Ganemos Madrid recrudece la guerra contra el concejal Calvo por la operación Calderón

El delegado de Urbanismo del Ayuntamiento de Madrid, José Manuel Calvo, vuelve a estar contra las cuerdas por uno de los grandes proyectos urbanísticos que conciernen a su área. La operación Mahou-Calderón está recrudeciendo la guerra existente entre el concejal y un sector de Ahora Madrid, que reprocha sin matices la política ejercida por Calvo durante los primeros meses de su gestión. Pero los plazos apremian, porque el convenio patrimonial suscrito entre el consistorio local de Alberto Ruiz Gallardón y el Atlético de Madrid en 2008,que vence el 31 de diciembre de este año, comprende la venta del suelo público donde se ubica el Estadio Olímpico de Madrid, llamado a convertirse en el nuevo estadio del club rojiblanco.

El terreno donde se encuentra La Peineta, en el distrito de San Blas-Canillejas, está calificado como "uso dotacional de equipamiento deportivo público". La venta del suelo al Atlético de Madrid -valorada en 46 millones de euros- no se podrá efectuar hasta que la titularidad del mismo pase a ser privada. Es competencia del ayuntamiento solicitar una modificación del plan general para realizar el cambio. El concejal Calvo aseguró el pasado miércoles en la Comisión de Urbanismo que en estos momentos la pelota estaba en el tejado de la Comunidad de Madrid, ya que debía "avenirse a cambiar el criterio" para poder hacerlo. Sin embargo, solo el consistorio local tiene la competencia de solicitar una recalificación del uso del terreno, y el Ejecutivo regional de Cristina Cifuentes, eso sí, debe aprobarlo definitivamente.

Las ampollas que el proyecto urbanístico tal y como está diseñado levanta en una parte de Ahora Madrid dificultan enormemente el papel del concejal en el caso. En primer lugar, porque el programa electoral de la candidatura liderada por Manuela Carmena recoge expresamente "frenar la venta de patrimonio público y reorganizar el uso de edificios y equipamientos públicos". El delegado de Urbanismo reconoce que la política del actual equipo de gobierno efectivamente no contempla la enajenación de bienes municipales, pero insiste en que cuando asumieron las riendas del ayuntamiento las parcelas ya estaban "en proceso de venta".

Aun así, la transacción de La Peineta al equipo presidido por Enrique Cerezo parece inevitable, como recordó el concejal de Ciudadanos, Bosco Labrado, en la comisión local del miércoles, al afear a Calvo "haber mentido" al equipo de Ahora Madrid, ya que conocía las condiciones del convenio con exactitud. Y es que en caso de que la operación no se llevara a cabo, el club de fútbol debería ser indemnizado por un montante de 200 millones de euros que saldrían de las arcas municipales. Por otro lado, el resto de la operación Mahou-Calderón, que prevé un desarrollo urbanístico donde actualmente se ubica el estadio del Atlético, comprende la construcción de ocho torres y una veintena de edificios para alojar 2.000 viviendas.

Fuentes oficiales de Ganemos Madrid también son muy claras con respecto a esta parte de la operación: "Nosotros estamos con los vecinos, que no quieren este proyecto, y lo tramitarán por la vía administrativa. Nosotros les apoyamos", insisten. El concejal Calvo, por su parte, asegura que se podrían hacer cambios en elementos urbanísticos al respecto, como rebajar la edificabilidad prevista así como revisar la parte de la M-30 que podría ser soterrada. En todo caso, y pese a formar parte de la misma operación, se trata de actuaciones urbanísticas independientes. El primer paso por resolver será la venta de La Peineta por parte del ayuntamiento al Atlético de Madrid.

El conflicto abierto con Urbanismo

El antecedente más claro fue el caso de Raimundo Fernández Villaverde, el solar de Chamberí en el que se levantará una urbanización de lujo, y que dividió a los concejales del equipo de Gobierno en la votación del pleno municipal en noviembre. Seis de ellos-Carlos Sánchez Mato, Mauricio Valiente, Rommy Arce, Pablo Carmona, Montserrat Galcerán y Yolanda Rodríguez-,los vinculados a IU y Ganemos, votaron en contra, evidenciando su malestar con la actuación del área de Calvo. Aquella operación salió adelante pero, sin duda, supuso un antes y un después.

El concejal de Desarrollo Urbano Sostenible pasó a la acción buscando un 'lavado de imagen' que le volviera a acercar a las bases del partido y a los miembros de Ahora Madrid más críticos con él. Entonces comenzó a reunirse con asociaciones vecinales para tratar de explicar aquel proyecto y otros, e incluso impulsó iniciativas de participación ciudadana, como la finalizada hace unos días sobre la Plaza de España.

Otro cambio importante en el discurso del concejal durante aquellas semanas fue la rotunda negativa a que la operación Chamartín, otro de los megaproyectos urbanísticos, salga adelante en los términos en que está planteada. Lo que pretende el área que capitanea Calvo es reconsiderar algunos aspectos de lo que debe ser el proyecto, para lo que creó una mesa de trabajo y debate en quese sientan todos los implicados, entre ellos el Ministerio deFomento, la Comunidad de Madrid, los colegios deArquitectos eIngenieros de Caminos, Canales y Puertos, la Federación Regional deAsociaciones de Vecinosde Madrid y el resto de tejido asociativo afectado por el desarrollo de la operación, además de todos los grupos políticos del ayuntamiento. Esta semana se celebró la última sesión -con un mes de retraso- y en las próximas semanas se conocerán las conclusiones.