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El ‘narcopiso zona cero’ de Vallecas es propiedad del fondo buitre Blackstone
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El ‘narcopiso zona cero’ de Vallecas es propiedad del fondo buitre Blackstone

Después de varios años okupado, las autoridades no han conseguido vaciar el edificio, cuyos habitantes hacen negocio con la venta de heroína y cocaína

Foto: El inmueble es propiedad de Anticipa, la inmobiliaria de Blackstone. (D.G./A.P.)
El inmueble es propiedad de Anticipa, la inmobiliaria de Blackstone. (D.G./A.P.)

El número 23 de la calle Puerto de la Mano de Hierro no es un edificio cualquiera. Su estilo de construcción, mucho más moderno que los de su entorno, llama la atención entre las casas bajas del Puente de Vallecas. Este inmueble, aseguran las plataformas vecinales, es la 'zona cero' de los narcopisos en Vallecas, un problema que tiene en vilo al barrio y que ha provocado el abandono de la mayoría de tiendas de la avenida Monte Igueldo, una de las principales arterias comerciales de la zona.

El inmueble se terminó de reformar hace siete años. Se trata de un edificio de tres alturas con varias viviendas de 50 metros cuadrados que nunca han tenido inquilinos de pago. Antes de venderlas, los okupas se hicieron fuertes dentro y nunca han salido. La policía conoce el edificio y ha intentado cerrarlo en varias ocasiones, pero las órdenes judiciales para un desalojo suelen alargarse demasiado en el tiempo, sobre todo cuando el propietario no pone de su parte y los okupas conocen varios trucos legales.

Foto: Uno de los 'narcopisos', en la calle Hachero, tapiado por los vecinos. (A.P.)

Ningún vecino sabe de quién es el edificio. A mediados de este mes de enero se dejó caer por allí un trabajador de la inmobiliaria que lo gestiona con una carpeta y un formulario. Llamó al timbre varias veces, sin respuesta. Seguramente fue el mejor desenlace posible de la situación, porque sus habitantes no reciben con alegría a los fisgones. Hace unos meses, los vecinos de la calle, de apenas 30 números, comenzaron a hacer caceroladas para elevar el tono de su protesta y llamar la atención de los medios. Al principio lo hicieron sin salir de casa, haciendo ruido por la ventana, pero cuando se plantaron delante de la puerta del portal, marcada con un imponente 23, lo que recibieron fue un cubo con amoníaco.

De Vallecas a Luxemburgo

placeholder El inmueble se distingue por su llamativa cristalera.
El inmueble se distingue por su llamativa cristalera.

El dueño es Blackstone, la mayor inmobiliaria privada de España y uno de los mayores fondos buitre del mundo. De acuerdo con los documentos registrales a los que ha accedido este periódico, el inmueble es de Avir Investments 2016, una empresa que gestiona parte de los activos de Anticipa Real Estate, la inmobiliaria española de Blackstone. El accionista de Avir Investments es Calupo Investments, también de Anticipa-Blackstone, y cuyo accionista único es Buffalo Socimi, con sede en Luxemburgo. Su sede en el Gran Ducado se encuentra en las oficinas de Blackstone Global Fund.

Blackstone se erigió en un coloso del ladrillo en nuestro país cuando estalló la burbuja inmobiliaria. Solo en 2017 se ha hecho con activos del Banco Popular en España por valor de 12.000 millones y con 3.500 inmuebles del BBVA, mientras que dos años antes cerraba la compra de los de Catalunya Banc por 4.123 millones de euros. Nadie posee tantos inmuebles en España salvo Sareb, el banco malo del Estado. Anticipa, su filial inmobiliaria en España, gestiona y administra sus préstamos hipotecarios pendientes.

En el 23 de Mano de Hierro es donde comenzó la revuelta vecinal que ha puesto a políticos y autoridades en tensión. Los vecinos del barrio con más tasa de paro de la capital (13%), hartos de no ser escuchados, colocaron una chapa metálica en la ventana para evitar el trapicheo de ventanilla, aunque los okupas han reabierto el acceso. Al principio se trataba de jóvenes antisistema que daban poco problema más allá de los ruidos. Sin embargo, pasado un tiempo, dejaron paso a otro tipo de okupas, en su mayoría africanos, que empezaron a vender heroína y cocaína. "Había noches, y también mañanas a primera hora, en las que esto estaba abarrotado, se juntaban más de 100 personas comprando droga y tomándola aquí mismo", señala un vecino haciendo círculos imaginarios en una zona de la calle, que apenas tiene 10 metros de ancho.

Este piso entró en la cartera de Anticipa, la inmobiliaria española de Blackstone, al comprar los activos de BBVA. Un portavoz de la empresa ha explicado a este periódico que ya se ha denunciado en más de una ocasión la okupación de este inmueble en concreto, así como de otros que se encontraban en la misma situación. No tienen ningún interés, asegura, en mantener okupado un espacio que podría generar una rentabilidad al ser puesto en alquiler.

Africanos contratando dominicanos

Como el inmueble no tiene suministros, los africanos que lo ocupaban subcontrataron a varias personas dominicanas del barrio para conseguirlos. “Tienen a uno que se iba colando en los portales con un cubo de basura lleno de bidones para robar agua y a otro que les conectó la electricidad de una farola cercana”, afirma otro vecino. “Y luego una chica que tiene un niño pequeño y que corre calle abajo con el crío en brazos para meterse en los pisos okupados antes de ser desalojados, porque la ley complica muchísimo un desahucio si hay menores de por medio”, relata otro vecino. En efecto, los datos que la Policía Nacional ha hecho públicos confirman las intuiciones de los vecinos: de las 314 personas detenidas en las operaciones contra la droga, la mayoría son nigerianos y dominicanos.

¡He comprado el piso, pero no tengo luz ni agua! ¿Tú crees que se puede vivir así? ¡La policía lo sabe!

Los vecinos, que hablan regularmente con las autoridades en busca de una solución que nunca llega, culpan a los propietarios de falta de acción. "No están haciendo nada. Hemos hecho caceroladas, nos hemos echado a la calle, hemos salido en los periódicos y en la televisión... y nada, siete u ocho años después todo sigue igual, si últimamente han parado un poco el ritmo de venta es por el ruido que hemos hecho, no por los dueños", explican desde un local de la calle.

De repente, después de estar toda la mañana cerrado a cal y canto, un individuo sale del edificio. Es de raza negra, huele a perfume y viste con elegancia, con una cazadora blanca y unos pantalones ajustados. "¿Qué droga? ¡Los vecinos no saben nada! ¡Yo he comprado mi piso, que además no tiene agua ni luz! ¿Tú crees que así se puede vivir? Y la policía lo sabe todo", dice a este periódico sin detenerse ni despeinarse ante tamaña falsedad , seguro de que volverá a entrar y salir cuando le plazca, para desesperación de los vecinos.

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El número 23 de la calle Puerto de la Mano de Hierro no es un edificio cualquiera. Su estilo de construcción, mucho más moderno que los de su entorno, llama la atención entre las casas bajas del Puente de Vallecas. Este inmueble, aseguran las plataformas vecinales, es la 'zona cero' de los narcopisos en Vallecas, un problema que tiene en vilo al barrio y que ha provocado el abandono de la mayoría de tiendas de la avenida Monte Igueldo, una de las principales arterias comerciales de la zona.

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