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"Mientras en Japón se pide perdón por dignidad, en España se escurre el bulto"
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"Mientras en Japón se pide perdón por dignidad, en España se escurre el bulto"

MAESTRO DE LA PALABRA Rubio (Talavera de la Reina, Toledo), doctor en Lingüística por Berkeley y fundador de la Federación de

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"Mientras en Japón se pide perdón por dignidad, en España se escurre el bulto"

MAESTRO DE LA PALABRA

Rubio (Talavera de la Reina, Toledo), doctor en Lingüística por Berkeley y fundador de la Federación de Asociaciones de Profesores de Español (más de 40.000 asociados), enseñó español en Bagdad, Seúl y Tokio, y ahora japonés en España (UCM y Casa Asia). Editor de diccionarios japonés-español, es escritor y traduce obras clásicas y modernas de la literatura nipona. Medalla del Mérito Cultural de Japón, espera que 2013, aniversario de los 400 años de intercambio España-Japón con el envío de la Embajada Keicho a Madrid, nos acerque a su lengua, "porque la palabra es herramienta para la comprensión mutua, la tolerancia y la convivencia"

- Gastronomía, diseño, literatura... Japón está de moda

- Ojalá que esto incida en un conocimiento mayor de su cultura y su lengua. Y que las instituciones vean que además de italiano, francés y alemán están el japonés y el chino y una realidad que es el Pacífico, y que eso es el siglo XXI y será el siglo XXII. Porque esto es una jaula de grillos: el mundo evolucionando alrededor y nosotros hablando de autonomías y cosas por el estilo.

- Para EEUU no hay duda. El Año de España en Japón podría ser una oportunidad

-Sobre todo para que les conozcamos mejor a ellos, porque ellos a nosotros nos conocen muy bien, y la prueba es la gran cantidad de japoneses que hablan español frente a lo que ocurre al revés. Otro dato: desde el inicio de relaciones diplomáticas estables, todos los embajadores japoneses en España saben español de maravilla pero ningún embajador español allí sabía japonés con soltura. Y mire las pocas instituciones españolas con visión de introducir el japonés como asignatura reglada. Ahí tenemos un cero.

- Y eso que un español pronuncia mejor el japonés que el inglés

- Correcto. Es por la proximidad de los sistemas fonéticos. También un japonés pronuncia mejor español que inglés.

-Pero dígame, ¿qué tienen en común un japonés y un español?

- Que uno es el extremo occidente y el otro el extremo oriente en el mapa tradicional, y los extremos se tocan. Somos parecidos en nuestra disparidad y es una clave de la atracción. Para mi Japón es el Otro, con mayúscula.

- Algo más le atraparía del país del sol naciente para quedarse casi seis años

- El misterio del destino. En los setenta conocí en Berkeley a japoneses que me regalaban literatura japonesa en inglés, obras de Mishima, del premio nobel Kawabata y me gustó mucho. Y soñé: "si algún día voy a Japón me gustaría aprender su lengua y su cultura". Luego cayó en mis manos un libro muy bonito: El Zen en el tiro al arco japonés, de EugenHerrigel, y me fascinó que no importara demasiado dar en el blanco, sino vaciarse de la intención de dar. Y pensé: “también quiero tirar al arco japonés". Cuando me vi en Japón, diez años después, me dije: "esta es la mía".

- Ha escrito Los mitos de Japón. ¿En qué nos equivocamos?

- Ver a japoneses vestidos a la occidental, que parecen como nosotros y pensar que se van a comportar igual. Sus valores éticos, estéticos, sus expectativas en las relaciones humanas son tan distantes de las nuestras que es una fuente de errores inagotable. Yo lo llamo montañas transparentes contra las que te das golpetazos increíbles. Luego, tendemos a exotizar Japón, que tiene una realidad contemporánea muy distinta, con problemas sociales terribles, violencias soterradas, desestructuraciones familiares, aislamiento... Murakami es un buen testimonio.

- Tiene dicho que es el único país donde la poesía se inventó antes que la medicina.

- No conozco ninguna otra mitología donde ocurra eso, si hablamos de esa cronología balbuciente que es la Prehistoria. Lo pongo como ejemplo para ilustrar la importancia que la poesía ha ejercido en la sociedad: En Japón, un libro de poesía puede ser un bestseller.

- ¿Reside ahí el secreto de su afán contra la adversidad?

-Creo que sí. Tienen un alma y un corazón a fuerza de golpes en islas azotadas regularmente por catástrofes terroríficas, y están acostumbrados a hundirse y a levantarse, a caer y seguir. Ser pobre en recursos naturales genera muchos recursos humanos, gente muy diligente, muy organizada y capaz. Esa es su riqueza.

- Pues aprendamos de Japón para no arrojar la toalla.

- Japón tuvo su crisis económica y financiera a principios de los 90, también por una burbuja del sector inmobiliario, y no la han superado del todo. Entonces todos jugaban en bolsa y hasta los profesores universitarios ganamos dinero con eso. Y estalló. Llevan 25 años de sobresaltos y rupturas fuertes. Cómo lo superan puede ser didáctico.

- También podríamos fijarnos en su sentido del honor, que tanto echamos en falta

- No se crea, honor tiene muchos matices y hay muchos japoneses que no lo tienen.

- En 2007 el ministro de Agricultura se quitó la vida horas antes de afrontar una sesión parlamentaria sobre la ocultación de donaciones económicas

- Porque tienen un sentido de la ética y de la responsabilidad ante el grupo muy fuerte. No soportan traicionar las expectativas que los demás depositan en ellos y, en ese sentido, sí que son ejemplares en reconocer el error y pedir perdón público. Dicen que el que se humilla vence y también que las espigas de arroz, cuando tienen grano, inclinan la cabeza y las que no tienen nada están erectas.

- Perdón público. En España casi hemos olvidado lo que significa

- Los japoneses tienen muchas palabras para decir perdón y les encanta decirlo, pero reconocer el error en público y dimitir se considera un acto de dignidad y de hombría, mientras en otras culturas, como la española, la gente trata de escurrir el bulto y echar la culpa al vecino.

- Además del honor, ¿qué más podemos aprender?

- El trabajo bien hecho. Se organizan muy bien en grupo, de forma instintiva reconocen la jerarquía, nadie se escaquea, nadie mira mientras otro trabaja, el cuidado por los detalles... Y el concepto de servicio, rápido y eficaz; que aquí parece que servir a los demás, aunque nos paguen, degrada.

- Antes de Japón estuvo en EEUU, Irak, Corea... ¿Qué le enseñó dar clases de español?

- A ser muy tolerante y a relativizar las cosas. Lo que a uno en su cultura le parece blanco, en otra es negro intenso. ¿Tendrán razón ellos o yo? Y esa duda crea tolerancia, humildad y respeto. Viajar enriquece más que estudiar.

- ¿Y qué sacó de sus alumnos?

- Que cuando uno enseña español no es profesor de Lengua, sino maestro de cultura española. Así te ven. Una gran responsabilidad.

- A eso le dicen ahora "hacer marca España".

- Exactamente. La lengua vende muchísimo, un valor muy ponderado en los últimos años, pero en el que no se ha invertido lo suficiente.

- Con 6 millones de parados, se buscan profesores de español y no se cubren plazas: Brasil, India, Ucrania, China, EEUU y Japón demandan enseñantes a miles...

- La lengua española es una herramienta de comercio hacia 480 millones de consumidores potenciales, con grandes recursos naturales. Hablo de Latinoamérica, porque España es una parte pequeña del mundo hispanohablante y esa es una realidad que tenemos que asimilar y aceptar. España corre el riesgo de dejar de ser el referente para el aprendizaje del español

- También es profesor de Marketing Lingüístico del Español, ¿cómo vende nuestro idioma?

- Mi objetivo es enseñar cómo traer alumnos extranjeros a nuestras aulas y dar trabajo a los profesores de español. Nuestro idioma se vende preocupándose por aspectos que no siempre son lingüísticos como que la comida sea aceptable. Decía Napoleón que un ejército tiene éxito cuando los estómagos de los soldados están satisfechos y un curso de español en España debe centrarse en el bienestar global del estudiante y cumplir sus expectativas. Un americano, por ejemplo, recordará más si funcionaba el aire acondicionado que si el profesor era bueno.

- A los japoneses solo les hace falta un diccionario: estudian tres páginas al día y acaban hablando la lengua de Cervantes

- Es que en Japón hay una afición desmesurada a los diccionarios y son muy buenos. Conozco estudiantes japoneses que han aprendido español de esta manera y también inglés. E influye, claro, la falta de profesores.

- Pues usted que los escribe sabrá cuál es el mejor diccionario para aprender japonés.

- Unos ojos rasgados, como dice una amiga mía.

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