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Auge y caída de Sargadelos: una multa de 5.000 euros y la pataleta de su dueño con Trabajo
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200 AÑOS DE HISTORIA

Auge y caída de Sargadelos: una multa de 5.000 euros y la pataleta de su dueño con Trabajo

De regalo institucional y emblema galaico a la inquina del administrador único contra la Inspección de Trabajo tras detectar silicosis. Lo sancionan por no proteger a los trabajadores y ordena el cierre sin comunicarlo a la Xunta

Foto: Vista de la fábrica que Sargadelos tiene en Lugo. (EFE/Pedro Eliseo Agrelo Trigo)
Vista de la fábrica que Sargadelos tiene en Lugo. (EFE/Pedro Eliseo Agrelo Trigo)
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Si tiene en casa una pieza de Sargadelos, guárdela bien porque en breve podría ser de colección. E irrepetible, con los bandazos que ha dado esta semana la empresa. El miércoles, sorpresivamente, la histórica Fábrica de Cerámica de Sargadelos, en Cervo (Lugo), anunció que echaba el cierre tras 200 años -se fundó en 1808- y con cerca de 200 empleados en activo en un arrebato de su dueño y administrador único, Segismundo García.

Dicho y hecho. El turno finalizó de madrugada y los operarios ya se encontraron el jueves con las puertas de la fábrica cerradas, sin más explicación y sin comunicación oficial a la Xunta o a la Autoridad Laboral, más allá de una carta arrebatada. Unas horas más tarde, tras la mediación de la Xunta y de la alcaldesa de Cervo, el empresario reculaba y se abría a buscar una solución que no ha concretado para un conflicto que él mismo generó.

El anuncio del cierre descolocó a todo un pueblo que vive y orbita en torno a la planta de alfarería que es Bien de Interés Cultural desde el 2014 por su idiosincrasia fabril y el arraigo colectivo de estas cerámicas significadas de la cultura gallega. Llegó, además, en plena expansión del grupo -con otra fábrica en O Castro (Sada) y Porcelana Sargadelos (ventas)-, sin pérdidas y tras superar la crisis económica que arrastró durante años en lo que parece un berrinche de su dueño y administrador único -desde 2018- en liza contra la Inspección de Trabajo.

Un caso de silicosis levantó la liebre en la fábrica de Sargadelos

Todo empezó a raíz de un caso de silicosis en la fábrica. Los inspectores documentaron más de 30 irregularidades en la factoría que ponían en riesgo la salud de la plantilla, en particular, advertían de los riesgos del manejo sin protección del polvo de sílice cristalino (cuarzo), empleado para la fabricación de vidrio, porcelana y cerámica. Este elemento está reconocido inequívocamente por la OMS y la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) como agente cancerígeno.

La "reemergencia" de la silicosis

Un informe reciente del Ministerio de Sanidad advierte, precisamente, de la "reemergencia" de la silicosis como enfermedad laboral tras el repunte detectado entre 2020 y 2023, con 1.588 casos en toda España y un incremento del 28,1% en Galicia (441 casos).

La sanción propuesta a la fábrica de Sargadelos en Cervo ascendía a 5.000 euros por las 36 deficiencias que debía subsanar con urgencia, como proteger debidamente al personal con EPI y es, según García, el desencadenante de un cierre -ahora entre comillas- que ponía en jaque la viabilidad de todo el grupo Sargadelos.

Foto: Fábrica de cerámica de Sargadelos.

"Ante la dificultad para respetar y acometer la ingente normativa vigente, y dado que, según dicen, nuestra salud corre peligro, nos parece obligado no demorar el cierre para evitar multas, sinsabores y dar satisfacción cumplida a esa solícita inspección", respondió el administrador, también por escrito, y con recochineo, a Trabajo.

La Porcelanosa made in Galicia

Sargadelos es a Galicia lo que Porcelanosa a Castellón. La marca gallega añade, además, su legado identitario y cultural tras ser refundada por los intelectuales Isaac Díaz Pardo y Luis Seoane.

Sus piezas en azul cobalto y blanco eran regalos recurrentes en los intercambios institucionales o listas de bodas y en febrero, la firma anunció nueva tienda-taberna en Madrid, cerca del Bernabéu, además de exportar sus piezas en México, Hong Kong o Luxemburgo.

Foto:

En un artículo de opinión publicado hace unos días en El Progreso de Lugo, bajo el título, Vicisitudes y amenazas, el empresario Segismundo García ya avanzó lo que estaba por venir. Se presentaba como víctima de los derechos laborales pese a haber invertido “su talento, tiempo y esfuerzo” en reflotar “y prestigiar” la fábrica.

“Dicen que el polvo generado puede ser cancerígeno. Agradecería que procedan al precintado y cierre inmediato de las instalaciones y se dejen de apercibimientos e intimidaciones”, escribió entonces. Cinco días después, él mismo dio la orden de cierre, dejando en la estacada a su plantilla y en jaque a toda una localidad que ha hecho de Sargadelos su bandera y su imán.

Reacción al cierre incomprensible

El anuncio (y los modos) del cierre han irritado tanto a la clase política como a la parte social. La oposición BNG y PSdeG instaron al presidente, Alfonso Rueda, a que medie para impedirlo y la parte social rechazó un cierre “incomprensible” y reprocharon al empresario que no cumpla con sus obligaciones legales. "Espero, de verdad, que Sargadelos vuelva a la normalidad", expresó el presidente gallego, que ha enviado a su conselleiro de Emprego, José González, a tratar de aplacar a Segismundo García.

placeholder Personal de Sargadelos en Cervo no pueden acceder al interior de la fábrica. (Europa Press)
Personal de Sargadelos en Cervo no pueden acceder al interior de la fábrica. (Europa Press)

La Xunta, tan descolocada como el resto por lo sorpresivo del anuncio en una marca insignia de Galicia, apremió a las partes a buscar soluciones que permitan a la planta continuar con su actividad “cumpliendo la normativa de salud laboral”. Subrayaron, que el expediente de Trabajo está en fase inicial y no tiene por qué derivar en cierre, ya que todas las deficiencias "son subsanables". Por su parte, el Ministerio de Trabajo señaló que la llave para desatascar la situación está en manos del empresario, ya que no consta comunicación ni ERE.

“El cumplimiento de la normativa no es una traba, es una garantía para la salud de los trabajadores”, afeó la Xunta al administrador. Por ahora, este se ha salido con la suya y este jueves cerró la puerta en las narices a su personal. La plantilla, que iniciaba su turno a las 07.00, reclamó la presencia de la Guardia Civil. "No recibimos ninguna comunicación del cierre. Es una decisión medieval del presidente de la empresa, como la de un señor del Medievo".

Mientras, en la cafetería del recinto, el administrador hablaba con la alcaldesa de Cervo, Dolores García (PP), quien bien temprano se acercó a la planta para hablar con personal y dirección para reconducir una situación que dejaría a Lugo más huérfana de industria.

Si tiene en casa una pieza de Sargadelos, guárdela bien porque en breve podría ser de colección. E irrepetible, con los bandazos que ha dado esta semana la empresa. El miércoles, sorpresivamente, la histórica Fábrica de Cerámica de Sargadelos, en Cervo (Lugo), anunció que echaba el cierre tras 200 años -se fundó en 1808- y con cerca de 200 empleados en activo en un arrebato de su dueño y administrador único, Segismundo García.

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