Podemos ensaya con Cifuentes una moción (sin emoción) de censura abocada al fracaso

Podemos ensaya este jueves en la Asamblea de Madrid la moción de censura que se vivirá el martes próximo en el Congreso de los Diputados. Las dos, la de hoy y la del martes, están abocadas al fracaso, pero sirven para el objetivo político de la formación liderada por Pablo Iglesias, situar en la diana y en el foco mediático al Partido Popular. El 'sparring' es Cristina Cifuentes, que vive su particular mes de pasión con la moción de este jueves y su comparecencia en dos comisiones de investigación del Parlamento madrileño, la de la semana pasada, por su participación en la adjudicación que investiga la Audiencia Nacional al empresario Arturo Fernández, y la del 23 de junio, por las operaciones del Canal de Isabel II en Sudamérica, que también investigan los tribunales.

Podemos quiere presentarse como una alternativa al PP. Entre sus filas crece el convencimiento de que para los comicios autonómicos de 2019 el voto se podría polarizar solo en dos opciones: la de la izquierda (Podemos fagocitaría parte del voto del PSOE) y la de la derecha (Cristina Cifuentes podría comerse a su vez el voto de Ciudadanos). Porque la rival de Podemos es Cifuentes, una de las dirigentes populares mejor valoradas. El ensayo de este jueves es solo eso, un ensayo, porque Podemos sabe desde el momento que presentó la moción que no la iba a ganar.

La bancada parlamentaria en Madrid está compuesta por 48 diputados del PP, 37 del PSOE, 27 de Podemos y 17 de Ciudadanos. La mayoría está en el número 65, y Podemos no cuenta con los votos de Ciudadanos ni del PSOE, que ya ha anunciado que se abstendrá. "En la situación actual, con Ciudadanos apoyando al PP, las posibilidades de que la moción prospere son cero", señaló Ángel Gabilondo, el líder socialista, que ni siquiera intervendrá hoy (le dejará ese papel a su portavoz adjunto, José Manuel Franco). Para Ciudadanos, solo se trata "del show" de la semana que organiza Podemos. "Es una moción sin emoción", recalcan.

La portavoz de Podemos, Lorena Ruiz-Huerta, cuenta con tiempo ilimitado. Apoyada por gran parte de la cúpula nacional de Podemos (Pablo Iglesias y Pablo Echenique la acompañaran desde la tribuna de invitados), la baza de la formación morada es precisamente esa: un discurso televisado para poder presentarse como esa alternativa de Gobierno y seguir incidiendo en los casos de corrupción que están asolando al PP. A Cifuentes le tocará aguantar el chaparrón, que se puede convertir en tormenta si Podemos mueve bien (como lo suele hacer) sus instrumentos de comunicación en las redes sociales. #EchemosAlPPdeMadrid es el 'hashtag' que ya se viene cociendo estos días.

No cabe duda de que, con la moción de censura a nivel autonómico y a nivel nacional, Podemos inicia toda una ofensiva contra el PP en un momento delicado para los populares. Con el caso Lezo comenzando, el caso Púnica consolidándose y a la espera de los últimos coletazos del caso Gürtel (que se va a ir a los 10 años de instrucción), incluida la declaración judicial de Mariano Rajoy, Podemos tiene artillería suficiente para su propósito: laminar a Cifuentes. La moción también persigue agitar a la sociedad para seguir capitalizando la ola de indignación ciudadana que existe por esos escándalos de corrupción. Y de paso presentar a Podemos como única alternativa en el tablero político madrileño, presionar al PSOE y a Ciudadanos para que se posicionen, e intentar ponerlos en evidencia.

El PSOE no apoyará la moción porque esperaba algo más. Los socialistas están de acuerdo en que se debe censurar al Ejecutivo de Cifuentes, pero con "un plan consensuado entre los grupos de la oposición y no con un programa electoral a favor de Podemos". La opción más razonable, según los socialistas, habría sido presentar un programa común para resolver los problemas más urgentes de la Comunidad de Madrid en los dos años que quedan de legislatura. En definitiva, el PSOE reprocha a Podemos su precipitación y la falta de consenso, porque se "podría haber esperado unos meses" para "madurar" otro tipo de iniciativa, quizás una moción de confianza o incluso la convocatoria de elecciones anticipadas.

Ciudadanos, obviamente, no apoyará la moción. Socio de investidura de Cifuentes, el giro que ha tomado la formación naranja en las últimas semanas es lo que más preocupa a la presidenta regional. Ciudadanos ha subido el tono de sus críticas y también ha empezado una campaña, cuando se cumple el ecuador de la legislatura, para promocionar a su líder en Madrid, Ignacio Aguado. Algunas encuestas han provocado el optimismo de Ciudadanos, dándole más escaños si hoy se celebrase una hipotética consulta electoral. La estrategia de Ciudadanos es clara: repetir hasta la saciedad que el PP de Cifuentes es el viejo PP, el de siempre, y que si se van cumpliendo las medidas que mejoran la calidad de vida de los madrileños es por la tutela, "constante y férrea", que hace su grupo.

Lorena Ruiz-Huerta podrá capitalizar el debate, ya que su intervención no tiene límite de tiempo. Cifuentes lo hará si así lo desea

El debate de la moción se iniciará con la defensa que, sin limitación de tiempo, efectuará el proponente, en este caso Ramón Espinar. A continuación, sin límite de tiempo también, intervendrá la candidata propuesta, Lorena Ruiz-Huerta. Después podrá intervenir un representante de cada grupo parlamentario que lo solicite, incluido también Podemos. En las intervenciones de los cuatro grupos, solo habrá dos turnos, uno de media hora y otro de 15 minutos. Ruiz-Huerta podrá contestarles después sin limitación de tiempo. Los portavoces de cada grupo tendrán luego una réplica de 15 minutos y el debate acabará con una última intervención de la candidata de Podemos, tras la que se anunciará la hora de la votación, que podría ser ya el viernes. Aunque se espera que todo finalice este jueves.

Por el PP intervendrá previsiblemente su portavoz, Enrique Ossorio, aunque podría hacerlo Cifuentes, presidenta del grupo parlamentario. El Gobierno también puede hacerlo si así lo desea. La presidenta regional aún no lo tiene decidido. Todo dependerá del discurso de Podemos y de los ataques dialécticos que seguramente se producirán. El espectáculo está servido.