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Cuando tu madre es tu compañera de festival: así fui víctima del ocio programado intergeneracional
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EL CASO DEL MORRIÑA FEST

Cuando tu madre es tu compañera de festival: así fui víctima del ocio programado intergeneracional

Asistir a un concierto no es algo que se pueda improvisar: hay que planificarlo y es caro. Los promotores de los festivales han dado con la tecla para hacer caja: arrastrar a los progenitores con sus hijos menores

Foto: Fan infantil del cantante Dei V durante el festival gallego. (Cedida: Morriña Fest)
Fan infantil del cantante Dei V durante el festival gallego. (Cedida: Morriña Fest)

Sábado noche en el puerto de A Coruña. Finales de julio y la niebla se deshace en llovizna. No ha anochecido todavía, pero hay tal cantidad de brilli brilli que la cosa ya deslumbra y todavía no son ni las 20:30 horas.

Si una ha estado fuera del circuito un tiempo tiene que tener claro que para ir de festival hay que llevar brillos, trenzas con brillos, y transparencias con brillos. Y dinero, porque la friolera de acompañar a tus hijos menores (y asociados) a ver de cerca a Aitana o Lola Índigo, por citar dos divas del star system prejuvenil, es bastante más caro que la verbena clásica. La gran diferencia es que te ponen una pulsera recargable y que las cañas, también recargables en vaso reciclable, también son mucho más caras (3,5 euros) y en régimen de monopolio por la cervecera que lo patrocine.

Empecemos por el principio, porque ir a un festival no es una decisión de última hora. Es la parte final de varios meses de ruegos y preguntas. El ocio intergeneracional programado llegó para quedarse y es harto cansino estar pendiente de las redes sociales y plataformas de venta online en fecha y hora exacta para asegurar la entrada que tus hijos te han implorado por tierra, mar y aire hasta abatir a la retaguardia.

placeholder Aitana, durante su actuación el sábado 27 en A Coruña. (Cedida: Morriña Fest)
Aitana, durante su actuación el sábado 27 en A Coruña. (Cedida: Morriña Fest)

Los festivales como el Morriña Fest 2024, que completó su cuarta edición en el mismísimo centro de A Coruña, se programan de año en año, se anuncian con meses y las entradas vuelan antes de que se monte la primera valla. El Morriña llegó a sus vísperas con los abonos y entradas diarias agotadas. Incluidas las de precio reducido para menores de 8 años. A partir de 9, ya pagan como adultos la tarifa general. Prueba palmaria de que estos eventos hacen caja con la fórmula de arrastrar a los progenitores a eventos que no estaban pensados para niños. De los Cantajuegos y Peppa Pig en pequeños teatros a los conciertos estivales ya hay un buen salto.

Verano programado y de prepago

Los abonos salieron a la venta por 69 euros (más gastos de gestión) el 23 de enero para los conciertos de finales de julio (seis meses de antelación) y el precio se fue elevando hasta casi 100 en la traca final. Echando cuentas, para una familia promedio de 4 miembros (dos adultos y dos menores), la cosa sale entre 280 y 360 euros por dos noches de conciertos. "Me traje a Álex, el mayor (14) a ver a Dani Fernández y a La La Love You, pero el padre y el pequeño (4) se quedaron en casa porque era demasiado caro para venir todos", cuenta Noemí Fernández, que viajó desde Málaga.

Al filo de la medianoche, en la explanada del puerto herculino, hay casi tantos menores como adultos formando una masa humana heterogénea donde cada uno tiene uno o dos artistas preferidos en cartel —con varias generaciones musicales por medio— pero tiene que tolerar al resto mientras deja un ojo puesto en sus descendientes.

placeholder Unos 20.000 espectadores en el puerto de A Coruña. (Cedida: Morriña Fest)
Unos 20.000 espectadores en el puerto de A Coruña. (Cedida: Morriña Fest)

Louis Tomlinson, cantante británico que salió de One Direction, era el objeto de deseo de Iria Aller y Lara Brandariz, de 14 y 15 años. Las dos primas arrastraron a sus madres, Silvia y Noelia Díaz, a muchas horas de guardia materna, largas colas para los 1.200 baños portátiles y algunas anécdotas. "De estar en el medio a vernos arrastradas a la fan zone juvenil, comprimidas contra el escenario, a ver enloquecer a niñas pequeñas con las muñecas de Aitana en los brazos o asistir al perreo más infumable de tramo final", señala una de ellas. "Lo pasé muy bien, pero nuestras madres estuvieron todo el rato quejándose", ríe su hija Lara.

Importante desembolso

A su corta edad, ya han visto en primera fila a sus artistas favoritos en Bilbao y Barcelona. Hace un par de meses, el 29 de mayo, repitieron la maniobra para ver a Taylor Swift en Madrid. "Aquello fue una brutalidad", apuntan. Se duelen del desembolso: "Fue una barbaridad", pero admiten que estos viajes "unen" y les permiten ver a través de los ojos de otra generación y comprenderla mejor, señala Silvia D.

La puntualidad del horario se sigue a rajatabla y no hay bises. Todo va como un reloj rotando entre dos escenarios opuestos donde se alternan Dani Fernández e Iván Ferreiro, con 20 años de distancia, con el reguetón descarado de Nicki Nicole (23 años) frente al electropop del 2004 de Dorian, el DJ Juan Magán o el rock alternativo de veteranos como Editors.

"Hay cabezas de cartel que apenas cantan. Ponen vídeos interactivos con otros artistas como una videollamada con sorpresa y del escenario desaparecen hasta las guitarras", crítica una madre mucho más aficionada al rock español.

placeholder La argentina Nikki Nicole durante su actuación en Galicia. (Cedida: Morriña Fest)
La argentina Nikki Nicole durante su actuación en Galicia. (Cedida: Morriña Fest)

Por sorpresa también subió al escenario la actriz Blanca Suárez a bailar Las Babys con Aitana, en uno de los momentos más compartidos en redes sociales mientras que los fans de Íñigo Quintero, que llegó a ser viral con una sola canción, se quedaron con las ganas tras cancelarse su actuación in extremis por motivos de salud.

Foto: ¿Quién es Íñigo Quintero, el cantautor español que ha llegado al top 1 mundial de Spotify con 'Si no estás'? (EFE/Víctor Lerena)

"El aforo es de 20.000 personas, la zona VIP de 2.500 y para la sesión del viernes quedaban 4 entradas (50 euros) a la venta en taquilla", cuenta a El Confidencial la responsable de las acreditaciones. Entre los adultos de mayor edad, los hay que disfrutan como niños y adoptan la estética brilli-brilli del evento, los que aguantan mochilas con cara de circunstancias y los sobreprotectores, que trazan un arco de seguridad alrededor de sus polluelos.

Punto de agua, punto médico, punto violeta y zona de foodtrucks completan la oferta de un festival que se convierte en un pequeño circo de operaciones y eventos con muchas barras luminosas. Detrás de la organización hay experiencias tan o más multitudinarias. Bring The Noise, los promotores, también están tras el telón del Resurrection Fest de Viveiro, —uno de los festivales heavy metal más potentes de Europa— ,O Son do Camiño (Santiago), el Tsunami Xixón o el Caudal Fest (Lugo).

Sábado noche en el puerto de A Coruña. Finales de julio y la niebla se deshace en llovizna. No ha anochecido todavía, pero hay tal cantidad de brilli brilli que la cosa ya deslumbra y todavía no son ni las 20:30 horas.

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