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Así sobrevivió el PP a su annus horribilis en el Ayuntamiento de Madrid

La marcha de Aguirre tras ingresar en prisión Ignacio González fue el mazazo definitivo. También era el momento de renacer. Así superó el PP del Ayuntamiento su año más duro

Foto: El portavoz del PP en el Ayuntamiento de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, junto a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes. (EFE)
El portavoz del PP en el Ayuntamiento de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, junto a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes. (EFE)

El PP de Madrid no olvidará 2017. Ha sido "el año de los mazazos", dicen los inquilinos de la primera planta del 71 de la calle Mayor, donde se encuentra el edificio de los grupos de la oposición en el Ayuntamiento. Hace dos años llegaron allí por sorpresa, ellos pensaban que gobernarían. Su sitio estaba en Cibeles. La victoria de Ahora Madrid de la mano de Manuela Carmena y el apoyo de los socialistas fue un jarro de agua fría que tampoco olvidarán. El PP capitaneado por Esperanza Aguirre comenzó entonces una nueva etapa en la bancada opuesta a la del Gobierno local por primera vez en 24 años pese a que ganó las elecciones de 2015 (34,55% de los votos y 21 concejales, uno más que la candidatura de la exjueza).

Fue la que entonces todavía era su jefa la que ordenó "ponerse las pilas" y batirse el cobre para recuperar la alcaldía de la capital. "Fue difícil porque nos dimos de bruces con algo que no esperábamos. De repente estábamos en la oposición", cuentan. Y la cosa empeoró porque cuando el grupo de concejales comenzaba a rodar en su nueva labor, menos de un año después, en febrero de 2016, Aguirre dimitía como presidenta del PP de Madrid justo después de nuevas revelaciones sobre la trama Púnica y el registro de oficinas del partido en busca de pruebas sobre la presunta financiación ilegal. La hasta entonces presidenta popular aseguró "no tener culpabilidad", pero sí "una responsabilidad política" que asumía dejando el cargo.

La consecuencia inmediata de aquella marcha fue el aislamiento rotundo del grupo del PP en el Ayuntamiento de Madrid, último resquicio del partido en manos de Aguirre toda vez que Cristina Cifuentes se puso al frente de la gestora madrileña con el beneplácito de Juan Carlos Vera y, por extensión, de Mariano Rajoy. La presidenta de la Comunidad se confirmó como jefa del PP madrileño en el congreso del pasado marzo. Y ya en abril llegó el 'golpe' definitivo para el grupo del consistorio al dimitir Aguirre como portavoz en el consistorio.

placeholder Los ediles populares en el Ayuntamiento de Madrid Iñigo Henríquez de Luna .d., y José Luis Martínez Almeida. (EFE)
Los ediles populares en el Ayuntamiento de Madrid Iñigo Henríquez de Luna .d., y José Luis Martínez Almeida. (EFE)

Este sí era el final definitivo: todos lo sabían porque la que fuera 'lideresa' ya no ostentaba ningún cargo orgánico. La decisión llegaba al entrar en la cárcel Ignacio González, a tenor de la operación Lezo, y con Francisco Granados, el que fuera su número tres en la Asamblea, también en prisión. "No vigilé lo suficiente", dijo en una rueda de prensa. En aquellos meses se habían desvanecido demasiados mitos. "Primero fue lo de Nacho, después más titulares porque Esperanza se iba. Fueron demasiadas cosas", explican en primera persona miembros del PP madrileño.

El grupo popular se quedaba huérfano y con una sensación de pérdida importante. Pero, al mismo tiempo, era el momento de renacer después de meses de aislamiento y con dificultades para hacerse oir en la dirección regional. La carrera por la portavocía acabó teniendo dos candidatos. El que se conoció desde el primer momento; Íñigo Henríquez de Luna, portavoz adjunto, segundo de Aguirre en el grupo y una de las pocas voces críticas con Cifuentes, y José Luis Martínez-Almeida, también muy respaldado dentro del equipo municipal y cuya candidatura llegó a última hora. Contaba con el visto bueno de Cifuentes y suponía empezar una nueva etapa. Almeida venció y se coronó como nuevo portavoz a finales de abril.

Foto: Esperanza Aguirre, durante la declaración pública en la que anunció su dimisión como portavoz y concejal del Ayuntamiento de Madrid. (EFE)

El acercamiento con la dirección regional se fue sucediendo y poco a poco el grupo municipal fue recuperando peso. Incluso el PP nacional se fue volcando con cierta frecuencia con los concejales del consistorio en algunas de sus iniciativas como fue el intento de frenar el acto de Puigdemont en el Palacio de Cibeles. También Cifuentes y Almeida empezaron a protagonizar actos juntos que no se habían visto desde el inicio de la legislatura derrochando buena sintonía.

Tras las embestidas internas, el PP municipal echa la mirada hacia atrás y se muestra convencido de haber sobrevivido a uno de los años más difíciles. Desde el núcleo duro recuerdan que muchos concejales "lo han pasado mal", forzados a asumir situaciones complicadas y lo han seguido "dando todo" por el partido. "Se parten la cara porque creen en esto", insisten. No solo les ha tocado defender la oposición —compitiendo duramente con la irrupción de Ciudadanos— sino que se han enfrentado a Manuela Carmena como alcaldesa que, pese a las crisis de Gobierno, el resto de grupos tiene la sensación de que continúa saliendo indemne y mantiene una imagen difícil de combatir. "Sabemos que los suyos se movilizan mucho, pero los nuestros también. Y en eso estamos". Cuando ya ha pasado el ecuador de la legislatura, las distintas fuerzas con representación en el consistorio ya tienen el foco puesto en 2019. Hoy por hoy, todo apunta a que Carmena repetirá como candidata.

placeholder José Luis Martínez-Almeida acompañado de algunos de los concejales del PP en Madrid. (EFE)
José Luis Martínez-Almeida acompañado de algunos de los concejales del PP en Madrid. (EFE)

Desde el PP consideran que la última crisis sí les pasará una importante factura por la división interna tan fuerte que ha generado, pero reconocen que no pueden arriesgarse y echarán el resto para recuperar la gran plaza municipal del país. El candidato que elegirá Rajoy sigue siendo una incógnita. El cometido de Almeida es seguir allanando el camino y situar al PP en la más férrea oposición para tener al equipo listo de cara a la campaña. En eso están sin tener mayores novedades de los planes de futuro del partido que a ellos tanto les pueden afectar. No tienen prisa porque en el Ayuntamiento consideran innecesario entrar a las quinielas publicadas ('operación Casado', Íñigo Méndez de Vigo...) y consideran que el PP no debería tener prisas para evitar "quemar al candidato". Ellos piensan en seguir trabajando para 2019 sin saber, eso sí, quién estará al frente del timón.

El PP de Madrid no olvidará 2017. Ha sido "el año de los mazazos", dicen los inquilinos de la primera planta del 71 de la calle Mayor, donde se encuentra el edificio de los grupos de la oposición en el Ayuntamiento. Hace dos años llegaron allí por sorpresa, ellos pensaban que gobernarían. Su sitio estaba en Cibeles. La victoria de Ahora Madrid de la mano de Manuela Carmena y el apoyo de los socialistas fue un jarro de agua fría que tampoco olvidarán. El PP capitaneado por Esperanza Aguirre comenzó entonces una nueva etapa en la bancada opuesta a la del Gobierno local por primera vez en 24 años pese a que ganó las elecciones de 2015 (34,55% de los votos y 21 concejales, uno más que la candidatura de la exjueza).

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