Referéndum por una farola: A Estrada vota dónde coloca una lámpara que enfrenta a PP y PSOE

Érase una vez una farola. La Farola de A Estrada (Pontevedra). Para entender por qué este municipio está llamado a las urnas ―viernes 8 y el sábado 9― para votar donde colocan la luminaria hay que entender por qué le tienen tanto apego.

La lámpara preside la céntrica Plaza de Galicia desde hace 40 años, aunque si preguntas, te dirán que es A Farola. Sin más. Históricamente, no tiene gran valor. Tampoco artístico, pero para el pueblo es un símbolo de identidad local que se resisten a apear de su pedestal. ¿Y por qué la tienen que mover? Porque es un armatoste de cinco brazos en el centro de una rotonda en un espacio que pasará a ser peatonal.

La reforma urbanística del Gobierno local (PP) fue muy cuestionada por toda la oposición: PSOE, BNG y Mövete con la farola en el centro de la controversia, así que la patata caliente pasó a manos de la vecindad: lo que vote la mayoría, será lo que se ejecute.

¿La farola antigua o la nueva?

Por si fuera poco insólito este referéndum, la consulta es doble; por un lado, tienen que decidir dónde se coloca la farola entre tres emplazamientos muy próximos en la misma plaza. Además, tendrán que responder si prefieren la farola forjada que tienen ahora, de 1985, o recuperan la anterior, otra de piedra datada en 1840 y que reubicaron hace más de 50 años en la plaza del Mercado.

Pues en estas andan en A Estrada, un municipio interior de la provincia de Pontevedra con 20.000 vecinos más conocido por albergar la sede de la Academia Gallega de Seguridad pública (AGASP) donde se forman policías locales y efectivos de emergencias.

Entre los vecinos, los ánimos están divididos. Hay defensores de la farola primigenia y también los partidarios de la segunda, que lleva 40 años ahí instalada. Y cada uno tiene una opinión diferente, hasta el punto de que las tres opciones alternativas no convencen a casi nadie, bien porque pierde su centralidad, porque implica mover otra escultura da Rapa das Bestas o porque opinan que quedaría rara junto a la nueva fuente. "Su sitio es donde está. Acaban con todo", se lamenta otra, que teme que la reforma termine en chapuza.

Todo empezó cuando el anterior alcalde, José López Campos, hoy conselleiro de Cultura con Alfonso Rueda, planteó modificar el espacio de rotonda a plaza peatonal. La idea ya tocó hueso porque los vecinos defendieron su farola y el exregidor lo resolvió con un concurso público de ideas. Aun así, no hubo acuerdo porque la propuesta ganadora, Galaicontrol, dibujó un espacio diáfano sin obstáculos que trasladaba la luminaria a una isleta en otra calle y coloreaba un círculo en el suelo recordando su ubicación original.

Esto fue a finales de septiembre, pero el rebumbio popular llevó al Ejecutivo local a plantear esta consulta vinculante como respuesta para zanjar la cuestión de la farola.

Los votos se contarán en público

Desde el Ayuntamiento, que ahora encabeza un jovencísimo Gonzalo Louzao, de 30 años, lo explican así: “Responde a la voluntad del Gobierno local de mantener un diálogo abierto con los vecinos en temas de interés común”. Enfrente, agitando a los críticos, tiene a la oposición que ha organizado protestas en la calle y reunido firmas ―casi 2.000― para dejar “la farola en su sitio”.

Este particular referéndum tendrá la última palabra sobre el futuro de la farola más famosa de Galicia. Es toda una cuestión municipal con su propio enlace en la página web. Se llama “Consulta vecinal sobre la Farola de la Plaza de Galicia”, donde se indican fechas y horarios para "dos decisiones clave", destacan.

Para votar, basta con estar empadronado en la localidad, haber cumplido los 16 años y mostrar el DNI en las urnas colocadas en el Ayuntamiento. El recuento, además, será público al cierre de las urnas y están invitados todos los residentes.

Faltaría saber lo que opina la farola de su desahucio.