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Cocaína y heroína para pincharse o llevar: supermercados de la droga abiertos 24 horas
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OPERACIÓN MOROCHOS

Cocaína y heroína para pincharse o llevar: supermercados de la droga abiertos 24 horas

Cae el Clan de la Mora, en Arteixo. Un 'negocio' de 24 horas a costa de los adictos y de la inseguridad vecinal. Hay más. Campamentos de chabolas que son mercados autogestionados con vigilancia, armas y hogueras

Foto: Dos de los 10 detenidos en la Operación Morochos en Arteixo. (EFE/Cabalar)
Dos de los 10 detenidos en la Operación Morochos en Arteixo. (EFE/Cabalar)

Como un supermercado abierto 24 horas al día los 365 días del año. En una parte de la casa de planta baja vivían y en la otra parte del piso, mantenían abierto el "negocio familiar" del clan de la Mora, en el que jóvenes y mayores de la misma familia se turnaban para atender a su clientela.

En los cajones de una cómoda, las cajas abiertas de galletas convivían con las papelinas de cocaína ya preparadas, los chinos de heroína envueltos en papel albal y los coches de juguete de los niños se guardaban con las navajas.

Así funcionaba un narcopiso en Meicende (Arteixo), en el cinturón urbano de A Coruña, con un trasiego de adictos y problemas de convivencia que traía de cabeza al vecindario "con el portal abierto las 24 horas del día".

placeholder Interior del narcopiso de Arteixo. Foto: GC
Interior del narcopiso de Arteixo. Foto: GC

El miércoles, al amanecer, la Guardia Civil desplegó hasta 50 agentes bien pertrechados para el registro en el que encontraron armas blancas, efectivo y drogas. Los investigadores habían invertido muchas horas a lo largo de varios meses en vigilar el edificio para reunir las pruebas en un operativo dirigido desde el Juzgado de Instrucción 7 de A Coruña.

Le llamaron Operación Morochos. Detuvieron a 10 personas del mismo clan y cinco de ellos, el considerado núcleo duro, ingresaron la noche del jueves en prisión imputados por pertenencia a un grupo criminal, otro contra la salud pública por tráfico de drogas y defraudación de fluido eléctrico por piratear la corriente. Los otros cinco quedaron en libertad con restricciones.

En la zona de Ferrol persisten otros tres puntos negros del menudeo de drogas en Serantes, en Catabois y Río do Pozo

Esta casa en O Petón era uno de los puntos negros del tráfico de drogas a pequeña escala de esta zona, pero no el único en Galicia. A unos 60 kilómetros al norte, en Freixeiro (Narón), persiste "uno de los mayores supermercados de la droga del Noroeste peninsular", en palabras de uno de los mandos que los persiguió con más ahínco desde la Brigada de comisaría de Narón-Ferrol.

El mayor poblado del Noroeste

No es un piso ni una vivienda aislada. Es todo un campamento chabolista infranqueable (e insalubre) encajonado en Amenadás (Narón, A Coruña) en un nudo de carreteras y autopistas, donde la basura convive con las televisiones de plasma más grandes del mercado colgadas en paredes de ladrillo y chapa.

Cada intervención policial en este punto requirió desplegar varias unidades de la UIP (Unidad de Intervención Policial) de la Policía Nacional porque sus pobladores no se arredran y blanden barras de hierro contra los agentes y golpean al que pueden.

Foto: Óscar Sánchez Gil, el detenido.

El asentamiento de Freixeiro es un problema que resiste y persiste al que ninguna Administración ha sabido meter mano y poner fin. Son las varias familias de etnia gitana que han hecho del menudeo de drogas su modus vivendi generación tras generación desde los años 70, cuando ocuparon unos terrenos de Cáritas y levantaron unas 20 chabolas. No todos 'trapichean' pero lo conocen y lo asumen, precisa una fuente policial.

"Tres de cada 10 residencias de la población gitana en Galicia son infraviviendas", sostiene la Rede Galega contra la Pobreza, que este viernes 8 dio a conocer los datos de su último informe. Sostiene que "el 13,13%, son chabolas" siendo la comunidad donde todavía se cuentan más asentamientos.

Los Chaquetas y Los Morachos

En el polígono ferrolano de San Pedro de Leixa, detrás de una gran superficie comercial de una conocida marca de deportes, viven Los Chaquetas, como se conoce este clan chabolista. Los varones vigilan día y noche el exterior con perros y barras metálicas y ponen el ojo en cada coche que circula por la carretera próxima con desconfianza.

A pie, en bicicletas o en taxi, se acercan a cualquier hora los drogodependientes que durante el día piden limosna delante de los supermercados de la zona. Tanto aquí como en Freixeiro, la heroína nunca dejó de venderse y volvió a repuntar hace años. En la última redada, en 2023, la policía también decomisó armas de fuego y munición.

Foto: Agentes de la Policía Nacional en imagen de archivo. (EFE/Cabalar)

En la zona de Ferrol persisten otros tres puntos negros del menudeo de drogas en Serantes —llegaron a encapsular el viejo Mercedes del patriarca en un mausoleo de cristal como homenaje—, en Catabois, donde reside mucha población vulnerable y ajena al narcotráfico, y Río do Pozo (clan de Los Morachos).

Algunas ramas han pasado de la chabola al chalé, construidos a todo lujo a modo de fortín, con una caseta haciendo de oficina y "despachan" entre los objetos robados que los toxicómanos les entregan como pago. Contra todos estos focos se ha intervenido, algunos de sus líderes aceptaron condenas de cárcel de más bien poco tiempo, pero el negocio siempre reabre.

Como un supermercado abierto 24 horas al día los 365 días del año. En una parte de la casa de planta baja vivían y en la otra parte del piso, mantenían abierto el "negocio familiar" del clan de la Mora, en el que jóvenes y mayores de la misma familia se turnaban para atender a su clientela.

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