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Solo acceden científicos: las emblemáticas islas en miniatura de Canarias que no podrás pisar
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Un paraíso natural prohibido

Solo acceden científicos: las emblemáticas islas en miniatura de Canarias que no podrás pisar

Este rincón de Canarias está completamente protegido y su acceso está prohibido. Solo los científicos con autorización pueden entrar en este enclave natural donde la biodiversidad se mantiene intacta

Foto: Solo acceden científicos: las emblemáticas islas en miniatura de Canarias que no podrás pisar (Wikimedia/Evirio)
Solo acceden científicos: las emblemáticas islas en miniatura de Canarias que no podrás pisar (Wikimedia/Evirio)

Frente a la costa de una de las islas más visitadas del archipiélago, emergen dos imponentes formaciones rocosas que, a pesar de su cercanía, nadie puede pisar salvo en casos excepcionales. Su inaccesibilidad, sumada a su singularidad geológica y ecológica, ha convertido a este enclave en uno de los espacios más protegidos de Canarias.

Se trata de los Roques de Anaga, dos estructuras volcánicas situadas en la costa noreste de Tenerife, dentro del Parque Rural de Anaga, que también es conocido por acoger el mayor bosque de laurisilva de Europa.

Foto: Bosque de laurisilva en la zona de la Cruz del Carmen, situada en el Parque Rural de Anaga en Tenerife. (EFE)

Estas formaciones, que juntas apenas suman 10 hectáreas de tamaño y están denominadas como Roque de Tierra y Roque de Fuera, han sido moldeadas durante miles de años por la erosión y el embate del océano, configurando un paisaje salvaje e indómito cuya visión se ha convertido en todo un símbolo para los tinerfeños. Además, su valor ecológico es tan alto que han sido catalogadas como Reserva Natural Integral, una de las figuras de protección más restrictivas en España​.

Unos roques protegidos

Los Roques de Anaga no pueden ser visitados por el público. La normativa ambiental impide el acceso a cualquier persona que no tenga un permiso con fines científicos o de conservación, lo que convierte a estas formaciones en uno de los rincones más inaccesibles de Canarias​. La web oficial de Turismo de Tenerife señala que "debido a fragilidad y gran valor cultural del ecosistema queda prohibido el acceso a la reserva salvo para uso científico con autorización previa".

placeholder Roques de Anaga (Wikimedia/Puusterke)
Roques de Anaga (Wikimedia/Puusterke)

El Roque de Tierra, el más grande de los dos, alcanza 179 metros de altura y está ubicado más cerca de Tenerife. Durante la bajamar, una fina lengua de arena lo conecta temporalmente con la isla principal, pero esto no significa que se puedan poner los pies sobre él, no solo por lo que marca la normativa medioambiental sino también por su escarpada morfología, que ya de por sí dificulta su escalada y acceso.

Por su parte, el Roque de Fuera, situado unos 800 metros mar adentro, es aún más inaccesible. Con 66 metros de altura, sus picos afilados y su ubicación en mar abierto lo convierten en un lugar prácticamente intocable​.

Foto: Las Palmas de Gran Canaria es la ciudad más poblada del archipiélago (iStock)

Un santuario para la biodiversidad

Más allá de su impacto visual, los Roques de Anaga son un refugio vital para numerosas especies marinas y aves protegidas. En sus escarpadas paredes y pequeñas plataformas rocosas anidan especies como la pardela cenicienta, el paíño de Madeira y el petrel de Bulwer, aves marinas clave en el ecosistema canario​.

Su importancia ecológica ha llevado a que estos roques formen parte de la Red Natura 2000, un programa de la Unión Europea que protege espacios con un alto valor ambiental. Además, han sido declarados Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA), debido a la gran cantidad de especies que dependen de ellos​.

Foto: A menos de 30 km de Santa Cruz: senderos únicos entre árboles ancestrales en Tenerife (EFE/Alberto Valdés)

Muy cerca, en territorio de la isla de Tenerife y también como parte del Parque Rural de Anaga, se encuentra otro espacio protegido como Reserva Natural Integral: El Pijaral, conocido popularmente como el Bosque Encantado de Anaga, un paraje abundante en laurisilva que es un paraíso para el senderismo en naturaleza. El acceso a El Pijaral está regulado con un estricto sistema de reservas, con un máximo de 45 personas diarias.

Una joya geológica de origen volcánico

Los Roques de Anaga son antiguos conductos volcánicos que han resistido la erosión durante miles de años. Se formaron a partir de magma fonolítico, un tipo de lava altamente viscosa que solidificó en el interior de un volcán antes de ser expuesta por la erosión​.

Hoy, estas estructuras imponentes son testigos geológicos del pasado volcánico de Tenerife, revelando cómo el tiempo y la naturaleza han moldeado el archipiélago canario. Su composición rocosa y su abrupta orografía refuerzan su inaccesibilidad, convirtiéndolos en uno de los paisajes más indómitos del archipiélago.

Frente a la costa de una de las islas más visitadas del archipiélago, emergen dos imponentes formaciones rocosas que, a pesar de su cercanía, nadie puede pisar salvo en casos excepcionales. Su inaccesibilidad, sumada a su singularidad geológica y ecológica, ha convertido a este enclave en uno de los espacios más protegidos de Canarias.

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