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Sánchez pone a todos en su contra en Galicia al priorizar el AVE Lisboa-Madrid frente a Oporto-Vigo
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Sánchez pone a todos en su contra en Galicia al priorizar el AVE Lisboa-Madrid frente a Oporto-Vigo

Malestar en los socialistas gallegos ante el desinterés español por la conexión por el Miño, en contraste con la urgencia de Portugal. El PP también censura las palabras del presidente

Foto: Sánchez y Montenegro participan en la cumbre hispanolusa. (EFE/José Sena Goulao)
Sánchez y Montenegro participan en la cumbre hispanolusa. (EFE/José Sena Goulao)

Entre Vigo y Oporto, en el punto de mayor movilidad de la frontera de España con Portugal, circula un viejo tren centenario con apenas dos servicios diarios, que tarda casi dos horas y medias en cubrir 145 kilómetros. Es un anacronismo al que Portugal quiere poner fin y que se le atraganta a España. En la cumbre hispano-lusa del pasado miércoles en Faro, el nuevo Gobierno del país vecino reiteró la urgencia de un AVE que en 2030 conecte en 55 minutos dos áreas geográficas que suman 3,5 millones de habitantes. Pero la prioridad para el Gobierno de Pedro Sánchez es la línea Madrid-Lisboa. Su postura ha cosechado críticas en Galicia desde distintos frentes. Incluso en las filas socialistas, en las que el malestar es patente.

El tren ni siquiera figuraba en la agenda de la XXXV Cumbre Ibérica, pero en la rueda de prensa los dos presidentes hicieron frente a las preguntas sobre el AVE, y sus respuestas evidenciaron la distancia que separa a los dos países en una materia que requiere una estrecha colaboración. Sánchez garantizó que la conexión Lisboa-Madrid estará rematada en 2030 y aseguró “compartir con el Gobierno portugués el compromiso de 2032” para Oporto-Vigo. El presidente portugués, el conservador Luis Montenegro, se desmarcó de Sánchez al “dejar claro” que su “prioridad” es la conexión con Galicia, en tanto que la línea a Madrid a través de Évora-Badajoz es una “segunda prioridad”.

Las reacciones a las palabras de Sánchez fueron inmediatas. Algunas esperadas, como las del presidente de la Xunta. “Es muy difícil de entender que el Gobierno portugués esté diciendo que sí y que nuestro Gobierno esté diciendo lo contrario. Haremos todo lo posible para cambiarlo”, lamentó Alfonso Rueda. Más sorprendentes fueron las declaraciones de cargos socialistas como el alcalde de Vigo, Abel Caballero, que empleó su tono más solemne para reivindicar una conexión que considera “irrenunciable”. “Quiero decir algo y que sea claro: voy a seguir defendiendo Vigo contra quien haga falta”, advirtió. El alcalde deslizó la posibilidad de llevar a cabo movilizaciones, cuando señaló que defenderá los intereses de Vigo “acompañado de toda la ciudad”.

Los distintos puntos de vista expuestos en Faro evidencian una planificación del mapa ibérico de alta velocidad bien distinta por parte de los dos países. Portugal no oculta que el tramo Vigo-Oporto se integrará en un eje que iría de Lisboa a Vigo y de ahí hasta Madrid, un proyecto que compromete seriamente el esfuerzo de España por agilizar la conexión directa entre ambas capitales. El de Portugal es un planteamiento que ya había manifestado el antecesor de Montenegro, el socialista Antonio Costa, y que nunca encontró más que tibios apoyos de la parte española, que nunca se tradujeron en decisiones que favorezcan el compromiso de contar con Vigo-Oporto en 2030.

Foto: Un nuevo tren de AVE en la estación de Chamartín (Madrid). (EP/Alberto Ortega)

El grueso del trazado de la nueva línea discurre por Portugal, frente a apenas 23 kilómetros españoles. Pero ese pequeño tramo incluye la salida sur de Vigo, un túnel urbano que evita la condición de fondo de saco de su estación ferroviaria, con un coste estimado de 600 millones y atascado en una sucesión de estudios que retrasan su ejecución. La diplomacia de las cumbres como la de Faro impide que las diferencias entre los dos países pasen de los matices de sus discursos, pero en los últimos años altos cargos lusos no dudaron en denunciar que España pone a Portugal “en una situación que no es fácil”, al promover “una decisión impuesta”, como denunció la entonces ministra lusa Ana Abrunhosa tras la cumbre de 2020. Portugal apuesta por el avión para sus conexiones con Madrid y resalta los “lazos” económicos y culturales que unen el norte del país con Galicia.

La planificación que defiende Portugal afecta a algo más que esos 23 kilómetros entre Vigo y la frontera del Miño, ya que obligaría a España a afrontar una obra todavía más tabú que el AVE con Oporto, como es la conexión de la ciudad gallega con la capital. Actualmente, los trenes de Vigo a Madrid suben a Santiago para después bajar a Ourense, un rodeo entre la primera y la tercera ciudad de Galicia de 183 kilómetros, 90 más que por carretera. “Somos la única gran ciudad de España sin conexión directa de AVE”, lamenta Caballero. “Yo antepongo a Vigo y lo quiero seguir diciendo. Estoy seguro de que el presidente y el ministro lo compartirán”, advirtió.

Foto: La estación Santa Apolonia en Lisboa, Portugal. (EFE/Manuel De Almeida)

Las declaraciones de Pedro Sánchez en la localidad del Algarve han puesto en una situación complicada a otros socialistas, que apenas disimulan su incomodidad con el distanciamiento respecto a las pretensiones portuguesas. Frente al silencio de la mayoría de cargos del PSdeG, el delegado del Gobierno, Pedro Blanco, salió a defender que el AVE Vigo-Oporto-Lisboa “se va a hacer”, sin especificar plazos ni prioridades. “Esto es una discusión artificial. La garantía es que el AVE va a conectar Vigo y Portugal. Hay un compromiso absolutamente irrenunciable. El resto es generar polvo”, afirmó.

Desde el PP, el presidente de la Diputación de Pontevedra, Luis López, lamentó que los intereses de Galicia "estén mejor defendidos por el Gobierno de Portugal que por el de Pedro Sánchez", al que acusó de "maltratar a los gallegos". En Vigo, PP y BNG coincidieron en proponer que el pleno municipal muestre por unanimidad el rechazo de la ciudad al desinterés por el AVE con Oporto frente a la línea Madrid-Lisboa. Y en la patronal, el presidente de la Confederación de Empresarios de Galicia, Juan Manuel Vieites, afirmó que la falta de alineación con Portugal “perjudica tanto a los viajeros como a los empresarios y a los trabajadores” a ambos lados de la frontera.

El Ministerio de Transportes no ha contribuido a calmar las críticas en Galicia, al equiparar en una nota de prensa posterior a la cumbre la conexión gallega con Aveiro-Salamanca y los estudios para Faro-Huelva. En la red social X, su titular, Óscar Puente, matizó en respuesta a una ciudadana que para España Vigo-Oporto “es tan prioritaria como Madrid-Lisboa”. Para Portugal lo es incluso más.

Entre Vigo y Oporto, en el punto de mayor movilidad de la frontera de España con Portugal, circula un viejo tren centenario con apenas dos servicios diarios, que tarda casi dos horas y medias en cubrir 145 kilómetros. Es un anacronismo al que Portugal quiere poner fin y que se le atraganta a España. En la cumbre hispano-lusa del pasado miércoles en Faro, el nuevo Gobierno del país vecino reiteró la urgencia de un AVE que en 2030 conecte en 55 minutos dos áreas geográficas que suman 3,5 millones de habitantes. Pero la prioridad para el Gobierno de Pedro Sánchez es la línea Madrid-Lisboa. Su postura ha cosechado críticas en Galicia desde distintos frentes. Incluso en las filas socialistas, en las que el malestar es patente.

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