La Reina, Roca y el surrealismo de Dalí

Salvador Dalíera un genio que primero quiso serNapoleón Bonapartey después aspiró a ser Salvador Dalí. Un hombre que cuando en los aeropuertos le preguntaban Don Salvador lleva usted algo de valor, respondía: “Todo. Yo”.

Doscientas obras procedentesde laFundació Gala-Salvador Dalí, elMuseumDalí de Florida y el Reina Sofía, junto a préstamos del MoMa de Nueva York, la Tate ylosMusées Royaux des Beaux-Artsde Bélgica se han reunido en el Museo Reina Sofía de Madrid para revalorizar al pintor, pensador y creador de una visión particular del mundo.

Como no podía ser de otra forma, Su Majestad laReina ha sido la encargada de inaugurar esta exposición que desvela el complejo universo del artista de Figueras. El problema de participar en los actos a los que acude la Familia Real es que todos son inconvenientes. Tienes que estar con más de una hora de antelación, te pueden acreditar o no, y perros adiestrados olisquean tus pertenencias personales así como tu cuerpo. Por cierto, y supongo que como castigo aAngela Merkel,los canes ya no son pastores alemanes sino golden retriever que son mucho más afables.

Carreras, empujones y voces son los protagonistas en este tipo de eventos en los que ni la prensa, ni los asistentes quedan satisfechos. Los primeros porque es imposible captar buenas imágenes cuando tienes a la seguridad de Casa Real azuzándote; y los segundos, porque ver un grupúsculo de gente que se inquieta a tu paso y no te deja disfrutar de aquello para lo que has acudido tampoco ayuda.

A Doña Sofía, que no suele permanecer más de una hora en ningún sitio que no sea la Ópera, le acompañaba la comisariaMontse Aguery el comisario general de la exposicion,Jean-Hubert Martin,que iban ilustrando a Su Majestad sobre las diferentes piezas. Para aquellos que dicen que Dalí pintaba como los niños pequeños les pido por favor que todos los infantes que conozcan que pinten así me los presenten, que nos vamos a forrar.

Los relojes blandos, las imágenes oníricas y el surrealismo entretenían a Doña Sofía mientras sudircom,Javier Ayuso, trataba de limitar el contacto visual entre los medios y la soberana no le fueran a decir alguna inconveniencia.

Como el patrocinador de la muestra es Abertis se pudo ver en la comitiva real al presidente de la compañía,Salvador Alemany,que a pesar de tener una figura fina y alargada rehuía las fotos. Todo lo contrario que la alcaldesa de Madrid,Ana Botella, que con una espléndida sonrisa buscaba la manera de aparecer en todos los posados.

El presidente de la FundaciónGala-Salvador Dalí,Ramón Boixadós, estaba encantado de que la Villa y Corte se acerque culturalmente a la Cataluña profunda mientras que el director de comunicación de Abertis,Juan María Hernández Puértolas,estaba sorprendido con la capacidad de convocatoria que tiene el Palacio de laZarzuela.
Por suerte para ellos no hubo que lamentar ningún desperfecto entre las obras del artista. También es cierto que nos dejaron seguir a la comitiva sólo en dos paradas. Al ministroWertse le veía muy relajado quizá porque era de los pocos actos donde no recibía pitos, ni abucheo alguno.

En un tercer plano observé aGuillermo de la Dehesa, uno de los altos asesores del maléfico Goldman Sachs y cuyo nombre se pronuncia en algunos círculos cuando se habla de quién sería elMario Montiespañol en un hipotético Gobierno de emergencia si Bruselas nos metiera finalmente el cuerno.

La anécdotasin duda se produjo cuando me dirigía al ascensor. En el de al lado, son de cristaltransparente, vi en carne mortal aMiquel Roca Junyent.Uno de los padres de esta Constitución que cada vez más gente quiere cambiar no es sólo consejero de Abertis sino sobre todo, es el abogado defensor de laInfanta Cristinaen el caso Nóos. Para ser más exactos el que está coordinando toda la estrategia legal al margen del mediático abogado deUrdangarín.¿Aprovecharon su presencia en el mismo acto para que soberana y súbdito se pusieran al día sobre cómo van las cosas por los juzgados de Palma?