La banda de chavales que le robó el Mercedes a Paco Vázquez y dio palos por toda Galicia
Cuatro jóvenes de entre 15 y 20 años emulan al Vaquilla y protagonizan quince días de desenfreno con una veintena de robos en talleres, bares e incluso en el parque acuático de Cerceda
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A la empleada de una gasolinera de la comarca de Sarria, al sur de Lugo, le mosqueó que cuatro chavalillos menudos y desgarbados se bajasen de un Mercedes señorial de cinco metros a repostar durante su turno a finales de la pasada semana. Y mosqueada, se le ocurrió telefonear al puesto de la Guardia Civil de A Paradela, en la misma provincia, con los datos de la matrícula. Resultó ser el coche de Francisco Vázquez, exalcalde de A Coruña con el PSOE durante 23 años y uno de sus azotes ilustres desde la barrera, tras desvincularse de las siglas socialistas en 2014.
Todavía no se había cursado la denuncia por el robo del Mercedes azul, que se produjo la madrugada del miércoles 10, cuando el coche estaba en revisión en un taller de Sada (A Coruña), así que la cosa quedó ahí. Unas horas más tarde, atando cabos y cruzando datos, una patrulla les dio el alto la noche del viernes 13 en la carretera de Ordes a Sigüeiro (A Coruña).
Iban desenfrenados al volante del Mercedes-Benz S350; un coche de lujo que pasa ampliamente de los 100.000 euros y que es propiedad del que fuera embajador de España en el Vaticano durante cinco años, del 2006 al 2011. Con ese santísimo vehículo se dedicaron a hacer kilómetros durante las 24 horas previas a su detención para ir delinquiendo por toda la orografía gallega dando palos chapuceros a todo tipo de negocios hasta sumar unos veinte delitos en lo que va de mes, apuntan fuentes próximas a la investigación.
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Fue la traca final de un carrerón que habían comenzado días atrás y en el que fueron acelerando sin mucho criterio, perpetrando robos en varias provincias a todo tipo de negocios: una cristalería en Feáns, otro taller en Oza-Cesuras, un local en Cambre y varios en Ourense. Cuando los agentes los enfilaron, los cuatro, jóvenes españoles de 15 a 20 años, salieron por patas en diferentes direcciones con suerte dispar. Dos fueron apresados -el menor regresó al centro de tutela autonómica y el otro quedó en libertad con cargos-. Sus otros dos socios lograron escabullirse.
Aprendices del Vaquilla
La historia de estos aprendices del Vaquilla en versión gallega empezó a primeros de septiembre, con el robo de tres coches en un depósito judicial de Carral (A Coruña), donde se almacenan máquinas embargadas pendientes de subasta. Quemaron, presuntamente, dos de ellos en Uxes (Arteixo) el pasado 8 de septiembre para borrar sus huellas digitales.
Luego asaltaron un taller de Santa Cruz, en Oza, del que se llevaron un Kia Ceed para ir de gira delictiva por Ourense y Lugo durante unos días. Y parece, de acuerdo a las investigaciones, que no se tomaron ni una noche libre porque hay denuncias que los vinculan con hechos delictivos casi todos los días. Se atrevieron, incluso, según relatan a El Confidencial fuentes conocedoras del caso, a birlar un camión con pluma (grúa) de Lugo y recorrer más de 100 kilómetros hasta A Coruña. Un robo poco discreto en un vehículo de esas dimensiones que llevaron hasta la puerta de una cristalería de Feáns.
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De sus tropelías fueron víctimas dos talleres en Sada y Oza. En ambos casos cogieron las llaves y salieron conduciendo. Parece que fueron probando cuál les daba mejor resultado porque antes de llevarse el Mercedes de Paco Vázquez descartaron un Megane y un Citroën, que abandonaron bastante cerca a 400 y 600 metros, explica uno de los mecánicos. Luego, estos cuatro jóvenes delincuentes, de entornos desestructurados y con problemas de adicciones, iban a todo gas carretera arriba y abajo buscando locales en los que dar el palo con escaso botín.
“Aquí vinieron a tiro fijo y sabían dónde estaban las llaves”, se lamenta Fernando, empleado del taller de Sada. Es el mecánico de cabecera de Paco Vázquez y tenía el Mercedes azul en revisión por un ruido. “Yo se lo recojo en su casa y yo se lo devuelvo. Solo lo toco yo. Estaba guardado dentro, pero alguno bien sabía cómo sacarlo”, apunta. Parece que el exregidor se ha tomado con buen humor que su coche acabase empotrado contra un pino a manos de unos delincuentes juveniles. “Voy a tener mucho trabajo. Quise montar otro coche y faltan la mitad de las piezas. Hasta el tubo de escape llevaron”, relata Fernando.
De los cuatro chicos, solamente uno de ellos pasó este fin de semana a disposición judicial en Ordes y quedó en libertad con cargos, acusado de un delito de robo continuado. El menor fue devuelto al centro de tutela del que se había fugado, mientras que un tercero salió huyendo a la carrera. Sigue desaparecido, como el cuarto integrante de la banda, que también echó a correr monte arriba cuando la patrulla les dio el alto y sigue escondido.
La Guardia Civil está reuniendo las denuncias de los robos de los vaquillas gallegos para ultimar un atestado que va a ser kilométrico mientras busca a los dos últimos huidos de la banda.
A la empleada de una gasolinera de la comarca de Sarria, al sur de Lugo, le mosqueó que cuatro chavalillos menudos y desgarbados se bajasen de un Mercedes señorial de cinco metros a repostar durante su turno a finales de la pasada semana. Y mosqueada, se le ocurrió telefonear al puesto de la Guardia Civil de A Paradela, en la misma provincia, con los datos de la matrícula. Resultó ser el coche de Francisco Vázquez, exalcalde de A Coruña con el PSOE durante 23 años y uno de sus azotes ilustres desde la barrera, tras desvincularse de las siglas socialistas en 2014.