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Primer aprieto político para Rueda en Galicia: rebelión de los médicos internistas
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Polémica en el Sergas

Primer aprieto político para Rueda en Galicia: rebelión de los médicos internistas

Los sanitarios denuncian el "maltrato profesional" del Gobierno y amenazan con ir a la huelga. Ya ha dimitido la jefa del servicio de medicina interna del complejo hospitalario de Ourense

Foto: El presidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda. (EFE/Xóan Rey)
El presidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda. (EFE/Xóan Rey)

La situación de la sanidad pública es el primer problema que le toca lidiar a Alfonso Rueda como presidente de la Xunta. Nada nuevo: la denuncia de problemas en el servicio gallego de salud fue una constante durante el mandato de su antecesor, Alberto Núñez Feijóo, pero el covid-19 y, según los colectivos profesionales, la falta de inversión, han llevado al límite a hospitales y ambulatorios. Entre las múltiples vertientes del problema, emerge la de los médicos internistas, que denuncian el "maltrato profesional" al que les somete el Servicio Galego de Saúde (Sergas). Se suman a un clima de protestas, huelgas y dimisiones que afectan a distintos servicios.

Rueda reconoce la "carga muy importante" de los internistas y está dispuesto a dialogar. El pasado miércoles, directivos de Sanidade y los gerentes de las áreas sanitarias negociaron con los jefes de servicio de Medicina Interna de los hospitales gallegos sobre de uno de los últimos conflictos surgidos en la especialidad: el rechazo a una cláusula que la Xunta pretende imponer en las nuevas contrataciones de larga duración, que obliga a los facultativos a aceptar traslados a hospitales comarcales de cualquier punto de Galicia. La reunión alivió la tensión, pero el acuerdo está aún lejano.

Foto: Manifestación de los mir de Madrid por un convenio "digno". (EFE/Rodrigo Jiménez)

La crisis de los internistas se suma a otros problemas habituales en la sanidad gallega, que se han agravado con la pandemia. Es el caso de la atención primaria, con déficit de médicos de familia y de personal de enfermería, donde la Xunta está implementando nuevos sistemas de atención rechazados por los colegios médicos. En Traumatología el problema es similar al de medicina interna, con un nuevo contrato de larga duración que obliga a cubrir vacantes en hospitales comarcales, que se aplica también en Radiodiagnóstico. Y en Oftalmología y Otorrino se han producido huelgas ya en dos hospitales por distintas causas. En el complejo de Santiago, el servicio secunda un paro desde diciembre, con carácter diario e indefinido desde abril.

Dimisión a mediados de mayo

Antes de que la movilidad agitara a los internistas, el malestar en el colectivo se detectaba en gestos como la dimisión a mediados de mayo de la jefa del servicio en el Complejo Hospitalario Universitario de Ourense (CHOU), Amalia Cadavid, que a su vez había llegado al cargo tras la renuncia de su predecesor, Manuel Fernández Muinelo, que cesó una vez superada la primera ola del covid debido a la enorme tensión que sufrió el servicio.

Y con anterioridad incluso a la renuncia de Cadavid, los facultativos de Medicina Interna del CHOU alertaban por escrito al Colegio Médico de la "grave y mantenida sobrecarga asistencial" del servicio, con ingresos hospitalarios que superan sistemáticamente el 160% del aforo asignado y una plantilla menguante, debido a las jubilaciones y bajas. El escrito también denuncia el peligro para la salud física y psíquica de los propios profesionales ante la necesidad de asumir una sobrecarga asistencial mantenida en el tiempo. Mientras, alrededor de 30 médicos del servicio del Complejo Universitario de Santiago denunciaba por escrito la situación "insostenible" que padecen por la falta de medios y plantilla, y alertaba del riesgo que eso supone para sus pacientes.

Foto: Sanitarios de Madrid se manifiestan a las puertas del Gregorio Marañón durante la huelga convocada. (EFE/Víctor Casado)

El conflicto se extendió por toda Galicia. Los jefes de los servicios de medicina interna de la práctica totalidad de los hospitales públicos remitieron una carta al 'conselleiro' de Sanidade, Julio García Comesaña, en la que, además de denunciar el "maltrato profesional" del Sergas, hacen especial hincapié en la sobrecarga de trabajo. El envejecimiento de la población, con el consiguiente aumento de enfermos crónicos, y la pandemia —las plantas de infectados se crearon en espacios adscritos a internistas— han agravado la situación. Según denuncian en la carta, la atención covid y poscovid ha provocado "un retraso en toda a tipología de consulta" de sus pacientes.

Esa situación se afrontó sin incrementar un cuadro de personal "ya deficitario", en un contexto de "mala o inexistente planificación", denuncian los jefes de servicio. Ante la falta de sustitutos para cubrir bajas, los responsables de medicina interna reclaman un incremento de las plazas de MIR, que llevan una década estancadas. Es una situación que, en su opinión, solo se verá agravada con el nuevo tipo de contrato que quiere impulsar la 'consellería', tanto en medicina interna como en traumatología y radiología, que obliga a trabajar hasta cuatro meses en hospitales comarcales de difícil cobertura, con independencia de dónde se firme el contrato de origen.

El Consello Galego de Colexios Médicos ha respaldado las protestas, para reclamar al Sergas "las medidas necesarias con la memoria económica que corresponda" con el objetivo de acabar con esa "inaceptable situación" de sobrecarga asistencial. El organismo destaca la importancia de la Medicina Interna como especialidad "fundamental para la asistencia hospitalaria a los pacientes y para la docencia MIR de gran parte de las especialidades médicas".

La situación se afrontó sin incrementar un cuadro de personal "ya deficitario", en un contexto de "mala o inexistente planificación"

El presidente de la Xunta se muestra dispuesto a dialogar y asegura que es consciente del trabajo de los internistas, pero también defiende el polémico modelo de contrataciones para garantizar la atención en todos los hospitales, incluidos los comarcales. Esos centros, aseguró, son los que "permiten extender estos servicios hospitalarios" en toda la geografía de Galicia. "Esto es lo que hay que ver e intentar compaginar", defiende Alfonso Rueda.

Los internistas, mientras, defienden contrataciones específicas para los hospitales menores y, en general, en condiciones más favorables para evitar la fuga de facultativos a otras comunidades autónomas y a la sanidad privada. Esa ausencia de profesionales —según los médicos, debido a la precariedad de las condiciones ofertadas— asfixia también a otros servicios como la atención primaria.

Rueda rechaza que se pueda hablar de rebelión, y sostiene que Galicia está por encima de la media de España en médicos internistas por cada 100.000 habitantes, con 14,5 frente a 11,8. Los afectados, en cambio, no escatiman críticas a la 'consellería' y tachan de "falsas" estas cifras. Los portavoces del colectivo se desmarcaron el viernes de los jefes de servicio que se reunieron con la 'consellería', a los que descalificaron como interlocutores. "No nos sentimos representados", alertan. Respecto a la ratio de médicos por habitantes avanzada por Rueda, aseguran que es una cifra "tergiversada".

Rueda rechaza que se pueda hablar de rebelión y sostiene que Galicia está por encima de la media de España en médicos internistas

En ese contexto, la sanidad ocupará un lugar destacado en la entrevista que Rueda mantendrá este lunes, por separado, con los líderes del BNG, Ana Pontón, y del PSdeG, Valentín González Formoso. "Hay que tener una voluntad clara de rescatar la sanidad pública", instó la portavoz nacional del Bloque, que también propondrá un plan de atención primaria para "sacar del colapso" este servicio. Formoso, mientras, alertó de la "debilidad y precariedad" del sistema constatada en casos como el de los internistas, pero también incidió en la falta de camas hospitalarias o en esperas de "hasta 14 días" para las citas de Atención Primaria. Con solo tres semanas en el cargo, Rueda tendrá que hacerles frente sin utilizar el comodín de la herencia recibida.

La situación de la sanidad pública es el primer problema que le toca lidiar a Alfonso Rueda como presidente de la Xunta. Nada nuevo: la denuncia de problemas en el servicio gallego de salud fue una constante durante el mandato de su antecesor, Alberto Núñez Feijóo, pero el covid-19 y, según los colectivos profesionales, la falta de inversión, han llevado al límite a hospitales y ambulatorios. Entre las múltiples vertientes del problema, emerge la de los médicos internistas, que denuncian el "maltrato profesional" al que les somete el Servicio Galego de Saúde (Sergas). Se suman a un clima de protestas, huelgas y dimisiones que afectan a distintos servicios.

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