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El nacionalismo gallego se rearma tras la caída de las Mareas
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Afianzar la tendencia

El nacionalismo gallego se rearma tras la caída de las Mareas

El BNG convoca una asamblea para perfilarse como alternativa al PP de Feijóo, en pleno declive del fenómeno Podemos en Galicia

Foto: La portavoz del BNG, Ana Pontón. (EFE)
La portavoz del BNG, Ana Pontón. (EFE)

El nacionalismo gallego pagó con sus votos la euforia de las Mareas en 2012. Dos años antes de que un Podemos recién constituido irrumpiera en las Europeas de 2014, la coalición Alternativa Galega de Esquerdas (AGE) ya blandía en su tierra la bandera de la indignación y el 15-M y reducía al BNG a cuarta fuerza política en el Parlamento. Parecía el inicio del fin. Pero en las elecciones del pasado año, el péndulo osciló con una deslumbrante subida del Bloque Nacionalista Galego, mientras el partido morado y otras formaciones de la misma órbita se desplomaban. El BNG quiere afianzar esa tendencia en una asamblea nacional, la 17ª, con el objetivo de perfilarse como alternativa al PP de Feijóo.

Ana Pontón es la candidata a la presidencia de la Xunta y portavoz nacional del BNG, un frente de diversos partidos liderado por la UPG, de ideología comunista. La asamblea del 7 de noviembre servirá previsiblemente para confirmarla en ambas responsabilidades, pero sobre todo para proclamar el fin de la travesía del desierto. En el seno del nacionalismo gallego conceden pocas posibilidades a Podemos y a En Marea de recuperar protagonismo, tras quedarse en los últimos años sin representación parlamentaria y perder las alcaldías de Santiago, A Coruña y Ferrol. Y en un escenario en el que el PSdeG de Gonzalo Caballero no acaba de arrancar y la continuidad de Alberto Núñez Feijóo como candidato del PP no está garantizada, en el bloque se frotan las manos ante la oportunidad que vislumbran en el horizonte.

Foto: Un grafiti en el cartel que delimita la frontera entre Lugo y El Bierzo. (Wikimedia Commons)

Los nacionalistas llegarán a la asamblea después de aplazarla en 2020 a causa de la pandemia y con el objetivo de "liderar la presidencia de la Xunta", explicó Pontón al Consello Nacional que fijó la fecha del cónclave. Antes de las autonómicas, que no tocan hasta 2024, el BNG tendrá el reto de unas elecciones municipales que nunca han sido el fuerte del nacionalismo gallego. Más allá de la veterana alcaldía de Pontevedra, ahora en coalición con los socialistas, sus éxitos se reducen a localidades de tamaño medio y a ejercer de socios de presidentes de diputación del partido socialista. Históricamente, el objetivo real del nacionalismo gallego son las autonómicas, y en las próximas, afirma la portavoz nacional, perfilarse como "alternativa real al PP" de Feijóo.

Pontón propone ahora al BNG para "liderar un futuro diferente desde la igualdad de oportunidades, la solidaridad entre generaciones y el orgullo de lo nuestro, la confianza en el potencial del país y poniendo la riqueza de Galicia a disposición de las familias y las empresas". Nada de soberanismo ni de aspiraciones independentistas, por más que se simpatice con el 'procés'. La portavoz nacional presentó algunas de las bazas que se jugarán en esa larga carrera por la presidencia de la Xunta. "En el BNG no estamos en el servilismo ni en la confrontación inútil, ni somos la correa de transmisión ni de Casado ni de Sánchez", dijo en alusión al PP de Galicia y al PSdeG. Galicia, añadió, merece "mucho más que el sucursalismo de las fuerzas estatales":

placeholder La portavoz del BNG, Ana Pontón. (EFE)
La portavoz del BNG, Ana Pontón. (EFE)

En el discurso del bloque ya no hay referencias a Podemos, En Marea o las Mareas municipales, una oleada impulsada en sus inicios por el histórico del nacionalismo Xosé Manuel Beiras desde una escisión del propio bloque. Pero en la formación frentista dan por amortizado ese movimiento político y recuperan su perfil tradicional, en el que se reivindican como la única formación surgida desde y para Galicia. "Somos una alternativa gallega y sabemos que nuestro país merece más que el sucursalismo de las formaciones estatales", se presentó. El discurso es más moderado en sus ataques a los socialistas, socios naturales en muchos ayuntamientos y en la Xunta bipartita 2005-2009. Además, el diputado del BNG en el Congreso, Néstor Rego, votó a favor de la investidura de Pedro Sánchez en enero de 2020.

La oposición a Feijóo, en cambio, es total, con el objetivo de visualizarse como alternativa natural al PP en la Xunta y con el apoyo de la condición de segunda fuerza política en el Parlamento gallego. Nada más convocar la 17ª Asamblea Nacional, Pontón afiló sus ataques al presidente gallego, al que acusó de "no saber defender a Galicia". "Se comporta como un kamikaze que va en dirección contraria a los intereses de Galicia", porque "veta una tarifa eléctrica gallega" y carece de "propuestas económicas" para sacar a la comunidad de la crisis.

Pontón: "Feijóo no sabe defender Galicia, pero es que tampoco la quiere. Es un devoto del centralismo madrileño que tanto nos perjudica"

"Feijóo no sabe defender Galicia, pero es que tampoco la quiere. Porque es un devoto practicante del centralismo madrileño que tanto nos perjudica. Siempre que hay que estar del lado de Galicia o del lado del centralismo, elige jugar en el equipo contrario", atacó la líder de los nacionalistas. "Es un devoto practicante del centralismo madrileño" que, siempre que hay que optar entre estar del lado de Galicia o del "madricentrismo", añadió, "elige jugar en el equipo contrario".

Que Feijóo se toma en serio las posibilidades del BNG en Galicia se nota en sus enfrentamientos con Pontón en las sesiones parlamentarias de control al Gobierno, cada vez más feroces, después de unos años en los que el presidente de la Xunta exhibía no poca complacencia con los nacionalistas gallegos. Ahora, en cambio, se esfuerza en identificarlos con formaciones con Junts per Catalunya o ERC y los acusa de emprender una “deriva independentista”.

Foto: Ilustración: Irene de Pablo

"Que participen en manifiestos y tengan como socios electorales a Bildu, ERC y la CUP es escalofriante", afirmó después del plantón del BNG y otras formaciones nacionalistas al rey Felipe VI en acto por el 23-F. La independencia de Galicia está en efecto en el ADN de la formación frentista, pero en la práctica política, el soberanismo y la autodeterminación están subordinados a las demandas sociales y a su perfil de formación de izquierdas. Bajada la marea, y al menos teóricamente, la única izquierda a la izquierda del PSOE que queda en Galicia.

El nacionalismo gallego pagó con sus votos la euforia de las Mareas en 2012. Dos años antes de que un Podemos recién constituido irrumpiera en las Europeas de 2014, la coalición Alternativa Galega de Esquerdas (AGE) ya blandía en su tierra la bandera de la indignación y el 15-M y reducía al BNG a cuarta fuerza política en el Parlamento. Parecía el inicio del fin. Pero en las elecciones del pasado año, el péndulo osciló con una deslumbrante subida del Bloque Nacionalista Galego, mientras el partido morado y otras formaciones de la misma órbita se desplomaban. El BNG quiere afianzar esa tendencia en una asamblea nacional, la 17ª, con el objetivo de perfilarse como alternativa al PP de Feijóo.

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