Aprovecha su trabajo como reponedor de cajeros para echarse 15.000 euros al bolsillo
El hombre, que llevaba más de 20 años como empleado de la entidad bancaria, fue 'distrayendo' pequeñas cantidades cada vez que rellenaba de billetes la máquina
Llevaba más de 20 años trabajando en el Banco Santander. Durante ese tiempo, había pasado por diferentes puestos con distintas responsabilidades. Entre las competencias que tenía atribuidas en su último empleo, estaba la de reponer el cajero automático de la sucursal. Cada mañana, consultaba el saldo que tenía la máquina y, si era necesario, la llenaba de billetes. Era una labor minuciosa con la que ya estaba muy familiarizado.
Tan acostumbrado estaba Juan Carlos a llevarla a cabo que hubo un momento en que comenzó a pensar. Permitió que su cabeza abandonara la automatización que le llevaba cada día a cumplir con la misma rutina e introdujo la variable malévola. El empleado planeó ir poco a poco “distrayendo” cantidades pequeñas. Maquillando un poco la contabilidad, pensó, podría justificar que en ocasiones no cuadraran las cuentas por cifras menores.
Y ejecutó su plan. Por cada reposición del cajero que hacía, Juan Carlos se metía unos cuantos billetes en el figurado bolsillo de su cuenta corriente, que iba engordando como cerdo cebado. Al final, el empleado acumuló 15.000 euros provenientes del dinero que debería haber ido al cajero para que lo sacaran los ciudadanos.
El tribunal le castigará con una pena de seis meses de prisión y le obligará a devolver los 15.000 euros, extremo este último irrenunciable para el banco
Pero el banco detectó el fraude. Expulsó al mangante y denunció su actuación. A juicio, determinaron los abogados del Santander, ya que el hombre no admitía su culpa. Hasta hace poco, ante la inminente celebración de la vista, y sólo momentos antes de que esta comenzara en la Sección 15ª de la Audiencia Provincial de Madrid, la Fiscalía, los representantes jurídicos de la entidad y el acusado llegaron a un acuerdo de conformidad.
El ladrón admitió su culpa y el tribunal le castigará con una pena de seis meses de prisión, que probablemente no cumpla por carecer de antecedentes, y le obligará a devolver los 15.000 euros sustraídos, extremo este último irrenunciable para el banco durante la negociación.
Llevaba más de 20 años trabajando en el Banco Santander. Durante ese tiempo, había pasado por diferentes puestos con distintas responsabilidades. Entre las competencias que tenía atribuidas en su último empleo, estaba la de reponer el cajero automático de la sucursal. Cada mañana, consultaba el saldo que tenía la máquina y, si era necesario, la llenaba de billetes. Era una labor minuciosa con la que ya estaba muy familiarizado.