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Expulsiones, exnovias y hasta un expartido: así es la guerra de Podemos en Leganés
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ambos bandos han puesto denuncias

Expulsiones, exnovias y hasta un expartido: así es la guerra de Podemos en Leganés

Leganemos obtuvo seis ediles en las elecciones de 2015. Cuatro fueron expulsados del grupo y acaban de crear Ganar Leganés. La candidatura lleva meses rota entre cruce de acusaciones

Foto: La candidatura de Leganemos que se presentó a las elecciones de 2015.
La candidatura de Leganemos que se presentó a las elecciones de 2015.

Lo que la izquierda está viviendo en Leganés es difícil de explicar. Muchos aseguran que es peor que la guerra interna entre errejonistas y pablistas que ya está desgastando a Podemos. En Leganés, si cabe, el enfrentamiento es más encarnizado, más brutal, más enquistado. Sin solución. Los propios protagonistas lo definen alto y claro: "Es una disputa por el poder". Un vodevil político, con todo tipo de ingredientes. Expulsiones, escisiones, denuncias judiciales, líos con exnovias... Lo dicho, difícil de explicar, complicado de entender.

Vayamos por partes. En Leganés, municipio del sur de Madrid de 188.000 habitantes, gobierna el PSOE en minoría. Su alcalde, Santiago Llorente, el que ha tenido que renunciar a la tarjeta municipal debido a sus homenajes gastronómicos con dinero público, solo cuenta con seis ediles (incluyéndole a él). Las elecciones municipales de mayo dibujaron un tablero endiablado en la localidad: cuatro partidos (PSOE, PP, Leganemos y los independientes de ULEG) obtuvieron seis concejales cada uno. Gobiernan los más votados, los socialistas, que lo hacen en coalición con el único edil de Izquierda Unida Comunidad de Madrid Los Verdes. Aquí, para dejar claras las cosas, el concejal de IU-CM Los Verdes no está reconocido por la nueva Izquierda Unida Madrid, la que controla Alberto Garzón. No es de los suyos.

Foto: Santiago Llorente, alcalde de Leganés.

Pero la verdadera guerra fratricida estalló en el otro barrio de la izquierda, el de Leganemos, la candidatura de unidad popular que Podemos, Equo, miembros de Izquierda Unida Madrid, del Partido Comunista de España y colectivos sociales crearon para asaltar los cielos de Leganés. Una candidatura con dos cabezas visibles, Francisco Muñoz, procedente de CCOO e Izquierda Unida, y Mercedes Condés, profesional sanitaria, miembro de la Marea Blanca y secretaria general de Podemos en el municipio. Lo malo es que la unidad popular duró poco, ni un año.

Leganemos está roto. De los seis ediles que iniciaron la legislatura, cuatro han sido expulsados. Ahora son concejales no adscritos. El pleno de Leganés debe ser el que más ediles tiene sin grupo asignado, ya que Ciudadanos (que obtuvo dos representantes tras los comicios) también expulsó a uno de ellos. Leganemos ocupa así solo dos asientos, los de Francisco Muñoz y Eva Martínez. Los otros cuatro, Mercedes Condés, Rocío Cruz, Beatriz Alonso y José Manuel Barbé, aunque físicamente se sientan al lado, están más separados que nunca. De hecho, acaban de crear un nuevo escenario político, Ganar Leganés, "un espacio amable para lograr el verdadero cambio político".

¿Por qué se produjo la ruptura? Hay argumentos de todo tipo, y explicar la situación es complicado. "Todo se traduce a cuánto tiempo se quiere estar en las instituciones y para qué", señala Mercedes Condés. "Todo se resume en una disputa por el poder. Los cuatro tránsfugas [así les llaman] han partido Leganemos y Podemos en Leganés", señala Fran Muñoz. La lista de agravios es amplia. "Comportamientos abusivos, se querían imponer unas prioridades políticas distintas a las del programa electoral, querer destinar parte de la subvención pública que recibe el grupo para publicidad electoral de Podemos, facturas irregulares...", relata Condés. "Hace tiempo que no querían reconocer lo que decidía la coordinadora de Leganemos ni la asamblea de militantes, para ellos la vida institucional no les merece la pena, actuaban al margen, no se sometían a la voluntad de la mayoría, son sectarios, se negaban a reunirse con el PSOE...", enumera Muñoz.

No tiene sentido analizar todas las causas. La verdad tiene muchas aristas y cada grupo se cree en posesión de la misma. Lo único indiscutible es que no se aguantan. "Han sido meses duros, en los que ha habido más que palabras. Ya trabajamos en despachos distintos dentro de la sede municipal", explica Condés. "Todo ha sido una gran decepción. Estamos dando una mala imagen a los 20.000 vecinos que nos votaron", se lamenta Muñoz. Un veterano dirigente de la izquierda, conocedor del problema, explica que los egos hacen mucho. "Ya se sabe que si dos amigos fundaran un partido de izquierdas, habría tres corrientes".

Foto: El exportavoz de Podemos en la Asamblea de Madrid, José Manuel López (i), conversa con la diputada Tania Sánchez (d), durante la constitución del CCA. (EFE)

Sale a relucir la palabra ego. Muñoz, antes de lanzarse a la aventura de Leganemos, perdió las primarias internas para hacerse con el control de Izquierda Unida en el municipio. Le ganó el que hoy es edil de IU-CM en el pleno, Rubén Bejarano. "Muñoz se lanzó entonces a la aventura de Leganemos, ahora es un tipo próximo a Errejón", asegura un dirigente de IU-CM. "Yo no me calificó de errejonista. Es cierto que en la campaña por la secretaría general de Podemos en Madrid apoyé la candidatura de Rita Maestre, Tania Sánchez y José Manuel López [la que perdió], pero mantengo una buena relación con Ramón Espinar, que ha estado en algunos actos de Leganemos", señala Muñoz.

El bando de Condés es más diverso. Ella no quiere que la encuadren, aunque la alistan en el bando de los anticapitalistas (otra corriente dentro de Podemos) junto a sus compañeros Rocío Cruz y José Manuel Barbé. Beatriz Alonso, por su parte, procede del Partido Comunista. Mercedes Condés también ha tenido problemas internos dentro de Podemos. Es la secretaria general de la formación morada en el municipio, pero ha tenido que librar una batalla dentro del partido. Militantes de Podemos la denunciaron por "la conflictividad" que había creado dentro del grupo. El comité de garantías de la Comunidad de Madrid le abrió un expediente de expulsión y el comité de garantías democráticas estatal la 'absolvió'. Todo un lío.

¿Ha sido Leganés la primera escaramuza de la guerra que se avecinaba entre errejonistas y pablistas? Muñoz asegura que no, que los problemas estatales no tienen nada que ver con lo que ha pasado en la localidad. Algunos, no obstante, creen que la partida de ajedrez se seguirá jugando. Muñoz (expareja de Tania Sánchez) apoyó al bando de Rita Maestre y José Manuel López, el gran perdedor por el poder en Podemos de Madrid, algo que le puede pasar factura en el futuro (no olvidemos que acaban de destituir a López en la Asamblea). Condés, en cambio, forma parte de la corriente de la nueva portavoz en la Cámara madrileña, Lorena Ruiz-Huerta. No es descabellado pensar que en un futuro Podemos apoye a la nueva Ganar Leganés y no a Leganemos.

Llegan los tribunales

Con esta amalgama de corrientes y familias enfrentadas, está en juego la batalla por la búsqueda de apoyos. Según Muñoz, cinco de los nueve círculos de Podemos en Leganés no apoyan a Condés, "y el consejo ciudadano quiere que se vaya". Condés y Ganar Leganés contraatacan. "Tan solo seis de los componentes de la lista con la que Leganemos concurrió a las elecciones han mostrado su apoyo incondicional a Fran Muñoz y Eva Martínez: 21 de las 34 personas que se presentaron a las elecciones han decidido crear Ganar Leganés".

Con la tensión tan alta, es normal que la batalla interna haya llegado a los tribunales. Condés y sus compañeros han recurrido en un juzgado la asamblea de Leganemos que votó su expulsión del grupo municipal. Muñoz, por su parte, ha denunciado a Rocío Cruz por injurias (ambos fueron pareja hace muchos años), ya que la atribuye "acusaciones no fundamentadas" dirigidas a "dañar su honor y derrocarlo políticamente". El vodevil está servido. "Solo pienso en la imagen que estamos dando a 20.000 votantes, que nos eligieron para pelear contra el PP, no para pelearnos entre nosotros", sentencia Condés.

Lo que la izquierda está viviendo en Leganés es difícil de explicar. Muchos aseguran que es peor que la guerra interna entre errejonistas y pablistas que ya está desgastando a Podemos. En Leganés, si cabe, el enfrentamiento es más encarnizado, más brutal, más enquistado. Sin solución. Los propios protagonistas lo definen alto y claro: "Es una disputa por el poder". Un vodevil político, con todo tipo de ingredientes. Expulsiones, escisiones, denuncias judiciales, líos con exnovias... Lo dicho, difícil de explicar, complicado de entender.

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