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Feijóo y su talón de Aquiles: su plan para recuperar el poder local gallego
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El reto: las municipales de 2023

Feijóo y su talón de Aquiles: su plan para recuperar el poder local gallego

El líder gallego colocará en las ejecutivas provinciales a los candidatos de los ayuntamientos, con la vista puesta en las municipales, donde aún no ha logrado triunfar

Foto: El presidente del PP gallego, Alberto Núñez Feijóo. (EFE)
El presidente del PP gallego, Alberto Núñez Feijóo. (EFE)

Feijóo puede presumir de igualar e incluso mejorar muchos de los registros electorales de su antecesor, Manuel Fraga, tan aficionado a los récords. Pero hay un capítulo que emborrona el por lo demás impecable expediente del presidente del PP de Galicia: el poder local. En las municipales de 2019, la izquierda le dejó con Arteixo (30.000 habitantes) como el ayuntamiento de mayor tamaño bajo su control. De las diputaciones, solo retuvo Ourense y gracias a un controvertido pacto. Quedan lejos los tiempos en los que a Fraga le emergían barones desde alcaldías y diputaciones, algunos tan consolidados que hasta ensombrecían su poder.

El 17º Congreso del PP de Galicia, celebrado en julio, dejó pocas dudas: las municipales de 2023 son el principal reto y el más inmediato. Lo dejó claro en sus intervenciones el reelegido presidente, Alberto Núñez Feijóo, que en 2015 recibió uno de los mayores batacazos de su carrera precisamente en unas municipales, con la pérdida de tres mayorías absolutas en las ciudades y de 10 puntos porcentuales de voto con respecto a las anteriores. Sin autonómicas ni generales por el camino, salvo sorpresa, el también presidente de la Xunta ha dado orden de priorizar la recuperación de ciudades y diputaciones, y bajo esa premisa se suceden desde este fin de semana los congresos provinciales.

Foto: Alberto Núñez Feijóo y Ximo Puig, en una imagen de archivo. (EFE)

El primero en llegar ha sido el de Pontevedra, este sábado, en el que su presidente, Alfonso Rueda, ha acometido una reestructuración que pasa por cumplir el mandato de Feijóo y dar el pistoletazo de salida hacia las municipales de 2023. Una alcaldesa con mayoría absoluta, Nidia Arévalo, de Mos, acompaña a Rueda como vicepresidenta, en una ejecutiva en la que figuran como vicesecretarios los alcaldes de Cercedo-Cotobade, Marín, Sanxenxo, A Estrada y Lalín y la delegada de la Xunta en Vigo, Marta Fernández-Tapias.

Los populares tienen actualmente gobernadas por gestoras las agrupaciones de las tres principales ciudades de Galicia: Vigo, A Coruña y Santiago. En la primera de ellas, Tapias emerge como aspirante a desafiar el rodillo de Abel Caballero, que cuenta con 20 concejales frente a los cuatro del PP. La recuperación de la alcaldía parece un objetivo poco realista, pero para Feijóo es una plaza fundamental de cara a reducir la diferencia en diputados provinciales, que actualmente es de 9 a 2 para los socialistas. Vigo es clave para recuperar la Diputación de Pontevedra, que el PP perdió en 2015 por primera vez en democracia.

El PP cuenta en Galicia con la ventaja de la debilidad de Vox y Ciudadanos en su territorio, y su contrapartida: la ausencia de socios

El resto de congresos provinciales se resuelven entre este domingo, en el que le toca el turno a Lugo, y la semana próxima, cuando se celebren en A Coruña y Ourense, con el objetivo de abordar los locales en lo que resta del año y despejar el panorama de cara al 28 de mayo de 2023, con casi año y medio por delante. Al mismo tiempo, Feijóo ha convocado ya un Comité de las Ciudades, que se reunió la semana pasada en Santiago, formado por los presidentes locales, los seis vicesecretarios generales que salieron del congreso de julio y los delegados territoriales de la Xunta. La orden es poner el partido al servicio de las estructuras locales, para que la máquina electoral se ponga cuanto antes a pleno rendimiento y prever la posible aparición de más de un aspirante para algunas candidaturas. Será misión del comité identificar los municipios cruciales en cada provincia para asaltar las diputaciones.

El PP cuenta en Galicia con la ventaja de la nula implantación de Vox y Ciudadanos en su territorio, una ventaja que lleva acarreada su contrapartida: la ausencia de eventuales socios le condena en casi todas las plazas a conseguir mayoría absoluta para gobernar. A Coruña, Ferrol y Lugo fueron las únicas de las siete ciudades en las que el PP salió en 2019 como lista más votada, y por lo tanto las tres en las que el partido se siente con más posibilidades de recobrar. Las diputaciones, mientras, dependen no solo de las ciudades, sino también de partidos judiciales marcados en rojo por la dirección de todos los partidos.

placeholder Feijóo, junto a las cabezas de lista por Pontevedra, Corina Porro, Elena Candiá por Lugo. (EFE)
Feijóo, junto a las cabezas de lista por Pontevedra, Corina Porro, Elena Candiá por Lugo. (EFE)

En Lugo, Elena Candiá ha llegado al congreso provincial sin rivales y con el objetivo declarado de recuperar los gobiernos de la Diputación y la capital. Los partidos judiciales de esta y de A Fonsagrada son claves para gobernar la institución provincial. Las mayorías están tan ajustadas que un movimiento aparentemente menor puede desatar una tormenta. Como ocurrió en Friol (3.700 habitantes), donde su alcalde, el también diputado del PP José Ángel Santos, enfrentado a un 'conselleiro' de la Xunta, no descartó concurrir bajo otras siglas, lo que provocó una ofensiva sin precedentes para retenerlo como candidato. La diputación depende de detalles.

En Ourense, José Manuel Baltar es el único aspirante a la presidencia provincial, un cargo que heredó de su padre, el histórico José Luis Baltar, del mismo modo que también de él recibió el mando en la diputación. Pero si retuvo la presencia provincial en 2019 fue gracias a un discutido pacto con la Democracia Ourensana de Gonzalo Pérez Jácome, feroz enemigo en el pasado. Más bien, un intercambio que permitió a Jácome gobernar la provincia pese a ser el tercer partido en votos a cambio del apoyo de su partido al PP en la Diputación. Un trago demasiado amargo para su exalcalde Jesús Vázquez, que ha acabado tirando la toalla y para regresar a la Universidad, después de que su grupo municipal tuviese que salir y volver a entrar en el gobierno local de Jácome al ritmo que le marcaban desde la Diputación.

Foto: Investidura de Gonzalo Pérez Jácome. (EFE)

Diego Calvo es también el único aspirante a la presidencia del PP de A Coruña. Su objetivo declarado es recuperar los gobiernos de las tres ciudades de la provincia —A Coruña, Santiago y Ferrol— e incrementar su peso provincial para acceder a la presidencia de la Diputación. El trabajo no será sencillo, porque las aguas bajan revueltas en una veintena de agrupaciones locales, regidas por gestoras. Entre ellas, las dos más importantes: A Coruña y Santiago. En la capital gallega, al presidente de la gestora, Borja Verea, ya le han salido rivales en la carrera por la alcaldía, como el médico Fernando Mayo. Y en A Coruña, mientras, el partido no se decide a promocionar a su portavoz municipal, Rosa Gallego, como candidata.

El PP de Feijóo tiene tiempo por delante para zanjar estas dudas y lanzar a sus candidatos, aunque son muchos los frentes que ha de resolver. Esta vez ya no lo hará emulando a su antecesor, Manuel Fraga, que bregaba a sus candidatos como 'conselleiros' para, llegado el momento, lanzarlos a por las alcaldías. Visto que el método no le ha resultado, Feijóo cambia de estrategia en el que será su quinto intento de hacerse fuerte en ayuntamientos y diputaciones y acometer el único logro de Fraga que nunca ha logrado superar.

Feijóo puede presumir de igualar e incluso mejorar muchos de los registros electorales de su antecesor, Manuel Fraga, tan aficionado a los récords. Pero hay un capítulo que emborrona el por lo demás impecable expediente del presidente del PP de Galicia: el poder local. En las municipales de 2019, la izquierda le dejó con Arteixo (30.000 habitantes) como el ayuntamiento de mayor tamaño bajo su control. De las diputaciones, solo retuvo Ourense y gracias a un controvertido pacto. Quedan lejos los tiempos en los que a Fraga le emergían barones desde alcaldías y diputaciones, algunos tan consolidados que hasta ensombrecían su poder.

Manuel Fraga Alberto Núñez Feijóo Lugo
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