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Adif arroja al fondo del río Sil vagones de un tren que descarriló en Galicia
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ante la dificultad para recuperar los coches

Adif arroja al fondo del río Sil vagones de un tren que descarriló en Galicia

El organismo del ministerio abre una investigación para aclarar lo sucedido en una zona de difícil acceso y próxima a la Ribeira Sacra

Foto: Foto cedida por la web Valdeorras de Cerca.
Foto cedida por la web Valdeorras de Cerca.

A las 17.45 hora del 28 de julio, un tren de mercancías que hacía el recorrido entre Monforte y una cementera en Toral de los Vados (León) descarriló en Carballeda de Valdeorras (Ourense). El convoy estaba compuesto por la máquina y 21 vagones vacíos, de los que 11 se salieron de la vía. Una semana después, y ante la dificultad que suponía la recuperación de los coches, al menos uno de ellos acabó en el fondo del río Sil, donde reposa actualmente. El incidente pudo pasar inadvertido, de no ser porque vecinos de la zona lo grabaron con sus móviles y dieron la voz de alarma a través de las redes sociales. El administrador de infraestructuras ferroviarias ha anunciado la apertura de una investigación.

El lanzamiento de los coches al fondo del Sil se desarrolló bajó la supervisión y vigilancia de la Guardia Civil, sin que conste denuncia ni diligencias de ningún tipo por presunta infracción medioambiental. Consultado por este periódico, el ente ferroviario ha anunciado la apertura de indagaciones para conocer todos los detalles del suceso. “Se analizarán todas las acciones efectuadas y se depurarán, en su caso, responsabilidades”, señaló un portavoz de Adif, que también ha anunciado que se va a trabajar “en la retirada de los dos vagones y la restauración del entorno a la mayor brevedad”. El ente no pudo aclarar quién dio la orden ni con quién se consultó antes de tomar la decisión.

Según testigos presenciales, una pala fue la encargada de empujar los vagones –uno solo, según informó posteriormente Adif— para sacarlos de la ruta en la zona de Sobrado de Valdeorras, en una zona de la línea de muy difícil acceso: en un tramo de vía única encajado entre dos terraplenes y sin pistas alrededor para facilitar el acceso de grúas o vehículos. Siete de los 11 vagones se retiraron sin mayor dificultad, pero con los cuatro últimos la labor de los operarios se complicó. Apremiados por la necesidad de reabrir la línea cuanto antes, al menos uno de los coches se deslizó hasta el río, en un tramo próximo a la Ribeira Sacra, candidata a la lista de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.

Los hechos fueron divulgados por un medio local —Valdeorras de Cerca— y distintas cuentas de Facebook como Plataforma en Defensa do Tren A Coruña-As Mariñas o Maltrato da Paisaxe. Según esta última, los vagones de Valdeorras se fueron al fondo con 80 kilos de grasa de las ruedas, una cantidad indeterminada de valvulina de los enganches y varios kilos de amianto de los frenos. En su caída desde una altura de unos 20 metros, los coches tronzaron los árboles de la ladera que se encontraron en su camino.

A las pocas horas de publicar los vídeos de la caída, un portavoz de esa misma página recibió una llamada de una persona que se identificó como “representante de Adif”, que le solicitó eliminar las imágenes de un suceso que atribuyó a la necesidad de despejar la vía con urgencia para restablecer el tráfico ferroviario. La retirada del material rodante depositado en el río se presenta ahora como una operación extremadamente complicada, debido a la especial orografía del lugar, en un tramo del Sil encajado entre dos terraplenes de gran altura.

El ente que gestiona las infraestructuras ferroviarias emitió un comunicado la tarde de este martes, casi 24 horas después de que comenzaran a circular los vídeos del suceso, en el que atribuye la caída a un accidente y asegura que su prioridad en este momento es “retirar los vagones descarrilados, así como revertir los daños que se hayan podido producir en el entorno a la mayor brevedad posible”, aunque sin especificar si se procederá a la recuperación del material que cayó al río.

El organismo, dependiente del Ministerio de Transportes, señala en su nota que el tren siniestrado, operado por Renfe Mercancías, provocó en su descarrilamiento “importantes daños en la línea León-A Coruña”. “Todos los vagones se encontraban vacíos, por lo que no se produjo ningún tipo de riesgo asociado al vertido de la carga”, agrega Adif, que señala que Renfe colaboraba en las labores de encarrilamiento y reparación de la vía.

“Dada la complicada accesibilidad de la zona, y con el objetivo de garantizar la seguridad de los trabajadores, se trataba de una condición indispensable previa situar una grúa ferroviaria en paralelo a los vagones y suspenderlos para encarrilarlos. Durante esas maniobras, un vagón se pudo desplazar correctamente, pero el segundo de los vagones se precipitó ladera abajo, hasta la ribera del río Sil”, señala el comunicado. En las imágenes no se aprecia si el deslizamiento es provocado o no por las excavadoras, pero la caída no parece provocar reacciones de alarma entre el personal que trabajaba en la zona.

“Adif está analizando a fondo todas las acciones efectuadas durante las actividades de retirada del material descarrilado y, una vez se disponga de todos los datos, se depurarán, en su caso, las responsabilidades pertinentes”, agrega el organismo ministerial.

El diputado del BNG en el Congreso, Néstor Rego, ha registrado una iniciativa parlamentaria en la que reclama la retirada inmediata de los vagones para proceder a “reparar el daño ambiental causado”, además de pedir que se pongan los hechos en conocimiento de la Fiscalía. “No se puede tolerar que una empresa pública sea la primera en incumplir la normativa sobre la gestión de residuos y reparación de los daños causados al entorno”, lamentó el diputado, que considera “inconcebible” que se haya tomado la decisión de tirar al río el material de forma “consciente”. “Adif debe dar ejemplo y el Gobierno español responsabilizarse de que la gestión pública sea adecuada a la legislación ambiental”, expone Rego.

Todos los grupos de la oposición en el Parlamento gallego han pedido explicaciones por los hechos, incluido el PSdeG, que exige la retirada inmediata de los vagones caídos al río y que se proceda a la restitución de los daños medioambientales causados. Además, ha reclamado que se evalúe la situación de los otros vagones que permanecen al lado de la vía del tren y que se retiren "tomando todas las medidas de seguridad ambiental necesarias".

“Es incompresible”, apuntan los socialistas gallegos, que critican que la recuperación de los vagones no se lleve a cabo siguiendo procedimientos que no impliquen daños para el medio y para la seguridad ferroviaria. Galicia en Común informó de que se puso en contacto con Adif y con el Ministerio de Transportes para pedirles explicaciones en relación a los vagones volcados al río y ha asegurado que se mantendrá “vigilante” para que la empresa pública cumpla su compromiso de investigar lo ocurrido. Los nacionalistas, mientras, consideran que es necesario la Fiscalía investigue esta conducta que podría ser constitutiva de un delito contra el medio ambiente y se depuren responsabilidades. “Este incidente no puede quedar impune”, señala.

También organizaciones ecologistas como Amigos da Terra han requerido a la Confederación Hidrográfica y a la Consellería de Medio Ambiente que aplique a la empresa responsable del vertido el principio de “quien contamina, paga” que, según indica, se regula en la Ley de responsabilidad medioambiental. Para la entidad, los daños causados al río no pueden quedar impunes y las administraciones tienen que adoptar las medidas preventivas apropiadas, recogidas en la Ley de Aguas y en la Ley de responsabilidad ambiental y cuya sanción, según indican, podría acarrear multas de hasta dos millones de euros.

La presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas se ha pronunciado en su perfil de Twitter sobre el hecho: "Qué barbaridad, ¿cómo es posible que una entidad pública como Adif haga esto?", se ha preguntado. Y ha añadido que desde el Gobierno "se debería dar el mejor ejemplo" en el cuidado y el respeto al medio ambiente y ha calificado esta acción en Galicia como "absolutamente intolerable".

A las 17.45 hora del 28 de julio, un tren de mercancías que hacía el recorrido entre Monforte y una cementera en Toral de los Vados (León) descarriló en Carballeda de Valdeorras (Ourense). El convoy estaba compuesto por la máquina y 21 vagones vacíos, de los que 11 se salieron de la vía. Una semana después, y ante la dificultad que suponía la recuperación de los coches, al menos uno de ellos acabó en el fondo del río Sil, donde reposa actualmente. El incidente pudo pasar inadvertido, de no ser porque vecinos de la zona lo grabaron con sus móviles y dieron la voz de alarma a través de las redes sociales. El administrador de infraestructuras ferroviarias ha anunciado la apertura de una investigación.

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