La nueva Gran Vía nace en Navidad: 30 km/h, dos carriles peatonales y vallas de hormigón

El dispositivo de tráfico y seguridad en la Gran Vía de Madrid durante el periodo navideño será el pistoletazo de salida definitivo a la peatonalización y restricción al coche privado en una de las principales arterias de la ciudad. La alcaldesa Manuela Carmena y los concejales de Urbanismo, Seguridad y Medioambiente; José Manuel Calvo, Javier Barbero e Inés Sabanés, explicaron los detalles este lunes en el Palacio de Cibeles y anunciaron que a partir del 1 de diciembre “se reordena la Gran Vía” con restricciones particulares que se ampliarán hasta el día después de Reyes, el 7 de enero.

En términos generales, la nueva configuración supondrá dos carriles más para peatones y un total de 5.400 metros cuadrados nuevos en aceras para los usuarios que pasearán por la calle, la reducción de velocidad a 30 kilómetros por hora, la ampliación de los pasos de peatones existentes permitiendo ampliar su empleabilidad y un vallado sólido de hormigón a lo largo de todo el recorrido (en torno a 1.500 metros) para cumplir las recomendaciones antiterroristas del Ministerio del Interior. Se mantendrán en funcionamiento un carril para transporte público (autobuses, taxis, servicios) y otro para residentes en ambos sentidos.

Durante el periodo navideño (del 1 de diciembre al 7 de enero) habrá restricciones adicionales, algunas similares a las que ya se aplicaron el pasado año y, otras, ampliadas. Esas restricciones tendrán lugar del 1 al 3 de diciembre, del 5 al 10, los fines de semana de la tercera y cuarta semana (de lunes a juves no se aplicarán) y en la fase final de las fiestas, del 22 de diciembre al 7 de enero.

La principal es la prohibición de utilizar la Gran Vía como medio de paso. Sí hay excepciones, las principales se refieren a los residentes y personas con movilidad reducida, los autobuses de la EMT, las bicicletas, las motos y los automóviles CERO emisiones, taxis, vehículos VTC, carga y descarga de once de la noche a once de la mañana, acceso a aparcamientos y hoteles, reparto postal, reparaciones (agua, electricidad o gas) y vehículos privados que quieran aparcar en los ocho aparcamientos de la zona, aunque deberán acceder por calles y rutas alternativas no incluidas en la restricción.

La seguridad será otro de los puntos clave en el dispositivo especial de Navidad. A lo largo de toda la Gran Vía se instalarán vallas sólidas de hormigón, de entre 700 y 800 kilos, con el objetivo de cumplir con las medidas antiterroristas sugeridas desde el Gobierno central, tras los atentados sucedidos en el último año. Precisamente, el ataque en un mercadillo en Berlín en las navidades pasadas obligó al consistorio dirigido por Carmena a reforzar el vallado durante la Cabalgata de Reyes. Una medida que en esta ocasión se aplicará desde el 1 de diciembre para evitar mayores riesgos, según explicó Barbero. El consistorio está estudiando las opciones de adorno que pueden tener las vallas, con plantas por ejemplo, para conseguir un aspecto más amable.

Las restricciones se levantarán a partir del 7 de enero. Lo que se mantendrá será la configuración de la ‘nueva Gran Vía’ y las medidas de seguridad hasta que comiencen las obras que finalizarán con la reordenación definitiva. El delegado de Urbanismo explicó que los plazos de licitación están por definir pero el inicio de obras está previsto para finales de enero principios de enero y la voluntad del Ayuntamiento es que finalicen en menos de un año para que las próximas Navidades esté lista la calle más emblemática de Madrid.