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Cinco candidatos y un favorito: el mapa de la batalla socialista por Madrid
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LA PRIMERA PARTIDA, EL 30 DE SEPTIEMBRE

Cinco candidatos y un favorito: el mapa de la batalla socialista por Madrid

Son las primarias regionales con más aspirantes de todo el PSOE, aunque dos pueden caerse en la fase de avales. En el partido se da a Franco por ganador, pero la duda es si habrá segunda vuelta

Foto: José Manuel Franco, el candidato mejor situado para liderar el PSOE de Madrid, el pasado 19 de julio en la capital. (EFE)
José Manuel Franco, el candidato mejor situado para liderar el PSOE de Madrid, el pasado 19 de julio en la capital. (EFE)

Digamos que la batalla no es totalmente ni incierta. Con la precaución a la que obligan todos los procesos internos del PSOE —y más visto el resultado de las primarias federales, con una victoria de Pedro Sánchez con la que los popes del partido no contaban meses antes—, sí se puede afirmar que en Madrid las cosas están ya bastante decantadas: salvo sorpresa mayúscula, quien tomará las riendas de una federación que ha sido siempre tan dada a las intrigas palaciegas como a la acumulación de derrotas electorales es José Manuel Franco. El candidato patrocinado por Pedro Sánchez y el hombre que está logrando aglutinar bajo su paraguas a buena parte de los capitanes del PSOE-M. La mayor incógnita no es un triunfo que en el partido se da por seguro, sino si podrá imponerse con más del 50% de los votos en una sola vuelta a sus cuatro rivales, en caso de que todos recaben entre 310 y 620 firmas antes del domingo (entre el 2% y el 4% del censo de 15.482 militantes). La partida se juega el 30 de septiembre y, si ningún aspirante supera el umbral del 50%, la segunda ronda llegará una semana después, el 7 de octubre.

El PSOE no es una formación compacta, y se comprobó de forma descarnada en las primarias que enfrentaron a Pedro Sánchez con Susana Díaz y Patxi López. Las heridas no se han suturado aún, pero el ruido interno sí se ha amortiguado. Pero, a nivel federal, los materiales no se han consumido del todo. Madrid es harina de otro costal. La antigua Federación Socialista de Madrid (FSM), luego PSM y desde 2015 PSOE-M es un territorio hostil, clavado de espinas, jibarizado, exhausto tras innumerables batallas internas y que ha visto cómo sus líderes han hecho y deshecho en reuniones de despacho. Al calor de la mesa camilla. Negociaciones que siguen funcionando y que han formado parte de este último proceso interno, aunque algunos de sus protagonistas niegan con vehemencia que se hayan producido cambalaches.

Tras el candidato sanchista, hay dos rivales más fuertes, Juan Lobato y Eusebio González, y no está claro quién se llevará la medalla de plata

Franco, portavoz adjunto en la Asamblea de Madrid y presidente de la agrupación de Chamartín, se enfrenta a dos aspirantes más fuertes: Juan Lobato, alcalde de Soto del Real y diputado autonómico, y Eusebio González, secretario de Política Municipal del PSM (2012-2015) con Tomás Gómez, parlamentario regional en la anterior legislatura (2011-2015) y exconcejal en su localidad, Alcalá de Henares. En la cola se hallan dos candidatos con posibilidades casi nulas y que podrían no pasar el corte: Enrique del Olmo, miembro de la plataforma crítica Gana Madrid y militante de base, y Manuel Lucas Campeño, barrendero y edil en la oposición en el pequeño pueblo (640 habitantes) de Valdaracete. Cinco contrincantes, más que en ningún otro proceso de primarias regionales del PSOE en este ciclo. Y eso que a la carrera no se han sumado finalmente ni la todavía secretaria general y alcaldesa de Getafe, Sara Hernández, ni el exportavoz en el Ayuntamiento de la capital Antonio Miguel Carmona. Ella apoya a Franco y él tiene a su tropa dividida y no entregará sus votos de forma monolítica a ningún jinete.

Foto: Sara Hernández, alcaldesa de Getafe y todavía secretaria general del PSOE-M, el pasado 25 de junio en su localidad. (EFE) Opinión

Lo que sigue es un relato de los principales protagonistas de la batalla por Madrid. De los candidatos y de los jefes de las familias que han guiado la vida orgánica de la tercera federación del PSOE en los últimos años y que conservan su cuota de poder, especialmente valiosa en unos momentos de evidente descomposición interna.

Franco, el ungido por Sánchez

No es un recién llegado. José Manuel Franco (A Pobra do Brollón, 1957) aterrizó en la Asamblea de Madrid en 1995, justo cuando el PSOE perdió el Gobierno regional, que pasó a Alberto Ruiz-Gallardón. Desde entonces ha sido portavoz de Empleo, presidente de la Comisión de Presupuestos, portavoz de Transportes e Infraestructuras, portavoz del grupo —justo tras la caída de Tomás Gómez, en febrero de 2015— y portavoz adjunto con Ángel Gabilondo desde las últimas autonómicas. Pero su trampolín fueron las primarias federales: Pedro Sánchez le encargó la coordinación de su campaña en Madrid. Franco acometió la tarea con pulcritud. Díaz se impuso en los avales, pero Sánchez arrasó en votos: 49,49%.

Franco ha logrado aglutinar a todo el sector sanchista y también sumar a buena parte de los patxistas y a un sector susanista

Enseguida el reelegido secretario general hizo ver que la persona en quien confiaba para dirigir su federación, el PSOE-M, era Franco, y no Sara Hernández, que aunque en su primera etapa en Ferraz le respaldó, tras su caída se realineó con Patxi López. Sánchez buscaba un gestor, "alguien que hiciera que Madrid no generara ruido ni le provocara problemas", en palabras de uno de los dirigentes que lo conoce bien. No quiere un cartel electoral, porque cree tenerlo en Gabilondo, sino una persona capaz de armar consensos y sólida, dos objetivos que no se cumplieron, a juicio de los sanchistas, con Hernández.

placeholder Susana Díaz, el pasado 16 de mayo en Madrid. En primera fila, a su izquierda, Puri Causapié, Antonio Miguel Carmona y Ángeles Álvarez. Detrás, con traje, José Cepeda y a su lado, el ahora líder de Juventudes, Omar Anguita. (EFE)
Susana Díaz, el pasado 16 de mayo en Madrid. En primera fila, a su izquierda, Puri Causapié, Antonio Miguel Carmona y Ángeles Álvarez. Detrás, con traje, José Cepeda y a su lado, el ahora líder de Juventudes, Omar Anguita. (EFE)

Franco, con la ayuda del secretario general, desactivó primero a algunos de sus partidarios que veían en él un tipo demasiado 'blando'. Así, atrajo a los diputados autonómicos sanchistas Dani Viondi y Carmen López. Y en paralelo fue sumando a notables del PSOE-M, como los alcaldes de Fuenlabrada y Alcalá Manuel Robles y Javier Rodríguez, presidente y vicesecretario general —ambos antes con Patxi López—, que se despegaron de Sara Hernández, y también alistó en sus filas a regidores susanistas, como Nina Moreno (Aranjuez), Santi Llorente (Leganés), Narciso Romero (San Sebastián de los Reyes)... y finalmente David Lucas (Móstoles). Su crecimiento y el señalamiento inequívoco de Sánchez como su candidato propiciaron la retirada de la todavía baronesa regional y de sus fieles. Con Franco también se sitúa el grupo que encabeza el parlamentario autonómico Juan Segovia, que rivalizó contra Hernández en las primarias de 2015 y perdió.

El favorito niega que se hayan repetido los "pactos en despachos", "acuerdos por las alturas" o "mesas camillas" para el reparto de poder por familias. "Lo que hay son personas que se incorporan a nuestro proyecto, apoyos individuales. Pero no hay votos en la urna aún. Una cosa es que haya compañeros que se sumen, que tengan una idea de partido aproximada a la nuestra, y otra que haya acuerdos entre bambalinas". Franco niega que haya prometido "puestos" para nadie. "No he asumido ningún compromiso con nadie. Estoy libre de hipotecas", asegura a este periódico. Lo único que sí está más aquilatado es que Robles revalide su cargo como presidente del PSOE-M. Como número dos, suenan su jefa de campaña, Natacha de Andrés, o Dani Viondi, secretarios generales en Alcorcón y Vicálvaro.

El favorito niega pactos en despachos o que funcione la mesa camilla: "No he asumido compromisos con nadie. Estoy libre de hipotecas"

Franco plantea dinamizar las agrupaciones —uniendo físicamente algunas de ellas—, profundizar en las consultas a la militancia o celebrar conferencias municipales... Su principal valor, sin embargo, es su talante componedor y de consenso, por lo que no tiene grandes enemigos internos. Pero sin duda le perseguirá su afirmación de que Madrid puede ser una "nación" en la España plurinacional que ambiciona Sánchez, afirmación que molestó en el PSOE-M y en Ferraz y que él tuvo posteriormente que enmendar.

Hernández, la lideresa que no pudo ser

Su paso al frente del PSOE-M habrá sido fugaz. De apenas dos años. Sánchez postuló a Sara Hernández (Madrid, 1976) como relevo de Tomás Gómez caducado el mandato interino de la gestora de Rafa Simancas, y la quita Sánchez vencida su confianza en ella. La alcaldesa de Getafe nunca logró asentarse en el cargo. Sus apoyos fueron disminuyendo conforme avanzaba su mandato y se deshicieron tras la caída del líder en el infausto comité federal del 1 de octubre. Ella, junto con otros barones sanchistas, creyó conveniente que pudiera encabezar el PSOE Patxi López, pero su apuesta perdió estrepitosamente en Madrid, al quedarse con un magro 18,75% (el doble, no obstante, que la media nacional). En ese viaje ya perdió a parte de su dirección, algunos de cuyos miembros marcharon con Díaz (David Lucas, también vicesecretario general; la diputada en el Congreso, Ángeles Álvarez, o la portavoz en el Ayuntamiento de la capital, Puri Causapié), y otros, con Sánchez (como Dani Viondi, Carmen López, Natacha de Andrés, Isaura Leal o Fran Martín Aguirre).

placeholder Sara Hernández y Patxi López, el pasado 19 de mayo en Madrid, dos días antes de las primarias federales. (EFE)
Sara Hernández y Patxi López, el pasado 19 de mayo en Madrid, dos días antes de las primarias federales. (EFE)


Pero la diáspora definitiva le sobrevino con las primarias regionales. Se marcharon Manuel Robles y Javier Rodríguez, dos de sus apoyos más importantes. A su lado, eso sí, permaneció su número dos, el secretario de Organización, Enrique Rico, y su jefa de Gabinete, Cristina González. Al ser imposible forjar una candidatura unitaria y tras conversaciones con Franco y con Ferraz, se retiró la semana pasada para apoyar al favorito y poner su "granito de arena". Hernández no representa ninguna de las familias que han dominado la vida del PSM durante años. Fue una secretaria general de transición aupada por los coroneles y con el apoyo decisivo de Ferraz.

Foto: Eusebio González (izqda.), Tomás Gómez, José Luis Rodríguez Zapatero y Javier Rodríguez, en abril de 2011 en Alcalá de Henares. (EFE)

González, el hombre de Gómez

Dice representar una candidatura "transversal" y aspira a forjar una mayoría con aquellos que están convencidos de una "decadencia" del PSOE-M que es preciso revertir. Eusebio González Jabonero (Alcalá de Henares, 1974) fue el último candidato en saltar a la palestra, un rostro desconocido para muchos ciudadanos —en realidad, todos los aspirantes y dirigentes con más o menos influencia lo son— pero no para los capitanes del PSOE-M. Su vinculación con Tomás Gómez es innegable. Fue uno de sus hombres de máxima confianza cuando lideraba el PSM, y el que siguió a su lado después de que le defenestrase Pedro Sánchez en febrero de 2015, el que no flaqueó pese a todas las adversidades y al largo periodo de ostracismo 'impuesto' por Ferraz. González, como Maru Menéndez, Eva Matarín, Amparo Valcarce o Rosa Alcalá, pertenecía a ese núcleo de fieles que nunca arrió la bandera del tomasismo y que en las primarias federales se volcó de forma entusiasta con Susana Díaz. Pero ese grupo no representaba a todo el susanismo madrileño. Era solo una parte.

González confía en que las bases se movilicen contra la alianza de aparatos. Propone primarias para elegir candidatos electorales en primavera

Igual que no hay duda en el PSOE-M sobre la victoria de Franco, la segunda plaza sí está más disputada. La plata podría recaer en González, pero también en Juan Lobato. En los últimos meses, el tomasismo también ha sufrido desgarros. Antonio Miguel Carmona, hombre primero de la guardia pretoriana de Gómez que acabó escribiendo su propio guión y comportándose como un verso suelto, se separó de su antiguo jefe y los suyos no están dispuestos a apoyar al aspirante alcalaíno.

Los tomasistas son conscientes de la dificultad objetiva de batir a Franco, pero al menos quieren que tenga que pasar por una segunda vuelta, mucho más ruleta para él en caso de que sus rivales se unieran contra él. Para el entorno de González, la suma de apoyos hacia el favorito puede ayudar a "movilizar" a las bases más descontentas con lo que entiende como "pactos de despacho". "Lo que se pretende crear es la sensación de desánimo, de que está hecho y punto", pero "la gente está cansada de los aparatos", sostienen desde su candidatura, en la que subrayan que la "clave" de estas primarias será una alta participación. Justo lo que no se espera, dada la menor capacidad de arrastre de este proceso respecto al federal. "Lo que se juega es quién encabeza la oposición interna los próximos cuatro años", advierte otra fuente.

placeholder El dirigente alcalaíno Eusebio González Jabonero, candidato a la secretaría general del PSOE-M. (Candidatura)
El dirigente alcalaíno Eusebio González Jabonero, candidato a la secretaría general del PSOE-M. (Candidatura)

González aboga por adelantar la celebración de las primarias para elegir candidatos municipales y a la Presidencia del Gobierno de la Comunidad a la primavera de 2018, a un año vista —en lugar del otoño—, y por poner en marcha la figura del Defensor de la Militancia y un fondo de solidaridad, que sirviera de red tanto para los afiliados como para las agrupaciones locales en dificultades. Su grupo de apoyo más inmediato lo forman afiliados sin cargos institucionales ni orgánicos. El mismo González compatibiliza su campaña con su trabajo como maestro.

Lobato, el aspirante sin una familia detrás

El candidato que no tiene una adscripción clara en estas primarias, y el más joven de los cinco, es Juan Lobato Gandarias (Madrid, 1984), aunque fue de los primeros en saltar a la carrera. Pero no extrañó. Ya se había ido construyendo un perfil propio en el proceso federal. Se distanció poco a poco del grupo de Juan Segovia y Borja Cabezón —exsecretario local en Majadahonda—, del que formaba parte, porque no acababa de ver la apuesta de Susana Díaz, pese que en los prolegómenos de la competición hubo algunos gestos de complicidad con ella. Lobato acabó desconcertando al sector de Segovia y Cabezón —todos ellos habían apoyado a Eduardo Madina frente a Pedro Sánchez en 2014— por su "falta de claridad" en las primarias federales. Él solo reveló que había votado a Patxi López una vez que arrancó su pugna para capitanear el PSOE-M.

Ahora Lobato se nutre de los apoyos de los no alineados. Fuentes de su entorno señalan que cuenta con el respaldo de algunos sanchistas que no acaban de ver a Franco —el propio aspirante insiste en que él representa mejor que nadie el espíritu del secretario general—, de dirigentes del círculo de Patxi López como el economista Manuel de la Rocha Vázquez, o de madinistas como David del Campo, que ejerce de hecho como jefe de campaña. Además, Lobato está pescando votos del grupo de Carmona.

Lobato, que se despegó de Segovia y Cabezón, confía en pasar a segunda vuelta. Plantea que las listas las hagan y ordenen los militantes

Desde el equipo de Lobato subrayan que sus actos "van como un tiro" y que a él se le acercan muchos militantes que creen que "hace falta cambiar el PSOE-M de arriba abajo" y que al frente estén "los mejores". "Esa imagen de la mesa camilla, de los apoyos hacia un candidato... nos está regalando la campaña. El problema es llegar a la segunda vuelta. Si la hay, ganamos seguro", indican convencidas fuentes de la candidatura, que insisten en que el regidor de Soto del Real y diputado autonómico presenta el programa más rompedor. Entre sus propuestas, que los militantes elijan a los integrantes de las listas electorales y su orden, que se haga más hincapié en la formación, que el PSOE-M sea capaz de atraer más "talento" a sus filas o que en el 40% de los integrantes de las ejecutivas no tengan cargo orgánico o institucional. Lobato prometió que, en caso de ganar las primarias, dejaría su escaño en la Asamblea, pero no la alcaldía de Soto.

placeholder Juan Lobato, diputado regional, alcalde y candidato a las primarias. (equipolobato.es)
Juan Lobato, diputado regional, alcalde y candidato a las primarias. (equipolobato.es)

Los otros referentes: Simancas, Segovia...

Un nombre que sigue muy vinculado al PSOE-M es el del diputado nacional Rafael Simancas (Kehl, Alemania, 1966). Él, discípulo de Alfonso Guerra, se hizo con las riendas de la FSM en 2000, que convirtió en el PSM cuatro años más tarde. A punto estuvo de arrebatar el Gobierno regional al PP en 2003, pero el 'tamayazo' —la espantada de dos diputados de su grupo, Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez—, nunca aclarado, frustró una reconquista que habría sido épica. Aquel funesto episodio acabó dando el Ejecutivo a Esperanza Aguirre en unas segundas elecciones, poder que revalidó en 2007 y en 2011. Simancas, derrotado por segunda vez en 2007, se apartó tras las presiones de José Luis Rodríguez Zapatero, que promocionó al entonces alcalde de Parla, Tomás Gómez, al liderazgo del PSM.

Los simanquistas, igual que el grupo de Segovia y el de Cepeda, basculan hacia Franco, mientras que los carmonistas dividen sus apoyos

En el PSOE-M aún se sigue hablando de simanquistas, aunque su familia política, tradicionalmente muy enfrentada a los tomasistas, se haya deshilachado con el paso de los años. El diputado apostó por Patxi López en las primarias federales, y con él dirigentes como la parlamentaria autonómica Pilar Sánchez Acera, pero otros como los ediles en la capital Mercedes González o Ramón Silva apoyaron a Sánchez. Ahora, el grupo bascula hacia Franco.

placeholder Rafa Simancas, en el 39º Congreso Federal, junto a Javier Rodríguez y Manuel Robles. (EFE)
Rafa Simancas, en el 39º Congreso Federal, junto a Javier Rodríguez y Manuel Robles. (EFE)

Otro de los nombres muy recurrentes en la historia de la federación madrileña es José Cepeda (Ciudad Real, 1968). Informático y periodista, diputado autonómico y senador, ha sido el capitán de una influyente corriente en el PSM, heredera del exparlamentario nacional José Acosta, el que era hombre fuerte de Guerra en Madrid. Candidato él mismo en 2007, ha ido mudando de aliados en los últimos años. A nivel federal, fue responsable de campaña de Sánchez en 2014, pero en 2017, como tantos otros notables del partido, se posicionó del lado de Susana Díaz. Ahora él y los suyos respaldan a Franco. Cepeda sigue siendo el referente más poderoso de su agrupación de origen, Latina, la más grande de Madrid ciudad, y de otros cuadros regionales y locales.

placeholder Juan Segovia, votando en las últimas primarias regionales, el 26 de julio de 2015. (EFE)
Juan Segovia, votando en las últimas primarias regionales, el 26 de julio de 2015. (EFE)

Antonio Miguel Carmona (Madrid, 1963) barajó sumarse a la competición, pero finalmente se bajó del tren antes de que se pusiera en marcha. Dirigente mediático como pocos, fracasó como candidato a las municipales de 2015. Sara Hernández lo liquidó como portavoz en la capital nada más asumir el poder y desde entonces el edil se adhirió sin vacilar al grupo de los críticos con Sánchez. En las últimas primarias se alineó con Díaz, apuesta que perdió. Cercano a Gómez, ambos comenzaron a distanciarse en los últimos meses, hasta formar (con sus ejércitos) dos grupos separados. Los carmonistas dividirán sus apoyos: unos respaldan a Lobato, otros a Manuel Lucas y otros a Franco. Entre estos últimos, el propio edil, y no es raro, porque ambos son amigos desde hace años. Muy pocos ayudarán a González, prueba de la tensión entre dos sectores que antes hacían piña.

Juan Segovia (Madrid, 1982), diputado autonómico y secretario general en el distrito de Fuencarral, es uno de los dirigentes más identificados con Madina. Le apoyó frente a Sánchez en Madrid y buscó llevar el espíritu de su candidatura a las primarias del PSM de 2015. Pese a que recibió la ayuda de los tomasistas, perdió (42,49% frente al 57,7%). Buen comunicador, optó por no hacer ruido en estos años —la oposición más 'cañera' contra Hernández la lideró Carmona—, pero sí apoyó activamente a Díaz, convirtiéndose en uno de los portavoces de su candidatura. En este proceso no ha querido dar la batalla y ha preferido situarse del lado de Franco. Con él está su círculo de siempre: Borja Cabezón, Nina Moreno, el edil en Madrid Chema Dávila o el líder socialista de Las Rozas, Miguel Ángel Ferrero.

Primarias en Castilla-La Mancha: Page triplica en avales al candidato sanchista, José Luis Blanco

Las primarias en Castilla-La Mancha parecen ya sentenciadas. Ya se esperaba que las ganase el actual secretario general y presidente de la Junta, Emiliano García-Page. Pero ahora ya hay un dato sobre la mesa que confirma esta impresión más que generalizada en el PSOE. Este viernes, el equipo del líder manchego presentó 6.740 avales, tres veces más que su rival, el sanchista José Luis Blanco, que llevó 2.189. Las firmas ahora deben ser validadas por la comisión regional de garantías. Para pasar el corte solo hacían falta 1.250 rúbricas, el 10% del censo

"Un espaldarazo de los militantes", señaló el jefe de campaña de Page, el eurodiputado toledano Sergio Gutiérrez. "No nos ha costado nada sacar los avales, más bien todo lo contrario", indicó el dirigente, quien subrayó que las bases manchegas han agradecido a su jefe que en 2012 se hiciera cargo de la federación "en sus peores momentos, después de haber pasado a la oposición" tras 28 años de Gobierno socialista, y que en 2015 lograse recuperar las riendas de la Junta. Gutiérrez destacó que en Azuqueca de Henares, el municipio de Guadalajara del que es alcalde Blanco, el presidente consiguió "cerca del 70% de avales", informa EFE.

Blanco, sin embargo, cuestionó la campaña "sucia y canalla" de Page, y denunció que algunos militantes le habían llamado "llorando" porque se habían visto coaccionados para avalar al presidente. Declaraciones que en el entorno del presidente se interpretaron como un deseo de "calentar la campaña" para ocultar un mal dato de avales. Las urnas se abrirán el 30 de septiembre. Las primarias se juegan a una sola vuelta. Y el 28 y 29 de octubre se celebrará el congreso regional. 

El regidor de Azuqueca es sanchista, sí, pero no goza del amparo de Ferraz, que ha preferido mantenerse al margen del proceso manchego a la vista de que las opciones de batir a Page eran muy bajas

Digamos que la batalla no es totalmente ni incierta. Con la precaución a la que obligan todos los procesos internos del PSOE —y más visto el resultado de las primarias federales, con una victoria de Pedro Sánchez con la que los popes del partido no contaban meses antes—, sí se puede afirmar que en Madrid las cosas están ya bastante decantadas: salvo sorpresa mayúscula, quien tomará las riendas de una federación que ha sido siempre tan dada a las intrigas palaciegas como a la acumulación de derrotas electorales es José Manuel Franco. El candidato patrocinado por Pedro Sánchez y el hombre que está logrando aglutinar bajo su paraguas a buena parte de los capitanes del PSOE-M. La mayor incógnita no es un triunfo que en el partido se da por seguro, sino si podrá imponerse con más del 50% de los votos en una sola vuelta a sus cuatro rivales, en caso de que todos recaben entre 310 y 620 firmas antes del domingo (entre el 2% y el 4% del censo de 15.482 militantes). La partida se juega el 30 de septiembre y, si ningún aspirante supera el umbral del 50%, la segunda ronda llegará una semana después, el 7 de octubre.

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