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Gran Vía reabre al coche privado... Pero no la cojas: hasta 40 minutos para cruzarla
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SE CIERRA DEFINITIVAMENTE EN JUNIO POR LA APR

Gran Vía reabre al coche privado... Pero no la cojas: hasta 40 minutos para cruzarla

Aunque el coche privado pueda volver a circular, los atascos siguen y además tiene los días contados. En junio, el cierre será definitivo. Lo mejor: buscar alternativas y no cogerla más

Foto: Vista de la zona peatonal en la Gran Vía de Madrid. (EFE)
Vista de la zona peatonal en la Gran Vía de Madrid. (EFE)

Que atravesar la Gran Vía puede llegar a ser un infierno no es algo nuevo. Lo era antes y lo es ahora (todavía más), teniendo en cuenta que hay un carril menos a cada lado para los coches privados (o uno más para los peatones, según se mire). La reapertura de una de las principales arterias de la ciudad a los vehículos particulares este lunes es una verdad a medias. Tras las restricciones puestas en marcha durante el periodo navideño (desde el 1 de diciembre hasta el 7 de enero), el ayuntamiento permite de nuevo circular a los coches no residentes, aunque la nueva configuración de la Gran Vía inaugurada en diciembre sigue intacta, como anunció el consistorio en su presentación. Esto quiere decir que, aunque en los próximos meses los coches pueden atravesar la Gran Vía, permanece la reducción a dos carriles por sentido (uno de ellos reservado a taxis y autobuses en cada lado), así como la implementación de uno más para los viandantes (de momento con vallas de hormigón y próximamente a través del ensanchamiento de aceras).

En resumen, el mantenimiento de un solo carril para vehículos privados es un hecho y también una medida disuasoria que está surtiendo efecto. Según los datos del área de Movilidad dirigida por Inés Sabanés, los días sin restricciones a los coches privados durante el periodo navideño registraron una reducción del tráfico del 14%; mientras que en aquellos en los que sí se limitaba el tránsito a los no residentes, la disminución de la afluencia alcanzó entre un 37 y un 39%, poniendo de manifiesto que las personas que no viven en el centro de Madrid son las que más atraviesan la arteria con sus vehículos.

Pero más allá de los datos, en el consistorio reconocen que queda mucho por hacer y lo más importante sigue siendo inculcar el cambio de cultura en la sociedad para involucrarla en la mejora de la calidad del aire, en línea con el Plan A diseñado desde Cibeles. De hecho, basta con hacer un recorrido por la Gran Vía esta semana de 'reapertura' para comprender que se sigue colapsando aunque el tráfico haya disminuido y que, en este punto, lo más adecuado es seguir con la recomendación del ayuntamiento: aunque los coches puedan pasar, lo mejor para ir al centro es usar el transporte público, la bicicleta o hacerlo a pie. Si de cualquier manera los usuarios necesitan coger el coche, lo recomendable es utilizar la M-30 o las rondas y bulevares.

placeholder Imagen de la Gran Vía de Madrid antes de que se implementara la nueva configuración. (EFE)
Imagen de la Gran Vía de Madrid antes de que se implementara la nueva configuración. (EFE)

Pese a haber finalizado el dispositivo especial de Navidad, en los aledaños de la Gran Vía continúa un equipo de agentes de Movilidad controlando la afluencia del tráfico. En el ayuntamiento advierten de que sigue vigente la posibilidad de que se produzcan desvíos puntuales en situaciones de especial saturación. Este martes por la mañana en hora punta, por ejemplo, el acceso desde la calle Princesa impedía cruzar la plaza de España para llegar a Gran Vía. Los agentes obligaban a hacer un cambio de sentido en el subterráneo de la cuesta de San Vicente para tratar de agilizar el tránsito en las distintas direcciones, permitiendo el paso a vehículos autorizados y transporte público, y retrasando el camino a los interesados en alcanzar la arteria principal. Atravesar la Gran Vía desde Princesa hasta Alcalá llevó entre 30 y 40 minutos a muchos usuarios, como pudo comprobar este diario.

Habrá quien todavía se pregunte por qué al terminar el dispositivo navideño no ha vuelto a la normalidad el funcionamiento de la Gran Vía. El concejal de Desarrollo Urbano Sostenible, José Manuel Calvo, daba la clave en la presentación del proyecto hace mes y medio: "La Gran Vía no volverá a ser la misma". Las obras de la nueva configuración, que convertirán en una realidad el triunfo de los peatones en la calle, están previstas para finales de febrero o principios de marzo si el proceso de licitación cumple los plazos previstos. Y los técnicos del ayuntamiento decidieron, tras estudiar los efectos y consecuencias, que lo más útil era mantener esa configuración provisional aprovechando los efectos positivos logrados en el periodo de Navidad, dado que en apenas dos meses comenzarían las trabajos sobre el terreno.

Foto: Vista de la capa de contaminación que cubre la ciudad de Madrid. (EFE)

Y no solo eso: en junio comenzará a funcionar la nueva Área de Prioridad Residencial (APR) de Centro que cerrará, y esta vez sí, definitivamente el acceso a Gran Vía a los no residentes. Desde la Concejalía de Movilidad insisten en que darle continuidad al nuevo diseño de Gran Vía ayudará a "una transición suave hacia la APR" en este tiempo e irá permitiendo a la ciudadanía "elegir sus alternativas de viaje de forma escalonada".

La nueva Gran Vía ha venido para quedarse y es una de las grandes apuestas de Ahora Madrid para modernizar la ciudad y luchar contra los altísimos niveles de contaminación. Aunque el coche privado pueda circular algunos meses más por esta arteria, tiene los días contados. Los atascos permanecen y, aunque se consiga disminuir el nivel de tráfico, estos vehículos siguen contando con un solo carril de subida y otro de bajada. Los tiempos de espera al volante se mantienen y en poco tiempo la restricción de acceso a esta arteria será irreversible con la entrada en vigor de la APR. Así que lo mejor a partir de ahora: búsqueda de alternativas y evitar coger la Gran Vía.

Que atravesar la Gran Vía puede llegar a ser un infierno no es algo nuevo. Lo era antes y lo es ahora (todavía más), teniendo en cuenta que hay un carril menos a cada lado para los coches privados (o uno más para los peatones, según se mire). La reapertura de una de las principales arterias de la ciudad a los vehículos particulares este lunes es una verdad a medias. Tras las restricciones puestas en marcha durante el periodo navideño (desde el 1 de diciembre hasta el 7 de enero), el ayuntamiento permite de nuevo circular a los coches no residentes, aunque la nueva configuración de la Gran Vía inaugurada en diciembre sigue intacta, como anunció el consistorio en su presentación. Esto quiere decir que, aunque en los próximos meses los coches pueden atravesar la Gran Vía, permanece la reducción a dos carriles por sentido (uno de ellos reservado a taxis y autobuses en cada lado), así como la implementación de uno más para los viandantes (de momento con vallas de hormigón y próximamente a través del ensanchamiento de aceras).

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