ha culminado con la dimisión de la hasta ahora ministra de Sanidad, Carmen Montón, ha movilizado al alumnado en su primera semana de curso. Y la movilización tiene por objeto retomar la moción de censura contra el rector, Javier Ramos, que empezó a sonar el pasado mes de julio. Los plazos del verano, reconocen, han dilatado el proceso. Pero la cuestión de Montón ha afectado mucho a los estudiantes, al asumir que el goteo de casos podría no cesar mientras el prestigio de su universidad cae en picado.
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