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Coger un taxi: misión imposible en Santiago. ¿Qué pasa en la ciudad del Obradoiro?
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LARGAS COLAS Y PARADAS VACIAS

Coger un taxi: misión imposible en Santiago. ¿Qué pasa en la ciudad del Obradoiro?

Compostela cuenta con 147 licencias para cerca de 100.000 vecinos. El desborde turístico, la avalancha de peregrinos, los vuelos internacionales y la llegada del AVE dejan largas colas y un cabreo generalizado

Foto: Pasajeros esperando en una parada de taxis. (EFE/Atienza)
Pasajeros esperando en una parada de taxis. (EFE/Atienza)

Lunes 19 de agosto. Son las nueve de la noche en el aeropuerto internacional Rosalía de Castro de Santiago de Compostela. La cola en la parada de taxis suma más de una docena personas con sus respectivos bultos y maletas. La demora, con suerte, es de 40 minutos. Una agencia de viajes, incluso, tiene que recurrir a un taxi de siete plazas de un municipio vecino para recoger a unos turistas que no encuentran forma de llegar a su hotel.

A primerísima hora del martes 20 ocurre lo mismo. Una cola abultada y ningún vehículo a la vista. Aunque intempestiva, es hora punta. Han aterrizado los primeros vuelos de la mañana, todavía no opera el bus lanzadera y no hay taxis para cubrir el pico de demanda. Pasajeros molestos o muy cabreados, paradas vacías, teléfonos comunicando y ningún coche de servicio.

A las 13:21 horas, en cambio, son siete los taxistas disponibles en el aeropuerto y una decena de personas aguardan el transporte público. El mismo día, una hora más tarde, en la Praza Roxa, en el centro urbano. Parada vacía y tres personas a la espera. "Nunca hay taxis y siempre hay gente", comenta una joven que trabaja enfrente.

Foto: "Para llegar has tenido que pasar por aquí, bajar por aquí, girar por aquí...". (A.F.)

Algo similar ocurre en las zonas habilitadas en el entorno de la Alameda, Praza de Galicia o Doutor Teixeiro, que cosen la zona nueva con la vieja, dependiendo del día y de la hora. Pocos taxis, en general, en una ciudad pequeña pero llena a rebosar ya prácticamente los 365 días del año con un estallido turístico que desborda a sus vecinos.

Sequía de taxis en el puente

La sequía en los aeropuertos y estaciones de Compostela llegó al pico el puente del 15 de agosto, el más turístico del año, con más de 370 vuelos programados por Aena a los aeropuertos gallegos. Pocas licencias o la coincidencia de vuelos y trenes en tramos horarios hacen que coger, pedir o incluso esperar por un taxi, por ejemplo en la capital gallega, llegue a demorarse más de 45 minutos para trayectos cortos pero farragosos en transporte público o, directamente, sin esa opción.

"Vengo de Mallorca y tengo que llegar a la estación del tren y es que no llego. Lo pierdo, es que lo pierdo", se lamenta impotente un pasajero que telefonea desesperado a todos los números de servicio que encuentra en busca de un vehículo libre (e inmediato). "No es solo para los de fuera, es que yo si tengo que cruzar la ciudad con la niña, ya no voy porque ya sé que no tengo taxi de vuelta. Da igual que sea invierno o verano, que llueva o haga sol. Es una odisea", comenta Camila, una vecina de Compostela sin carné de conducir.

Foto: Una mujer accede a un centro de salud de Madrid. (Europa Press/Eduardo Parra)

En Santiago, la situación se viene arrastrando desde la primavera del 2023 y ha empeorado exponencialmente este último año, explican desde la Asociación Compostelana de Autotaxi, mayoritaria en el sector. En la ciudad hay 98.700 vecinos censados con 147 licencias, pero la capital gallega ha sellado las credenciales con 200.000 peregrinos en lo que va de 2024 –fueron medio millón en 2023–, además de ser un destino habitual para congresos o conferencias en otoño y primavera.

El Ayuntamiento inició hace unos meses los trámites con la Xunta de Galicia para ampliar licencias y sumar 29 –la mitad para vehículos adaptados–, pero mientras las colas crecen y las protestas se suceden por las redes, especialmente para desplazarse al aeropuerto (Lavacolla) y al hospital universitario a las horas en las que no hay autobús.

Los taxistas compostelanos plantearon al Gobierno local (BNG) la opción de disponer de licencias temporales como en Baleares para reforzar la flota de este servicio público, pero la normativa autonómica ni lo contempla ni lo permite. A cambio, el Ejecutivo les propuso turnos y horarios para ordenar el servicio, de forma que hubiera siempre vehículos circulando para evitar los vacíos en horas valle. Pero la idea cayó mal entre los y las conductoras porque no solventa el atasco de las horas puntas.

placeholder Taxis aparcados, en una imagen de archivo. (EFE)
Taxis aparcados, en una imagen de archivo. (EFE)

Tampoco permiten operar en su territorio a taxistas de otros municipios próximos como los de Boqueixón y O Pino. Estos defienden que tienen el 35% de su superficie en las pistas del aeropuerto de Lavacolla. “Hace poco me paró un hombre con tres chavales frente al Hotel Compostela llorando para que los llevase al aeropuerto porque perdían el vuelo, pero no pude hacerlo”, explica Iñigo Blanco, uno de los 4 taxistas de O Pino.

"Somos cuatro coches grandes, dos con siete plazas. Nos llaman a diario desde el aeropuerto y no podemos hacer ese servicio; no vamos a solucionar el problema, pero podemos ayudar y no nos dejan", se lamenta Blanco. El martes se reunieron con la alcaldesa, Goretti Sanmartin, buscando una salida que tropieza con la negativa de sus compañeros taxistas de Compostela a que les pisen el terreno en el aeropuerto de Santiago. "En el aeródromo de Peinador, en Vigo, ocurre lo mismo con los ayuntamientos de Mos y Redondela, pero los taxistas de las tres localidades sí comparten el servicio. No entendemos por qué aquí no puede ser", critican.

Taxis con reserva previa

La falta de taxis también lleva a los pasajeros a situaciones surrealistas como pedir favores a conductores desconocidos o buscar opciones alternativas como Servitaxi, coche con conductor para trasladar peregrinos entre tramos y muchos viajeros al aeropuerto en trayectos cortos o medios, explica Gonzalo, su responsable.

Admite un notable incremento de la demanda y reservas de un servicio con un coste mayor que un taxi de servicio público, pero que es la solución que les ha quedado a muchos para poder llegar a tiempo a sus vuelos con horarios, a menudo, intempestivos. También desde Taxi Santiago advierten por teléfono de que no realizan traslados interurbanos y que solo viajan al aeropuerto o a media distancia.

Foto: Imagen de archivo de unos taxis de San Sebastián (EFE/Javier Etxezarreta)

La escasez en Santiago no se circunscribe al verano, aunque ha ido a peor en los últimos años con el incremento de los vuelos, la llegada del AVE y el desborde de peregrinos en una ciudad universitaria tirando a pequeña que ha explotado turísticamente, y donde también se acumulan las quejas por la gesta heroica de conseguir un taxi para salir del aeropuerto hasta con días de reserva previa.

"Es un problema que tenemos a diario y que sigue sin resolverse, pese a que causa mucho malestar y perjuicios a los que nos visitan", reconocen desde la Asociación de la Hostelería compostelana. Hoy por hoy, Santiago ha pasado de mirar y mimar al universitario a equiparse a tiempo completo para el turista, peregrino o congresista, restando pisos de alquiler para sumar alojamientos turísticos (albergues, hostales, hoteles…) y tiendas de souvenirs que junto a restaurantes y negocios de hostelería ya ocupan casi todo el espacio disponible en el casco histórico de una ciudad que ha ido pasando de la piedra a la franquicia del plástico.

Lunes 19 de agosto. Son las nueve de la noche en el aeropuerto internacional Rosalía de Castro de Santiago de Compostela. La cola en la parada de taxis suma más de una docena personas con sus respectivos bultos y maletas. La demora, con suerte, es de 40 minutos. Una agencia de viajes, incluso, tiene que recurrir a un taxi de siete plazas de un municipio vecino para recoger a unos turistas que no encuentran forma de llegar a su hotel.

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