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Choque entre Industria y Transición Ecológica por la mayor fábrica de coches de España
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Choque entre Industria y Transición Ecológica por la mayor fábrica de coches de España

Reyes Maroto defiende la necesidad de reforzar con 70 millones de euros el suministro eléctrico de la compañía, frente a la negativa de Teresa Ribera. Stellantis advierte de los problemas para la producción con la red actual

Foto: Hileras de vehículos en la Zona Franca de Vigo. (EFE/Salvador Sas)
Hileras de vehículos en la Zona Franca de Vigo. (EFE/Salvador Sas)
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¿Es partidario el Gobierno de llevar la red de muy alta tensión eléctrica a la mayor fábrica de coches de España? Depende de a quién se le pregunte. Esta vez no se trata de una división entre los socios del Ejecutivo, sino entre ministras del PSOE: Reyes Maroto y Teresa Ribera. La titular de Industria defiende que urge una actuación en Stellantis-Vigo, con un coste aproximado de 70 millones de euros, mientras que su homóloga en Transición Ecológica lo considera "injustificado" y descarta desde hace meses cualquier iniciativa en ese sentido. "Tiene unas necesidades y un suministro eléctrico que se tiene que reforzar", declaró Maroto en el Senado. La Cámara Alta, el Parlamento de Galicia y el Ayuntamiento de Vigo ya han aprobado mociones en favor de un proyecto crucial para la factoría.

Vigo es la única ciudad española de más de 250.000 habitantes sin capacidad para muy alta tensión, una red de 220 kilovoltios que sustituiría a la actual, de 132. Es una carencia a la que la antigua Citroën atribuye reiterados cortes de suministro pequeños, pero de efectos nefastos para la producción, lo que ensombrece el futuro de una factoría fundamental para la economía de la comarca y de toda Galicia. La ejecución de la planificación depende de Red Eléctrica de España, que está desarrollando un proyecto 2021-2026 que no contempla ni la conexión a la red ni la construcción de una nueva subestación en la ciudad, debido a la exclusión de Transición Ecológica.

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Un informe de la Universidad de Vigo concluye que no hay posibilidad de mejora para el sistema actual, pese a la inversión millonaria realizada para evitar las microcaídas de tensión. Pero el Ministerio de Transición Ecológica reclama más informes. "Hay que ver exactamente qué es lo que se necesita y, en su caso, qué alternativas hay que puedan ser más beneficiosas para la propia planta", argumenta Ribera, mientras su departamento, a través de respuestas parlamentarias por escrito, pone en duda las justificaciones aportadas por Stellantis —el grupo resultante de la fusión de Fiat-Chrysler y PSA—.

"Se carece de evidencias de que la calidad en el punto de conexión de 132 kV sea particularmente deficiente", apuntó el ministerio en una respuesta en el Senado del pasado 22 de agosto. "No se ha identificado la necesidad de desarrollo de la red de transporte mediante la nueva subestación en el entorno de la fábrica de Stellantis en Vigo, por no estar la propuesta recibida suficientemente justificada", añadió.

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El discurso de Transición Ecológica lo rompió de forma sorprendente Reyes Maroto. Aunque sus pronunciamientos venían siendo menos tajantes que los de su colega de gobierno, durante el último pleno en el Senado se mostró partidaria de modificar la planificación eléctrica 2021-2026 para dotar a Stellantis de la demandada infraestructura eléctrica en Vigo. Maroto anunció la creación de un grupo técnico "con el que se están analizando las propuestas que ha planteado Stellantis". "Compartimos el contexto de la importancia que tiene Stellantis-Vigo, que es la fábrica de coches más grande de España y está a la vanguardia de las más competitivas. Tiene unas necesidades, un suministro eléctrico que se tiene que reforzar", manifestó.

"Como bien ha dicho", añadió Maroto en respuesta al senador del PP Javier Guerra, "lo que debemos buscar es una excepción". Así, argumentó que la normativa en la que se ampara la exclusión de la red es "muy antigua" y aseguró que su ministerio está en contacto continuo con la compañía del motor para encontrar una solución. La titular de Industria aceptó el envite de los populares, pero no desaprovechó la oportunidad de contraatacar. "Ustedes, el Gobierno del Partido Popular, cuando tuvo ocasión de dar respuesta a esta reclamación, no lo hicieron", le espetó a Guerra.

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Maroto insistió en que es una propuesta que "lleva casi 10 años en la agenda". Su afirmación se refiere a la inclusión en 2015 de la conexión de Vigo con la red de muy alta tensión en el plan 2015-2020. La inversión, denominada Nuevo Vigo 2020 y cifrada en 66,8 millones de euros, nunca llegó a ejecutarse y fue eliminada del siguiente programa con horizonte en 2026, lo que deja la planta de la ciudad gallega como la única fábrica de coches del país sin acceso a esta red.

La histórica factoría viguesa reclamó por primera vez la conexión en 2003, cuando la entonces PSA, integrada por Citroën y Peugeot, comenzó a vislumbrar los problemas que podría ocasionar su deficiente potencial eléctrico. Diez años más tarde, la empresa formuló oficialmente una solicitud para que la industria se conectara a la red de alta tensión, entonces ya muy común en grandes urbes y áreas industriales.

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La infraestructura es mucho más necesaria en la actualidad que años atrás, con una planta con mayor carga de trabajo que rebasa la producción de medio millón de unidades anuales y con hasta 60.000 mensuales. Pero desde hace años, Stellantis acusa la escasa calidad de la tensión, muy sensible a perturbaciones o cortocircuitos que provocan microcortes de suministro. Esas situaciones, imperceptibles en el uso doméstico o actividades industriales convencionales, afectan a la labor de los robots y generan fallos informáticos y pérdidas de datos. Según la compañía, los parones en la producción pueden durar desde minutos a dos horas, debido a la necesidad de reprogramar las máquinas más complejas.

La media de incidentes eléctricos en la factoría durante la última década es de unos 60 al año, con casos extremos como el de 2017, cuando se contabilizaron 117 parones en la producción provocados por problemas en el suministro eléctrico, informa Stellantis. En ese año, algunas de las interrupciones detuvieron secciones de la planta hasta nueve horas y redujeron la producción diaria en 347 vehículos. Este año, registró 21 caídas de tensión entre enero y mediados de septiembre, una situación que el clúster gallego de la automoción, Ceaga, advirtió de que "daña seriamente la competitividad del sector del automóvil gallego".

¿Es partidario el Gobierno de llevar la red de muy alta tensión eléctrica a la mayor fábrica de coches de España? Depende de a quién se le pregunte. Esta vez no se trata de una división entre los socios del Ejecutivo, sino entre ministras del PSOE: Reyes Maroto y Teresa Ribera. La titular de Industria defiende que urge una actuación en Stellantis-Vigo, con un coste aproximado de 70 millones de euros, mientras que su homóloga en Transición Ecológica lo considera "injustificado" y descarta desde hace meses cualquier iniciativa en ese sentido. "Tiene unas necesidades y un suministro eléctrico que se tiene que reforzar", declaró Maroto en el Senado. La Cámara Alta, el Parlamento de Galicia y el Ayuntamiento de Vigo ya han aprobado mociones en favor de un proyecto crucial para la factoría.

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