Quédate con trabajo: la Xunta busca regularizar 145 migrantes en sectores sin mano de obra

“Me ha llegado la resolución del abogado y ya me van a tomar las huellas. No sé como agradecerles y pagarles todo lo que han hecho por mí”. Es parte del mensaje de agradecimiento de un inmigrante peruano irregular que logró permiso y un contrato de trabajo a jornada completa en el mes de junio después de un aprendizaje en tareas agrícolas.

El binomio de trabajo-regularización es el eje de una campaña pionera que la Xunta ha lanzado para regularizar a 145 inmigrantes con microformaciones en distintos oficios a través de Escuelas Familiares Agrarias (EFAS) y de Cáritas. Hay más solicitudes que plazas, cuenta a El Confidencial, Belén Rodríguez, una de sus responsables.

“Silvia y su marido llegaron de Madrid a Alfoz (Lugo) para montar dos ganaderías. Allí ha estado en formación el mes de enero uno de los participantes y ya han contratado a la persona, que logró el permiso de residencia con un trabajo estable. Querrían más, pero no tenemos”, cuenta, a punto de iniciar la segunda parte de un programa pionero bautizado como Arraigo Formación.

Con un tercio de la población gallega por encima de los 65 años, aldeas despobladas con casas vacías y aulas cerradas por falta de alumnado, Galicia tiene que buscar con urgencia soluciones para frenar la sangría poblacional y el crecimiento vegetativo negativo para sumar cotizantes y mano de obra en sectores que ya tienen dificultades para encontrarlos como el agro, el mar, la hostelería, la construcción y la atención sociosanitaria a los mayores.

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L. Bustabad. A Coruña

“La primera experiencia ha sido extraordinariamente positiva. Tuvimos personas de Perú, Colombia, África subsahariana y del Sahel y ellos mismos nos cuentan cómo les ha cambiado la vida. No los podemos tiranizar en el subsidio y hay que encontrar nuevas vías de transformación”, señala Rodríguez.

"Aquí son felices y no lo saben"

Una de las personas que han logrado encajar es Ricardo León, de 42 años y natural del valle del Cauca (Colombia). "Hace dos años que vivo en Arzúa. Ahora tengo trabajo de albañil y tengo conmigo a mi familia (tres hijos de 19, 17 y 10 años), Ha sido duro no existir, pero estamos bien, tranquilos y en paz", nos cuenta.

"Extraño mi país, pero acá mi hija sale a la calle con su celular y no hay violencia. Mi mujer y mi hijo mayor también se han sumado al programa de Arraigo para ganarse su empleo. Suelo decirles a mis compañeros cuando se quejan: 'Ustedes son felices y no lo saben".

Para casar esa demanda con la situación de migrantes sin papeles, el Gobierno gallego empuja desde octubre la segunda parte de Arraigo Formación enfocándose, sobre todo, "a la cobertura de puestos de difícil ocupación”. Ese contrato laboral es la llave maestra del que depende su manutención, conseguir alquilar un piso o el padrón que necesitan para escolarizar a sus hijos y afincarse repoblando el rural.

Con todo, acceder al programa no es tan sencillo; tienen que acreditar que llevan más de dos años en España, estar empadronados en uno de los 313 municipios gallegos, no ser ciudadanos UE/Suiza ni familiares o descendientes y carecer de antecedentes penales.

Ana Núñez está al frente del hotel Torre de Núñez en Lugo. No es un lugar vacacional, pero la demanda es estable durante todo el año ligada a la experiencia gastronómica. En enero, Ana H., una mujer latina, realizó su formación como ayudante de cocina y en abril ya estaba contratada con los papeles en regla a jornada completa. “La experiencia fue muy positiva porque pudimos adaptarla a nuestra forma de trabajar, valorar su disposición, interacción con el resto del equipo y la verdad es que funcionó. Vamos a por la segunda edición”, señala Núñez.

El 70% de los migrantes lograron empleo y el 100% el permiso

Desde la Consellería de Emprego que pilota José González, sostienen que el programa funciona en dos vectores: inserción e integración. En el primer asalto, el 70% de los 100 inmigrantes que completaron el ciclo de 60 microformaciones en turismo, hostelería, ganadería, mantenimiento de maquinaria o limpieza lograron un contrato indefinido y el 100% obtuvo el permiso de residencia.

La Xunta destina casi un millón de euros a este programa en colaboración con las empresas y la mediación de Cáritas y la EFA. Para este 2024 incorporan, como novedad, la posibilidad de que los participantes se saquen el carné de conducir B para multiplicar sus posibilidades.

“En el rural no hay transporte y ni gran oferta de vivienda y notamos que eso los limitaba mucho a la hora poder tener esa autonomía”, destacan desde las entidades participantes.

Desde el equipo de Alfonso Rueda también lanzan dos recados al Ejecutivo de Pedro Sánchez a propósito de las alegaciones presentadas por Galicia al borrador del decreto estatal de extranjería. Por un lado, que no se supriman estas microformaciones laborales y que no demoren la homologación de los títulos que complican su inserción y arraigo.

A Galicia ya entran más que salen

Históricamente, Galicia ha sido tierra de emigrantes, pero los datos muestran que ahora llegan más de los que salen. En 2021, se arraigaron en la comunidad 16.789 personas procedentes del extranjero con distintas nacionalidades y procedencias frente a los 7,679 gallegos que buscaron trabajo fuera.Son los datos que recoge el INE para Migraciones exteriores.

Con todo, a Galicia llegan 7 veces menos migrantes (24.784 en 2019) que a otras autonomías como Cataluña (170.000) o Madrid (152.000) o Andalucía, que rozó los 100.000. En general, el 2019, el año previo a la pandemia, es el que releva un flujo más numeroso de movimientos en casi todas las comunidades en el periodo que va del 2008 al 2021, donde terminan los datos volcados.