La Línea 1 de Metro rompe el idilio entre Cifuentes y Carmena: la presidenta estalla

La Línea 1 de Metro ha roto el idilio entre Manuela Carmena y Cristina Cifuentes, rivales políticas que hasta ahora habían mostrado buena sintonía. La presidenta regional está muy molesta con la alcaldesa de Madrid, a la que acusa de utilizar políticamente contra ella el cierre por obras de la línea más antigua del suburbano. La reforma se anunció el 12 de febrero, y lo que empezó como desencuentro ha acabado en enfado mayúsculo, que Cifuentes pretende trasladar personalmente a Carmena. El Gobierno regional cree que desde el ayuntamiento lideran un mensaje "agresivo y falso": que el PP quiere aislar al barrio de Vallecas (320.000 vecinos). Además, tras una decena de reuniones, ni la Comunidad de Madrid ni el consistorio han llegado a un acuerdo para poner en marcha una línea alternativa de autobuses de la EMT que palíe el cierre de la Línea 1. Mientras, los vecinos siguen protestando. La Plataforma Madrid en Transporte Público convocó ayer jueves una manifestación que acabó en la sede de la Asamblea de Madrid.

Las obras obligarán a clausurar 25 de las 33 estaciones de la línea entre el 21 de mayo y el 30 de septiembre, entre las estaciones de Plaza de Castilla y Sierra de Guadalupe, ambas inclusive. El ayuntamiento se opone y ha propuesto que en vez de cerrar las 25 estaciones esos cuatro meses, la reforma se realice en tres tramos, uno por año (tres veranos consecutivos), para clausurar así en cada ejercicio menos estaciones y por tanto reducir las molestias. Desde la comunidad aseguran que el mensaje que se está trasladando a los vecinos desde el equipo de Ahora Madrid no es real: ni Vallecas quedará aislada ni las obras se pueden demorar tanto.

Por Vallecas pasan 44 líneas de autobuses de la EMT y cuatro estaciones de Cercanías, que según el Gobierno regional "no aíslan Vallecas aunque se cierre la Línea 1". Además, en los cuatro meses que durarán las obras, en verano, "el número de viajeros se reduce un 50%", por lo que habrá menos afectados. Por la Línea 1 pasan 85 millones de viajeros en un año. El creciente malestar entre Cifuentes y Carmena se está trasluciendo en la falta de acuerdo para que la EMT ponga en servicio autobuses que hagan el mismo recorrido que la línea de Metro que se cierra. Ya se han producido una decena de reuniones y todavía no hay consenso.

Trabajadores de la EMT aseguran que es imposible sustituir todo el recorrido de la línea, y que se está trabajando en buscar soluciones en los tramos que no están cubiertos por otros medios de transporte, como son los tramos entre Plaza de Castilla y Cuatro Caminos, y Sierra de Guadalupe y Atocha. La EMT asume que prestará el servicio, pero no a cualquier coste. "Cuando la comunidad sacó el pliego para ofertar el servicio de autobuses alternativo al cierre de la línea, el concurso quedó desierto. Pagaba 2,36 euros por kilómetro. Inasumible". Carmena, no obstante, de la que depende la EMT, ya está acondicionando autobuses que tiene en reserva para poder prestar este servicio. Y no hay que olvidar que en junio espera poder incorporar los primeros de los 200 nuevos autobuses que la EMT va a comprar (tiene un presupuesto de 64 millones de euros).

Un convoy de Metro desplaza 800 viajeros

De momento no hay un acuerdo final sobre el número de autobuses que tendrá que habilitar la EMT para prestar un servicio que debe paliar el cierre de la Línea 1, que solo en las dos horas punta de la mañana (entre las 7:30 y 9:30) desplaza 26.000 viajeros. "Un convoy transporta unas 800 personas, un autobús de la EMT puede llevar en el mejor de los casos 100. Va a ser difícil suplir al suburbano", explican desde la Plataforma Madrid en Transporte Público, formada por sindicatos del transporte, asociaciones vecinales y organizaciones ecologistas.

La Línea 1 se completa en 124 minutos, "el tramo que han cerrado en 55 minutos. Hacer ese recorrido en superficie con un autobús de la EMT va a suponer dos horas", aseguran desde la plataforma, que es partidaria también de hacer las obras en tramos, un tramo por año, y que asegura que el cierre de la Línea 1 no solo perjudicará a Vallecas sino que agravará el caos circulatorio en toda la capital. "La cabezonería de Cifuentes de hacer las obras este verano de una sola vez persigue un fin político: que los madrileños cuando sufran el caos circulatorio busquen en Carmena la única culpable", señala un portavoz.

Desde la Consejería de Transportes insisten en que las obras no se podían demorar más. La Línea 1 es la más vieja de toda la red de Metro, inaugurada en 1919. "La línea sufre unas 800 incidencias al año. El objetivo de las obras es reducir a la mitad este tipo de problemas, sobre todo en la catenaria", explican desde la consejería. La comunidad invertirá 70 millones de euros en la reforma, que consistirá en la impermeabilización y consolidación del túnel en el tramo entre Cuatro Caminos y Portazgo mediante inyecciones de cemento y "proyecciones especiales de hormigón", además de sustituir la catenaria convencional por una catenaria rígida, "más moderna, fiable, eficiente energéticamente y más fácil de reparar".

Habrá una segunda fase en las obras, sin fecha prevista, en la que se sustituirá la vía actualmente en balasto por vía en placa, "que evita la degradación de la vía, lo que repercute, entre otros aspectos, en la disminución de los costes de mantenimiento. La segunda fase se llevará a cabo en un futuro próximo y contará con una inversión de 32 millones de euros", según la comunidad.