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El centro social más grande de Europa, en manos de los vecinos de Arganzuela
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DEL ABANDONO A LA AUTOGESTIÓN

El centro social más grande de Europa, en manos de los vecinos de Arganzuela

El tejido social del barrio madrileño reivindica la cesión del antiguo Mercado de Frutas y Verduras de Legazpi para autogestionarlo. El acuerdo con el Consistorio de Ahora Madrid está cada vez más cerca

Con más de 32.700 metros cuadrados, el antiguo Mercado de Frutas y Verduras de Legazpi puede convertirse en uno de los espacios sociales autogestionados más grandes de Europa. El tejido social del barrio madrileño de Arganzuela que reivindica la cesión de estas instalaciones municipales; compuesto por movimientos sociales, vecinales, AMPAS y entidades culturales; mantiene un diálogo fluido con el Ayuntamiento y solo faltan por perfilar los últimos flecos del acuerdo. El objetivo de ambas partes pasa por que la cesión sea garantista, con un acuerdo “lo suficientemente pensado y armado” como para que el proyecto sea de largo recorrido “que no se limite solo a los cuatro años de legislatura”, para normalizar este tipo de usos “al margen de la voluntad de quién gobierne como ya pasa en otras ciudades europeas”, explica Álvaro, uno de los portavoces del Espacio Vecinal de Arganzuela (EVA).

El Mercado de Legazpi, cuyo uso como equipamientos es una histórica reivindicación de los vecinos, pretende convertirse así en un espacio “para regenerar la trama social y ciudadana” y paliar lo que desde EVA consideran como un “importante déficit” dotacional. Un extremo que, añaden, reconoce el propio Ayuntamiento en su proyecto de Plan General de Ordenación Urbana. Con esta filosofía, la plataforma se constituyó formalmente en septiembre de 2004, albergando hasta el momento una cuarentena de colectivos de diferente índole. Volver a dotar de vida un espacio que llevaba décadas en desuso y sin perspectivas inmediatas de ser aprovechado, fue lo que los movilizó desde el principio.

Experiencias previas

Nuestro proyecto también se inspira en experiencias como el Patio Maravillas, que ha sido una referencia y alternativa durante muchos años para gran parte de los movimientos ciudadanos, creativos y comprometidos socialmente más importantes de Madrid”, argumentan en el borrador del proyecto. La participación vecinal, la autogestión, la creación de redes solidarias, la integración y, en definitiva, el desarrollo sociocultural de un barrio en el que ha aumentado notablemente la población, dado los desarrollos urbanos de los últimos años, sin adecuarse a las necesidades dotacionales, son las señas de identidad que mueven a EVA.

Vea las imágenes del centro social más grande de Europa

Tras presentar su propuesta y abrir un breve diálogo con el anterior gobierno municipal liderado por Ana Botella, la respuesta fue un jarro de agua fría para sus intenciones. La escucha pasiva se convirtió posteriormente en negativa y, finalmente, observaron con sorpresa cómo se abría un concurso público para adjudicarlo a una empresa privada. La propuesta que abrazó el PP solo dos meses antes de las elecciones fue la de construir un centro comercial privado y un mercado 'gourmet'. No hubo tiempo de cerrar la operación y el nuevo gobierno no la retomó. En cambio, sí se interesó por la demanda de los vecinos.

“Ha habido un avance en la actitud del Ayuntamiento, de decir que no había espacio patrimonial para su uso a que nos pregunten y nos dejen participar hay cambio”, indica el portavoz. Con todo, más allá de la predisposición a la escucha, entiende que “el diálogo debería ser lo normal, lo que no quita que tengamos que presionar”. De momento, se ha logrado que este espacio evite su degradación o se malvenda para convertirse en negocio inmobiliario.

El protocolo de cesión de espacios municipales que ultima el Ayuntamiento servirá para establecer un marco general al acuerdo, que desde la plataforma niegan que sea algo extraordinario. Existen suficientes experiencias previas de éxito en esta ciudad basadas en el acuerdo de la Administración con los movimientos ciudadanos para la creación de iniciativas autogestionadas en beneficio de la comunidad como el Centro Social Seco, el Espacio Vecinal Montamarta, El Campo de la Cebada o la Tabacalera, donde se está realizando unaexperiencia de participación ciudadana.

En la misma línea se expresa el responsable del Área de Gobierno de Coordinación Territorial, Nacho Murgui, cuando insiste en que en realidad hay pocas novedades sobre la metodología que seguirá el Consistorio para llevar a cabo la cesión de espacios municipales a asociaciones. “Vamos a aplicar la legislación vigente en esta materia, concretamente la ley de patrimonio de las administraciones públicas”, una normativa que recoge en su artículo 89 la posibilidad de que "terceros ocupen espacios del patrimonio del Estado para su explotación marginal, siempre que estos no sean necesarios para los servicios administrativos".

En estos momentos el Ayuntamiento trabaja en los últimos detalles delmarco normativoque regulará las cesiones municipales. Es una de las principaleslineas de trabajo del departamento liderado porMurgui, que considera “fundamental” recuperar el “tejido social de la ciudad yfomentar el asociacionismo” como expresión de potencia ciudadana.Lo quetodavíaestá por definir es elprocedimiento por el que se asignaránlos espacios.

Laprioridadsegún el Consistorioserá desarrollar una metodología "transparente y que garantice laigualdad de oportunidadesal acceso" de los mismos,aunque no especifica el número de espacios ni el número de asociaciones que demandan uno."El tejido asociativo es amplio y los locales se irán cediendo en función de la demanda que haya por parte de los colectivos", insiste el concejal delegado.A pesar de quePatrimonio posee un catálogoen el que están recogidos todos los espacios existentes, el concejal recuerda que lo más importante es"la disponibilidad"de los mismos, porque no se trata tanto de los que hay sino de los que se pueden utilizar.

En el caso del antiguo mercado de Legazpi la opción que toma cuerpo es la de repartir el espacio para combinar su uso autogestionado, en manos de los vecinos, con el dotacional, que gestionaría el Ayuntamiento. Al menos en una primera fase, la posibilidad que más encaja pasa porque el tejido social gestione una de las tres naves existentes. El Ayuntamiento gestionaría al menos otra de ellas, en la que tiene intención de construir una biblioteca y un polideportivo.

Con más de 32.700 metros cuadrados, el antiguo Mercado de Frutas y Verduras de Legazpi puede convertirse en uno de los espacios sociales autogestionados más grandes de Europa. El tejido social del barrio madrileño de Arganzuela que reivindica la cesión de estas instalaciones municipales; compuesto por movimientos sociales, vecinales, AMPAS y entidades culturales; mantiene un diálogo fluido con el Ayuntamiento y solo faltan por perfilar los últimos flecos del acuerdo. El objetivo de ambas partes pasa por que la cesión sea garantista, con un acuerdo “lo suficientemente pensado y armado” como para que el proyecto sea de largo recorrido “que no se limite solo a los cuatro años de legislatura”, para normalizar este tipo de usos “al margen de la voluntad de quién gobierne como ya pasa en otras ciudades europeas”, explica Álvaro, uno de los portavoces del Espacio Vecinal de Arganzuela (EVA).

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