La Gran Vía de Carmena: sin bordillos, con un bus lanzadera y sometida a consulta popular
La alcaldesa de Madrid quiere consultar a los madrileños cómo peatonalizar la Gran Vía al igual que hizo con la remodelación de plaza de España, donde participó el 1,6% de los ciudadanos
La peatonalización de la Gran Vía parece estar cada vez más cerca. Después de que la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, confirmara hace unos días que se hará antes de que finalice la legislatura en mayo de 2019, ahora propone que sean los madrileños quienes decidan cómo quieren que sea esta arteria de la capital. "Queremos que haya participación ciudadana, queremos hacer consultas", ha confirmado, explicando que el proceso será igual que el que se hizo el pasado año con la remodelación de la plaza de España, en el que solo participaron 26.961 personas, el 1,6% de los madrileños.
En una entrevista en TVE, Carmena ha explicado que el deseo del ayuntamiento es que la Gran Vía "deje de ser una vía para cruzar Madrid", sin aclarar si se cerrará por completo. "El término cerrada no quiere decir cerrada en absoluto", ha advertido, para dejar claro que la idea es que por ella crucen vehículos autorizados y autobuses del transporte público. Es en este punto donde la alcaldesa ha desvelado que una de las posibilidades que se manejan es la creación de un autobús lanzadera que recorra la Gran Vía de principio a fin para evitar que se convierta en un ir y venir de autobuses de las distintas líneas que cruzan esta calle. Para ello, sería necesario crear en ambos extremos de la Gran Vía dos núcleos de transbordo donde las líneas convencionales de autobuses de la EMT conecten con el lanzadera, algo parecido a Cibeles o a intercambiadores como Plaza Elíptica o Moncloa, aunque en superficie.
Sin bordillos, aceras anchas y carriles bici
Otra idea que el consistorio tiene en mente es eliminar los bordillos. "Queremos que el pavimento sea continuo y que esté preparado para la peatonalización", ha sugerido la alcaldesa, que hace unas semanas puso como ejemplo la peatonalización de la Gran Vía de Bilbao, donde está permitida la circulación de taxis y autobuses pero no de coches particulares tras una inversión de más de 4,2 millones de euros en el año 2000. Tras "el éxito" del cierre de la Gran Vía durante las fiestas de Navidad, Carmena ha explicado que esta medida pretendía "testar con la ciudadanía el nuevo concepto de Gran Vía que se está planificando", así como recoger una serie de datos, que no ha detallado, que servirán para elaborar un informe completo sobre su cierre definitivo.
Tal y como publicó El Confidencial el pasado mes de diciembre, el ayuntamiento también valora ensanchar las aceras al reducir a dos o tres carriles el paso de vehículos de residentes y de transporte público. De esta manera, se incrementará el uso peatonal de la vía pública y se impulsará el de la bicicleta, con la construcción de varios tramos de carriles exclusivamente para ellas, que se sumarán a los 30 kilómetros de carriles bus-bici que tiene previsto establecer el equipo de Carmena en los próximos meses.
Un túnel subterráneo Cibeles-plaza de España
Ante las declaraciones de Carmena, el PP ha ofrecido una alternativa. La portavoz de los populares madrileños en el Ayuntamiento de Madrid, Esperanza Aguirre, ha propuesto un túnel subterráneo que conecte Cibeles con la plaza de España como "alternativa" a la peatonalización de la Gran Vía, poniendo como ejemplo los túneles de María de Molina y O'Donnell que construyó el PP.
Aguirre ha asegurado que "si van a peatonalizar, dado que es un eje este oeste" de la capital, han de establecer "alternativas", y ha reiterado la posibilidad de que los servicios técnicos del consistorio "estudien la posibilidad de un túnel hasta plaza de España". "Que lo estudien, porque hay una pendiente, y no es una obra fácil, que digan lo que cuesta", ha propuesto.
Los diésel, "un atentado a la calidad del aire"
Otra de las cuestiones sobre las que ha incidido la alcaldesa ha sido la lucha contra la contaminación. Carmena quiere reducir "al máximo" los vehículos diésel que circulan por la capital, para cumplir con lo acordado en la Cumbre del Grupo de Liderazgo Climático C40 de prohibir su uso en 2025.
"El vehículo diésel es un atentado a la calidad del aire", confirmando que el propósito de su equipo de Gobierno es acabar con su circulación, aunque sin establecer un plazo de ejecución. "Contaminan mucho. Está en el ánimo de todas las personas interesadas conseguir un buen nivel de calidad del aire de Madrid".
La peatonalización de la Gran Vía parece estar cada vez más cerca. Después de que la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, confirmara hace unos días que se hará antes de que finalice la legislatura en mayo de 2019, ahora propone que sean los madrileños quienes decidan cómo quieren que sea esta arteria de la capital. "Queremos que haya participación ciudadana, queremos hacer consultas", ha confirmado, explicando que el proceso será igual que el que se hizo el pasado año con la remodelación de la plaza de España, en el que solo participaron 26.961 personas, el 1,6% de los madrileños.